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Cipriano Castro frente a la invasión extranjera

Germán Jiménez

Autor

Cipriano-Castro

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Para el inicio del siglo XX, Venezuela pasó por momentos críticos que, de no ser por la actuación de diferentes actores políticos, pudieron comprometer su soberanía e independencia.

En aquella época la industrialización estaba al frente del desarrollo mundial, las naciones que la encabezan son Alemania, Francia, Japón, Inglaterra y los Estados Unidos de América; seguidas por Rusia, Bélgica, Italia y Holanda. Todas ellas han logrado un nivel de influencia en el mundo, al margen de la América Hispana.

El viejo continente no descarta penetrar aquellas Repúblicas, pero se encuentran con un actor que, con su postura, los mantiene a raya: los Estados Unidos de América y su doctrina Monroe.

Todos los elementos que confluyen entonces, llevan a la pretensión de Alemania de crear una base naval en Margarita, que desembocará en un conflicto internacional para la pequeña República Hispana.

La base naval alemana


«Si algún “gran poder civilizado”, por ejemplo Rusia o Alemania, hubieran tenido para con nosotros la conducta que tuvo la Venezuela de Castro, nosotros hubiéramos ido a la guerra. Pero no podíamos ir a la guerra contra Venezuela, porque nuestro pueblo no aceptaba ser irritado por las acciones de un oponente débil, y tomamos una actitud que quizás no fue la más sabia, la de rechazar el combate con ese débil oponente aunque probablemente no fue esa la que debíamos haber adoptado».  Theodore Roosevelt


La posición geográfica venezolana siempre ha sido de interés para las grandes potencias mundiales. El no haber cancelado el contrato del ferrocarril Caracas-Valencia, deuda contraída durante el gobierno de Guzmán Blanco quien cedió una concesión a Alfred Krupp, sirvió de argumento a los alemanes para dar un paso hacia la búsqueda de una posición estratégica en hispanoamérica: instalar una base naval en Margarita.

Al parecer, ya para 1901, Alemania había realizado estudios cerca de la Isla de Margarita, y fue descubierta por los EEