El enano de la torre de la catedral

«No le des fuego al tabaco del enano»  Hace mucho tiempo, cuando Venezuela era una provincia del Imperio español, una época donde la luz eléctrica aún no existía y la oscuridad invadía cada rincón al caer el sol, se dice que un enano se aparecía por las noches a los hombres adúlteros que luego de dormir con su amante, regresaban a su hogar. Esto se transformó en una leyenda, contada por los abuelos, que casi quedaría olvidada cuando llegó la modernidad. Para algunos, se trata de una historia para evitar el adulterio, pero puede que haya quienes no estén tan de acuerdo. Si quieres recibir nuestros artículos más recientes suscríbete aquí El enano de la torre de la catedral A inicios del siglo XX, un hombre, buen mozo, salió a escondidas de su esposa, para ver a una enamorada, pasada la medianoche. Llevaba una botella de ron para calmar el frío y los nervios. Sin embargo, mientras avanzaba, un temor crecía dentro de él sin saber por qué.  Sintió que alguien le seguía, por lo que volteó en varias ocasiones pero no divisó nada cerca de él. «Tal vez sería un ladrón, o algún espanto de esos que cuentan las historias», pensó el hombre, sin detenerse.  Aquella sensación no se iba de él y cada vez era más fuerte. Volteó a su derecha y de nuevo solo encontró la soledad de la calle. Un aullido rompió el silencio y lo hizo saltar de miedo. Cuando logró mirar de donde venía aquel sonido vio a un perro callejero. Sus hombros se relajaron y sus nervios se transformaron en una carcajada.  Al pasar frente a la Catedral observó una pequeña silueta de lo que ser parecía un niño. Era un enano, sonriente, vestido con un sombrero de alas anchas y punta chata, con un estilo de ropa de antaño, cuando Venezuela era una provincia. Le hizo señas al hombre para saludarlo y pedirle que se acercara. Este respondió al saludo y se dirigió para ver que quería.  —Joven, pudiese usted encenderme el tabaco—, dijo el enano con voz estridente—. Para no ser descortés con el hombrecillo, el hombre sacó un yesquero para ayudarle. Estaba preocupado por la hora, ya que hacía mucho que había salido de casa. —Puede decirme la hora, señor— preguntó al enano— —Son las doce y cinco de la madrugada en Caracas y en el reloj de San Pedro, en Roma, son las seis en punto…— Dijo el enano señalando al reloj de la catedral—. Pero la voz había cambiado y fue entonces cuando el hombre descubrió aquello que tanto advertía la olvidada leyenda. El enano reveló su verdadero rostro, el de un demonio del infierno que aterroriza a aquellos que cruzan luego de la medianoche por aquellas calles donde fue anclado. Largos colmillos salieron de su boca y su cuerpo creció hasta ser tan grande como la catedral y con voz gutural aturdió los pensamientos del joven.  —Gracias por encender mi tabaco, ahora os llevaré a conocer el verdadero fuego—.  Una risa resonó y dejó al hombre paralizado ante aquella escena, al reaccionar, inició una carrera buscando alejarse de aquella criatura. De uno de sus bolsillos traseros sacó su billetera y de ella una cruz de palma que siempre guardaba con él, como es costumbre en Venezuela.  A pesar de la larga carrera, cayó desmayado y fue descubierto más tarde por un oficial que hacía su rutina por la zona. Fue trasladado a su casa y atendido por diferentes médicos. Pasó mucho tiempo en recuperarse y siempre se negó a hablar sobre lo que le vivió aquella noche. Aquel hombre no volvió a salir ebrio pasada la medianoche y repitió a sus hijos hasta el fin de su vida: «No le des fuego al tabaco del enano». Dicen que el enano desapareció con el tiempo, pero su leyenda sigue caminando por los alrededores de la Catedral y hay quienes aún escuchan su risa.  Origen Se cuenta que aquel enano era un sujeto que en vida fue molestado por los habitantes por su condición. Unas mujeres lo persiguieron, burlándose e insultándolo, hasta que este se escondió en la Catedral y no salió más hasta su muerte.  Guzmán Blanco y el enano de la catedral Una noche, el autócrata civilizador, Antonio Guzmán Blanco, salió de la Casa Amarilla, donde estaba ubicado el antiguo palacio presindencial, para ver por donde iba a empezar a realizar las remodelaciones de la catedral, que veía fuera de lugar frente a su sueño afrancesado de Caracas. Cruzó la Plaza Bolívar, recién inaugurada donde antes estaría la Plaza Mayor. Caminó alrededor de la fachada, para ver por donde iniciaría las demoliciones y a lo lejos vio a un enano fumando un tabaco. Del susto, Guzmán se devolvió al palacio y no salió hasta el día siguiente, decidiendo dejar tranquilo el templo. La música y el enano Billo Frómeta tendrá un tema llamado «El muerto de Gradillas que se dice, trata del enano, pero no lo nombra por respeto. También existió una agrupación de Punk, de finales de los 80, que usó el nombre «El enano de la catedral». Adaptación G.J.Jiménez

Retrato de Martín Sanabria

Educación pública y gratuita de Martín Sanabria

Si quieres recibir nuestros artículos más recientes suscríbete aquí Para el año 1870, la realidad venezolana era bastante crítica en lo que se refería a la educación. Las guerras por el poder habían ocupado la mayor parte de las acciones políticas, dejando de lado el desarrollo nacional. En aquellos días, Guzmán Blanco promueve el decreto 1723 sobre la «Instrucción primaria pública, gratuita y obligatoria». Este decreto se vio rodeado de una serie de dificultades como la infraestructura inadecuada e insuficiente, pocos profesores, problemas económicos y la resistencia política y religiosa. Antecedentes  Desde los inicios de la República de Venezuela se contempló la educación como un factor de gran importancia. En la constitución de 1811, en el capítulo IX, artículo 200, se habla de la responsabilidad de las provincias sobre el proceso educativo de sus ciudadanos y se promueve a la construcción de escuelas, colegios y academias con el fin de que los ciudadanos aprendieran sobre religión, moral, política, artes y ciencias. Aquel que alguna vez fue el guía académico y doctrinal del Libertador, Simón Rodríguez, planteó una serie de elementos sobre la educación que se mantuvieron en la conciencia de muchos de los venezolanos que ejercieron los altos cargos, contando entre ellos los guzmancistas. Para él, el Estado debía ser el administrador de las políticas de la educación y esta debía llegar a la mayoría de la población. El Libertador se influenció en Rodríguez y se expresó sobre ello en el Congreso de Angostura en el año 1819: «La educación ciudadana debe ser el cuidado primogénito del amor paternal del Congreso. Moral y luces son los polos de una república; moral y luces son nuestras primeras necesidades» Mientras que sobre la función del Estado dijo: «El gobierno forma la moral de los pueblos, los encamina a la grandeza, a la prosperidad, al poder. Porque teniendo a su cargo los elementos de la sociedad, establece la educación pública y la dirige»  Igual que en un decreto en Bolivia afirma que: «El primer deber del gobierno es dar educación al pueblo, uniforme y general y administrada en establecimientos organizados de acuerdo a la ley porque la salud de la República depende de la moral que por la educación adquieren los ciudadanos en su infancia» José María Vargas, luego de renunciar a la presidencia, bajo el mandato de Soublete, intenta proyectar la educación, defendiendo que la República debe tener «…una escuela elemental, básica gratuita y obligatoria”. El informe que Vargas da sobre el estado de la educación para entonces mostraba un panorama muy deprimente, porque de las 537 parroquias existentes, 416 no tenían infraestructura alguna para dar la instrucción primaria y las restantes no estaban adecuadas para ello.  Para 1843, según Bonilla, solo «existían en el país 377 planteles con 11.929 inscritos… uno de cada 114 niños recibía educación».  Sin embargo, con Juan Crisóstomo Falcón se empiezan a dar avances, ya con un decreto que dice: «La libertad de enseñanza será protegida en toda su extensión. El poder público queda obligado a estar gratuitamente en la educación primaria de artes y oficios».  Juan Bautista Dalla-Costa, hijo, antes que Guzmán Blanco, realizó una circular en donde en el Estado de Guayana se obligaba a dar educación gratuita y obligatoria a todos sus ciudadanos. El decreto de Guzmán Blanco «La instrucción pública en Venezuela es de dos especies: obligatoria o necesaria, y libre o voluntaria». Martín Sanabria fue el autor y ejecutor del decreto, anunciado el 27 de junio de 1870, sobre enseñanza primaria pública, obligatoria y gratuita. Sanabria mantuvo amistad y correspondencia, al igual que Aníbal Dominicci, con Guzmán Blanco, incluso en sus últimos años, por lo que era alguien cercano a él y formó parte de ese círculo que buscó la transformación de la República. Dicho decreto incluía a toda la sociedad venezolana, sin ningún tipo de discriminación social, racial o de género: «La instrucción obligatoria es aquella que la ley exige a todos los venezolanos de ambos sexos, y los poderes públicos están en el deber de dar gratuita y preferentemente. Comprende por ahora los principios generales de moral, la lectura y la escritura del idioma patrio, la aritmética práctica, el sistema métrico y el Compendio de la Constitución federal» Este decreto iba dirigido a la educación primaria, que era la que había sido más ignorada durante los gobiernos anteriores expresando que: «La instrucción obligatoria hace parte de la primaria». La educación, que en el Gobierno Federal, correspondía a cada provincia su dirección, pasó a ser responsabilidad del gobierno central, ya que cada una de ellas no podía costearla.  Para Martín Sanabria, autor del decreto, la familia formaba una parte fundamental en la educación y la incluye dentro del sistema que se estaba formando, creando el deber de formar cada hijo:  «Todo padre, madre, tutor o persona a cuyo cargo esté un niño o niña mayor de siete años y menor de edad, está obligado a enseñarle los conocimientos necesarios o pagar un maestro que les enseñe, y en caso de no poder hacer ni una ni otra cosa, deberá mandarlo a la escuela pública del lugar» También se toma en cuenta a los adultos en la instrucción primaria, ya que había una alta tasa de población analfabeta, ergo, esta indica que «Las escuelas primarias de adultos pueden ser dominicales y nocturnas».  Se busca estimular a los profesores con beneficios, haciendo atractiva a la profesión. Para ello se ofrecieron ingresos extraordinarios a aquellos profesores que enseñaran al mayor número de alumnos al año y se les otorgaría una pensión a aquellos que «enseñen por quince años consecutivos las primeras letras en las escuelas de la Nación» y tendrían «una pensión igual al sueldo que disfrutaba y que se pagará de las rentas de instrucción primaria». Por la débil situación económica, se establece una estrategia para poder financiar el nuevo sistema educativo, siendo este «un impuesto nacional sobre la circulación de los valores en la forma que se expresará; y su producto íntegro se destina a la fundación y sostenimiento de escuelas primarias». En lo administrativo se creó una Dirección Nacional de Instrucción Primaria con juntas

Ilustración de Gómez y Castro Boxeando

La pelea de los compadres

Si quieres recibir nuestros artículos más recientes suscríbete aquí El escenario político nacional ha vivido una gran cantidad de separaciones entre amistades y familiares, rupturas que han creado polémicas e interpretaciones dando fuerza a los llamados chismes o historias locales sobre la razón de los hechos. Entre ellos destaca la ruptura entre los compadres, Cipriano Castro y su segundo, Juan Vicente Gómez, a quien se le ha acusado de traición pero muy poco se conoce sobre las razones por las cuáles, ellos se vieron enfrentados, luego de una larga amistad.  De Caracas a Encontrados La llegada de Cipriano a Caracas inició una nueva etapa conocida como la “Hegemonía Andina”. Gómez fue nombrado por su compadre como Gobernador de Caracas, pero quedaba un Estado sin controlar y paradójicamente se trataba del Táchira, lugar de origen de ambos. Ante esa situación, Cipriano considera que el hombre indicado para aquella tarea era Juan Vicente. Caracas era ajena para el ganadero andino, mientras que en el Táchira otra era la historia. Juan Vicente viajó por mar, para llegar a Maracaibo y luego desde la “tierra del sol amada” volvería a navegar para llegar  a Encontrados, donde se dirigirá hacia Táriba. Era su primer viaje por barco, medio por el cual se logró trasladar a las tropas desde Caracas hasta el Táchira con el menor desgaste posible para la época. Al entrar al Táchira, los caudillos que controlaban la región, el general Juan Pablo Peñaloza y Joaquín Corona, huyeron sin hacer resistencia. La recepción de Gómez fue de bienvenida, pero aquel hecho marcaría el tránsito hacia el primer desencuentro con su compadre, Cipriano Castro. Liderazgo y Paranoia «Me propongo a desarrollar una política amplia y de garantía para todos» Juan Vicente Gómez Uno de los errores que se puede considerar que cometió Gómez, fue llevar a su lado como Secretario al Dr. Samuel Niño, un hombre dado a las intrigas triviales.  Este no tenía buena estrella entre los seguidores de Cipriano. Gómez, al llegar, se encontró con un Estado caótico, y tuvo que poner control sobre la situación de forma rápida. Aunque Corona había dejado a los presos sueltos, al poco tiempo, las tropas de Juan Vicente ya se habían hecho cargo.   El cultivo del café y la ganadería se vieron fortalecidos con la presencia del nuevo gobernador. El éxito de su gobierno se transformó en prestigio y Cipriano no tardó en enterarse. El primer inconveniente se da, cuando Celestino Castro, hermano de Cipriano Castro, se opone a la presencia del Dr. Niño como Secretario de Gómez, pero esto solo formó una parte de las intrigas que afectaron la situación. Los más cercanos a Castro se dedicaron a conspirar. El presidente, ante la información que recibía, preguntó en una carta a Gómez si estaba dispuesto a volver, donde la respuesta, terminó de desatar los miedos que tenía: «No tengo inconveniente alguno en acompañarlo y velar por su existencia, pero de todos los mozos que nos acompañaron a Caracas y de todo lo que sirve, pues el Estado solo confía en mi y a mi solo obedecen… Hoy en el Táchira ya no se sabe lo que es un muerto a bala o machete ni a nadie se veja o estropea como venía siendo la costumbre… » Juan Vicente Gómez Aparte, Gómez tenía acusaciones de haber usado fondos del Estado para sus negocios personales, y en carta, afirmó a Castro que tenía intereses personales en el Táchira y le preocupaba en las manos que quedarían si él se tuviese que ausentar El resultado fue que el 22 de agosto, Cipriano nombra a su hermano como Presidente del Táchira y destituye a Gómez. Esta acción molestó mucho a su compadre, quien se dice, estuvo a punto de separarse por completo de la vida política. Aquel hecho lo retiró por varios días a su hacienda, recién adquirida, «La mulera». Gómez regresó a Caracas y al tiempo era el Vice-Presidente de la República, Castro no podía arriesgarse de perder su apoyo, aunque este siguiese en el Táchira, atendiendo sus negocios o en la Capital como segundo al mando. Los negocios de los compadres «Jamás he tenido el deseo de ser político. Fue usted quien me hizo salir de mi hacienda y entrar en la vida pública y al contraer las graves obligaciones que ese paso me imponía, solo me guió como único móvil mi gran cariño y sincero afecto por usted». Juan Vicente Gómez. Luego que Juan Vicente y Cipriano lograran vencer las rebeliones y la «Revolución Libertadora», parecía que las diferencias entre los compadres habían desaparecido. Gómez había logrado salvar a Castro de la derrota y lo ayudó a volver triunfador. Juan Vicente era llamado «El pacificador» por su labor en el combate. Sin embargo, en lo privado, Castro trataba a Gómez con una fría cordialidad, mientras que este se andaba con cuidado de cada palabra y acción, para evitar una reacción del «Cabito». En 1905, Gómez y Castro inician negocios ganaderos de los cuales Gómez termina siendo deudor. Se dice que luego de esto, el Presidente le exigió el pago, sabiendo que este no podía pagarle. En este proceso, el General Pimentel, amigo de Gómez, pasó a ser su deudor y lo ayudó a pagar la deuda y dar un buen fin a aquel hecho. Empero, Gómez se resentiría aún más por la forma de actuar de Castro. El teatro político de Cipriano Ocurre el 9 de abril de  1906 un hecho curioso: Castro designa a Gómez, encargado de la República, y se retira a Los Teques. De ahí, se dirige a La Victoria, desde donde realiza, el 23 de mayo, día en que se celebraba el inicio de la Revolución Restauradora, un manifiesto en el que indica su deseo de separarse temporalmente del poder. De ahí, se inicia un contrapunteo entre Gómez y Castro en donde el Juan Vicente le pide que vuelva a la presidencia pero Cipriano se niega a dar su brazo a torcer. Gómez, buscando como acercarse a su compadre, usa la

Cipriano Castro frente a la invasión extranjera

Si quieres recibir nuestros artículos más recientes suscríbete aquí Para el inicio del siglo XX, Venezuela pasó por momentos críticos que, de no ser por la actuación de diferentes actores políticos, pudieron comprometer su soberanía e independencia. En aquella época la industrialización estaba al frente del desarrollo mundial, las naciones que la encabezan son Alemania, Francia, Japón, Inglaterra y los Estados Unidos de América; seguidas por Rusia, Bélgica, Italia y Holanda. Todas ellas han logrado un nivel de influencia en el mundo, al margen de la América Hispana. El viejo continente no descarta penetrar aquellas Repúblicas, pero se encuentran con un actor que, con su postura, los mantiene a raya: los Estados Unidos de América y su doctrina Monroe. Todos los elementos que confluyen entonces, llevan a la pretensión de Alemania de crear una base naval en Margarita, que desembocará en un conflicto internacional para la pequeña República Hispana. La base naval alemana «Si algún “gran poder civilizado”, por ejemplo Rusia o Alemania, hubieran tenido para con nosotros la conducta que tuvo la Venezuela de Castro, nosotros hubiéramos ido a la guerra. Pero no podíamos ir a la guerra contra Venezuela, porque nuestro pueblo no aceptaba ser irritado por las acciones de un oponente débil, y tomamos una actitud que quizás no fue la más sabia, la de rechazar el combate con ese débil oponente aunque probablemente no fue esa la que debíamos haber adoptado».  Theodore Roosevelt La posición geográfica venezolana siempre ha sido de interés para las grandes potencias mundiales. El no haber cancelado el contrato del ferrocarril Caracas-Valencia, deuda contraída durante el gobierno de Guzmán Blanco quien cedió una concesión a Alfred Krupp, sirvió de argumento a los alemanes para dar un paso hacia la búsqueda de una posición estratégica en hispanoamérica: instalar una base naval en Margarita. Al parecer, ya para 1901, Alemania había realizado estudios cerca de la Isla de Margarita, y fue descubierta por los EEUU. Además, buscaban una concesión para operar una estación de carbón en la isla por 99 años. El reclamo de la deuda fue la herramienta que les dio fuerza para avanzar con sus pretensiones, ante las cuales, los EEUU dieron carta abierta, por no tratarse de «una pretensión territorial» directamente sino como castigo por la mora en pagos. A su vez, la Venezuela de Cipriano se encontraba bajo la presión por los reclamos de deudas con Inglaterra. Mismo caso con Italia. Las tres naciones aprovecharon la oportunidad para aliarse y realizar un bloqueo, el 9 de diciembre de 1902, utilizando 15 unidades navales de Inglaterra y Alemania para tomar el puerto de La Guaira, mientras que Italia bloqueó el puerto de La Vela de Coro. Posteriormente se unieron buques de España, Holanda, Bélgica y México. En este hecho fueron capturados, y en algunos casos derribados, barcos venezolanos, los cuales no estaban preparados para enfrentar ataques foráneos y eran, en gran parte de ellos, barcos civiles apenas adaptados para la guerra.   Cipriano, en respuesta, reaccionó contra diplomáticos y civiles alemanes, ingleses e italianos que habitaban en el país.   Aquel movido año de 1902, tendría un gran dinamismo y una multiplicidad de conflictos para Venezuela. Cipriano y la doctrina Drago “La planta insolente del extranjero ha profanado el sagrado suelo de la Patria» Cipriano Castro. La proclama de Cipriano hizo eco entre los habitantes del país y seguidores de su gobierno, que hasta entonces, gozaba de cierta popularidad a pesar de su oposición. Esta proclama toma respaldo con base en la doctrina Drago, del Argentino José María Drago, quien reaccionó ante la negativa de los EEUU de aplicar la Doctrina Monroe en defensa de Venezuela. Los Estados Unidos de América se negaron a intervenir, porque afirmaban que su doctrina solo iba dirigida a impedir que potencias extranjeras volvieran a tomar territorio en suelo americano y no para aquellos casos que se trataran de reclamos por deudas. «La Doctrina Monroe es una declaración de principios que se refiere a que no debe haber ningún engrandecimiento territorial en suelo americano de ningún otro poder que no sea Estados Unidos. Nosotros no garantizamos a ningún Estado que no será castigado si su mala conducta lo merece, si se determina que dicho castigo no tomará la forma de la adquisición de territorio». Secretario de Estado de EEUU, John Hay. La doctrina Drago, anunciada por el Ministro de Relaciones Exteriores de Argentina, José María Drago, estaba fundamentada en la teoría de Carlos Calvo. Esta proponía «prohibir la intervención diplomática cuando hubiera pleitos entre partes de distintos países, hasta que no estuvieran agotados los recursos locales». Diría entonces el memorandum de Drago a los EEUU: «…es una condición inherente a la soberanía que procedimientos ejecutivos no pueden ser expedidos o cumplidos, cuando esa forma de pago comprometa su misma existencia, haciendo desaparecer su independencia… la recuperación del préstamo por métodos militares supone una ocupación territorial para hacerlo efectivo; y esto significa la supresión o subordinación del gobierno local en los países en los cuales sea extendido». …Es decir; el principio que me gustaría ver reconocido es que una deuda pública no pueda dar origen al derecho de intervención y mucho menos a la ocupación de territorio  de cualquier potencia europea». Sin embargo, la propuesta norteamericana fue un arbitraje. La América hispana reaccionó ante aquellos sucesos, pero solo el gobierno Argentino dio su apoyo abiertamente a Venezuela. Roosevelt se negó a ser árbitro, a pesar de la petición de apoyo del «Cabito». «No actuaré como árbitro de ese país porque mi país tiene que cobrar dinero a Venezuela», fueron las palabras con las que Roosevelt se negó a participar. Empero, dio permiso a su embajador Herbert Bowen, para que representara a Venezuela en aquel conflicto. A pesar de todo, si Alemania intentaba tomar el territorio, para él se «habría amenazado la propuesta para el proyecto “Canal de Panamá»», como lo escribió en una carta a William Thayer. La Cañonera En pleno bloqueo, un buque venezolano logra burlar a los europeos, pero sus tripulantes terminan en el Fuerte

La trágica muerte de Mamacuri el cazador

Si quieres recibir nuestros artículos más recientes suscríbete aquí Nuestros nativos tuvieron grandes guerreros y los relatos sobre ellos tienen sus propias enseñanzas. Tal es la historia de Mamacuri, una que destaca por la relación directa que existe en la destreza y el orgullo, que puede llevar al hombre, incluso hasta su muerte, pero también la lealtad a la amistad y el no dejarla ceder ante la adversidad. Camino a la tragedia En las proximidades del bajo Orinoco, vivió un hombre cuyas habilidades se transformarán en leyenda. Dicen que su nombre puede encontrarse en la fundación de Nueva Andalucía, hoy Cumaná. Creció dedicado a la caza y su habilidad para la misma los transformó en uno de los mejores cazadores entre los caribes. Su nombre pudiese indicar que tuvo algún tipo de origen o nexo con los Incas, así que pudo haber viajado desde el Sur. El vocablo «Mama», entre los Incas, se relacionaba a madre, padre o creador; y curi pertenecía a la lengua caribe o chaima. Así, su nombre sería algo cercano a «Padre del acure». En aquella época, cuando vivía Mamacuri, un misionero viajó a aquel lugar donde el Orinoco desemboca en el mar. Ahí lo conoció, donde apunto de ser víctima de una pantera parda, una flecha cruzó en el aire para dar con aquella bestia y salvar al hombre de fé. Se trataba de un Cacique y Piache, amigo de Queipa, otro Cacique, a quien se le destacaban grandes habilidades sobrenaturales. Fue llevado a su tribu, la cuál conoció de cerca y pudo notar que Mamacuri no solo era un hábil cazador, sino también tenía la capacidad de domesticar a los animales salvajes. El aborigen era respetado por todos los demás, manejaba el arco y la flecha, así como la jabalina, la cual utilizaba para la pesca. Principalmente, Mamacuri era seguido por un Papagayo (una especie de loro), muy parecido a Guacamayo quien también los domesticaba; y un morrocoy, quienes lo acompañaban en sus caminos por la selva. Incluso se podían ver distintas aves y conejos realizar trucos poco usuales, que Mamacuri les había enseñado. En su espalda, llevaba como trofeo, la piel de algún felino o bestia que hubiese vencido, por lo que solía variar su vestimenta, ya que eran muchos los trofeos que este había logrado. El misionero llegó a evidenciar como los animales, ante su mirada, se volvían sumisos. La tragedia de Mamacuri Mamacuri era orgulloso, y aunque solía ser tranquilo, poco dado a la violencia, le enfurecía que dudaran de sus habilidades. Tarai o Tacuarai, el Gran Cacique, también conocido como Guaratari, sin embargo, no titubeó en poner en duda y burlarse del temido cazador. En su condición, no le debía respeto a quien estaba por debajo de él. La leyenda cuenta que esto ocurrió como resultado de una disputa entre el cacique Queipa y Guaratari. Queipa había realizado una alianza con los españoles, en la que estaba relacionada su hija Tibaire, una nativa de los Jirajara. Guaratari, quien deseaba a la hija de Queipa envió al piache Tiznado para que este consiguiera a Tibaire para él, en petición a Queipa, pero este se negó. Esto terminó de enfurecer a Guaratari. Queipa pide ayuda de Mamacuri, para enfrentar la ira del Gran Cacique, y este buscó intervenir entre ambos, pero lo único que logró fue conseguir la burla y el desprecio de Guaratari. Aquello enfureció a Mamacuri, quien decidió enfrentarse al Gran Cacique, junto a Queipa. En respuesta, Guaratari decidió cazarlo. Mamacuri fue seguido y capturado, ante el poderío de aquel líder nativo. En castigo, fue amarrado en medio de la selva a un árbol, donde se le dejó para que las bestias que él había cazado le dieran muerte. Al tiempo, apenas quedó rastro de la existencia de aquel poderoso nativo, que murió humillado, producto de su orgullo. Muerte trae más muerte Queipa murió a manos de Tiznados y Guaratari siguió en su lucha, hasta que se encontró con el español Juan Fernández de Alderete, quien tenía prometida a Tibaire, la Jirajara. Fernández se enfrentó a Guaratari y en el camino fue asesinado el piache Tiznados, a quien debía parte de su suerte por sus habilidades místicas. De esta lucha, sale muerto Guaratari, mientras que Fernández terminó casado con la hermosa Tibaire, quien luego será bautizada como Irene. Si quieres recibir nuestros artículos más recientes suscríbete aquí FuenteReyes, Antonio. Caciques de Venezuela. Wikipedia. Nota: Gran Cacique era aquel que dominaba varias tribus de una lengua común. Cada tribu tenía su cacique, y de todas, se seleccionaba a un Gran Cacique, como lo fueron Guaicaipuro y Guaratari.

La revolución de Coro o la rebelión de Colina y Pulido

«La revolución de Coro» o la «Colinada» fue un alzamiento en contra del gobierno de Guzmán Blanco, durante el mes de octubre de 1874 y febrero de 1875, por parte de los generales León Colina, en Coro, y José Ignacio Pulido en el Oriente de la República. Entonces, Guzmán Blanco, quien se encontraba débil de salud, se lanzó a enfrentar la sublevación. Pulido y Colina «La Revolución tiene en Occidente un Ejército sin general y en Oriente un general sin Ejército» Guzmán Blanco imitando a Julio Cesar. En primera instancia, Guzmán tenía la insurrección de Colina que había su Jefe del Estado Mayor y había participado en el Consejo de Guerra contra Matías Salazar, en 1972. Para ese momento era el Presidente del Estado Falcón. Colina, a partir del año 1973, inicia un movimiento en contra de Guzmán acusándolo de tener una autoridad «atentatoria, tiránica y usurpada». Usaron como bandera de lucha, volver a la constitución de 1864. La Asamblea Legistaltiva del estado Falcón realizó una acta-manifiesto donde denunciaban los agravios cometidos por Guzmán Blanco contra la República. En ellos, se hacían notar la prisión del general Eduardo Ortega y el diputado y Gral. Santos Carrera, la residencia forzosa al senador de Barquisimeto Fernando Adames y al diputado de Portuguesa Luis Felipe Orá. También se rechazaban las amenazas de una posible invasión d e Coro por parte de Guzmán si fuesen electos Pulgar o Pachano como presidentes del Estado.  Por otro lado tenía a José Ignacio Pulido, el cual era un general de gran preparación y experiencia, pero que no estaba preparado para sostener la insurrección. Pulido era parte del guzmancismo, había ocupado la Inspectoría General del Ejército y dirigió el movimiento insurrecto en Oriente.  Al ataque Guzmán sufría males digestivos y mucha tos, acababa de pasar un quebranto. A pesar de todo, se puso al frente de la operación al tomar el mando del ejército, con 18.000 hombres bajo sus órdenes. Atacaría a Colina por mar desde Puerto Cabello, y por tierra desde Barquisimeto hacia Coro, gracias a su centro de operaciones creado en el eje Puerto Cabello-Valencia. Nombró al general Víctor Rodríguez jefe de la expedición de Oriente y Diego Bautista Urbaneja comisionado especial. En el Zulia, envió al ministro Jacinto Gutierrez.  Al llegar a Barquisimeto, la población lo recibió con gran aprecio. La lucha fue desproporcionada, Guzmán usó una fuerza inusual, posiblemente con la intención de disuadir cualquier otra insurrección futura. El 27 de noviembre se enfrentó al general Colina en Barquisimeto, y lo hizo retirarse a Coro. Cerca de Urica, en el Cacao, las fuerzas guzmancistas derrotaron y detuvieron a Pulido con todo su Estado Mayor.  Colina, al ver que no tenía fuerzas, pactó una capitulación el 3 de febrero de 1875, con el Gral. Miguel Gil, jefe del Gran Estado Mayor. Guzmán le perdonó la vida, a diferencia de lo ocurrido con Matías Salazar, por considerar que fusilarlo lo haría ver como «cruel y sanguinario», además que con aquella victoria, su poder quedaba más afianzado. Esta revolución no hizo más que mostrar el control que tenía Guzmán sobre los caudillos. Aquella operación para enfrentar a la revolución, según la declaración al Congreso, le costó a la nación 1.138.080,9 venezolanos, que era la moneda para entonces.  Un golpe al espíritu «Yo no puedo más; mi espíritu y mi naturaleza están postrados… estoy aburrido de esta vida para la cual no tengo ya ni espíritu ni salud… Qué destino el mío no tener un día de tranquilidad…» Guzmán Blanco a Ana Teresa. A pesar de la gran victoria, el Ilustre Americano se encontraba bastante afectado. Muchas veces se le ha juzgado como megalómano, pero las cartas que se intercambiaba con su familia, principalmente su esposa, evidenciaban un cansancio y fuerte deseo de separarse de la política del país. Como la historia lo ha demostrado, el deseo y la acción suelen andar por distintos caminos en la vida de los hombres.  Durante aquellos días, sus hijos pasaban difíciles situaciones de salud, dos enfermaron y esto le causó a Guzmán un derrame de Bilis.  Fuente Polanco Alcántara. Guzmán Blanco.  Página 263. Venezuela Tuya G.J.Jiménez

El puente de Curamichate

Si quieres recibir nuestros artículos más recientes suscríbete aquí El puente de Curamichate fue una de las obras realizadas durante  el gobierno de Guzmán Blanco, en su transformación de la ciudad de Caracas. Este estuvo ubicado en la calle Ustáriz. Su nombre está relacionado al desembarco en Coro, específicamente en Curamichate, de Guzmán el 14 de febrero de 1870, al estallar la Revolución de Abril. Comprende entre el grupon de puentes que fueron construidos durante 1870-1877, entre ellos el de Caño Amarillo al oeste, Puente de Hierro al sur y Guanábano al norte. Curamichate estaba al oeste.  La ceremonia de inauguración tuvo como padrinos al general José Ignacio Pulido, el general Juan B. García, Diego Bautista Urbaneja, el general Miguel Gil y el coronel Andrés Ibarra. El puente desapareció, pero quedó el nombre.  Fue un lugar de recreo, rodeado de pilastras coronadas de jarrones etruscos enlazados por una reja. Ofrece cómodos asientos para los transeúntes. El puente estaba dividido en dos partes que cortaban en un ángulo recto y servía de enlace con las calles que ahí concurren. Si quieres recibir nuestros artículos más recientes suscríbete aquí Fuente Esteva Grillet, Roldán. Fuentes documentales y críticas de las artes plásticas venezolanas.

¿Cómo Guzmán Blanco venció al Centauro?

El Tratado de Coche, fue la reunión en la cual, se puso fin a la Guerra Federal, con el triunfo de Falcón sobre José Antonio Páez. En esta victoria, tuvo gran influencia Guzmán Blanco, que gracias a lo aprendido durante la guerra, logró entender las fallas del Centauro y como poner el escenario a su favor.  Si quieres recibir nuestros artículos más recientes suscríbete aquí El plan para vencer a Páez Guzmán Blanco, quien era un hombre instruido, se dedicó a analizar al líder de los Conservadores, y primera lanza venezolana, José Antonio Páez. En aquella tarea entendió que Páez estaba sosteniendo la guerra con base a su personalidad y que este, al pensar de esa forma, atacaría directamente al líder de los federales, Juan Crisótomo Falcón. De esa forma, Páez usó a todos sus ejércitos para acabar con aquella guerra pero según Blanco, se encontró con un escenario diferente: «El Gral Falcón sabe que la Revolución no es él, sino la Federación, ni de él sino del pueblo… seis batallas han sido necesarias y las hemos dado y hemos triunfado…» La debilidad que aún tenían los liberales era la marítima. Esto les restaba velocidad de respuesta frente a los conservadores. Por ello, todo giró en buscar privarlos del «dominio del mar». De ahí Guzmán trazó el siguiente plan: Cercar Caracas, ostigando desde Villa de Cura, Turmero, Cagua y Maracay y luego completar y cerrar su línea entrando por Barlovento y los Valles del Tuy hacia Petare. Reunieron municiones y ganado e hicieron funcionar los ataques para cofundir al enemigo para que este no supiera cuál era el ataque principal.  Hacia el tratado Al verse imposibilitado de ganar la guerra, Páez se convenció de que había que buscar la paz. Todo terminaría con el Tratado de Coche, Paéz entregaría el poder a la Asamblea, esta a Falcón y Guzmán Blanco quedaría como Vice-Presidente. Si quieres recibir nuestros artículos más recientes suscríbete aquí Fuente Alcántara Polanco.  Biografía de Guzmán Blanco. G.J.Jiménez

Guacamayo, el cacique y el papagayo.

Si quieres recibir nuestros artículos más recientes suscríbete aquí Entre los aborígenes que habitaron nuestra tierra, se cuenta que hubo al que se conoció como Guacamayo. Este nativo tenía una cualidad única, y era la capacidad para que las aves lo siguieran a donde iba. Fue un importan cacique y piache de Tacarigua. Su dominio de las aves le daban su poderosa reputación. Vivía en la Laguna de Tacarigua dedicado a la caza y la pesca.  La guerra contra España Guacamayo combatió contra los españoles, a quienes consideró sus enemigos. Frente a la Laguna, gritó de desesperación y lanzó todos sus instrumentos de caza al agua para luego jurar: «Mientras esta tierra no vuelva a ser libre jamás volveré a ocuparme de otra cosa que no sea luchar por lanzar a los intrusos blancos hasta más allá del mar».  Papagayos Se dice que no solo las aves lo seguían, sino también un ejambre de papagayos, conocido actualmente como una artesanía tradicional venezolana que vuela por los aires sostenida por un pabilo a su dueño. Si quieres recibir nuestros artículos más recientes suscríbete aquí Fuente Reyes, Antonio. Aborígenes de Venezuela. 

El asesinato de Alberto Lovera

Si quieres recibir nuestros artículos más recientes suscríbete aquí Alberto Lovera, conocido como el «cojo Lovera» por su forma de caminar, producto de un accidente, fue una figura del Partido Comunista de Venezuela (PCV), nacido en Margarita, cuya historia forma parte de las múltiples muertes ocurridas en Venezuela durante el periodo denominado democrático. No se pretende con este artículo favorecer a una postura política o juzgar los motivos de las acciones realizadas por los grupos de seguridad, sino reseñar el hecho. ¿Quién fue Lovera? Fue el fundador de la juventud comunista del PCV, razón por la cual llegó a viajar hasta Polonia en representación del partido. Fue líder sindical, obrero, y uno de los diputados electos del partido URD, en el cual participó al no poder hacerlo con el PCV, pero renunció a su condición de diputado en protesta a la actitud sumisa que asegura que tuvo Jóvito Villalba frente a lo que consideraba un fraude electoral por parte de la Junta Militar. Es importante destacar que a Villalba se le desconoció la victoria por haber utilizado maquinaria de partidos que estaban ilegalizados como el PCV. Lovera pudiese considerarse parte de esa maquinaria.  Lovera, durante los años 60, fue parte de la lucha guerrillera comunista en Venezuela, vinculado a la revolución cubana, razón por la cual era buscado por los organismos de seguridad. La detención El 17 de octubre de 1965, al final de la tarde, Lovera es detenido por la Digepol, en su Mercedes azul, y trasladado a las instalaciones ubicadas en «Los Chaguaramos». Lovera había salido del edificio «San José» de Las Acacias, donde estará ubicada la plaza «Las tres gracias», en la ciudad de Santiago de León de Caracas.  A los días, Lovera fue enviado al retén «Planchart» y posteriormente al campo antiguerrillero de «Cachipo» en el estado Monagas. Al llegar a ese campo, los militares se negaron a recibirlo por el estado en que se encontraba Lovera. Se presume que fue torturado durante nueve días continuos.  Luego de un tiempo, el cuerpo de Lovera es conseguido en una playa de Lecherías del estado Anzoátegui. Un pescador lo descubrió luego de que se enredara a su atarraya. El cuerpo estaba desnudo, inflado y sin cabello. Su cara, pies y manos estaban destrozados, lo que daba indicios de tortura. Alrededor del cuello tenía una cadena gruesa, un pico y un candado, para que el cuerpo no pudiese flotar. Los forenses tuvieron un arduo trabajo para lograr confirmar la identidad del cuerpo, por el estado en que lo habían recibido.  Su esposa realizó un duro trabajo en dar con su esposo y fue la PTJ que le tocó lograr dar con la identidad del que llamaron «el ahogado». No tenía yemas en los dedos, habían destruido gran parte de su dentadura y de la cervical. El rostro era irreconocible. La PTJ confirmó que las huellas dactilares, en medio de lo que se podía, eran de Alberto Lovera; y su esposa María del Mar Álvarez reconoció un trabajo que se había hecho en Beijing en la dentadura. Cinco meses le tomó a María del Mar confirmar que se trataba de su esposo.  El juicio José Vicente Rangel y la esposa de Lovera, fueron quienes realizaron la investigación para hallar con los culpables. El gobierno no encontró culpable pero la investigación de Rangel dieron que estaban vinculados los funcionarios de la DIGEPOL, conocidos como «Los muchachos de Carlos Andrés», los cuales fueron preparados por el cubano Orlando García Vásquez: Director General DIGEPOL José Jesús Patiño González, comisarios Carlos Vegas Delgado Alias «El Capitán», Alberto Ochoa, Roberto Romero, Miguel Aguilar, Pedro Cisneros, , Carlos Ferrara, Douglas Rodríguez, Eduardo Armenteros González, Mario Segundo Leal Acuña, José Ramón Antúnez y Carlos Quintero. Durante todos estos sucesos, gobernaba Raúl Leoni, con Gonzalo Barrios como Ministro de Interior. Si quieres recibir nuestros artículos más recientes suscríbete aquí Fuenteshttps://es.wikipedia.org/wiki/Alberto_Lovera Foto e información extraída de AVN Prensa, año 1965.

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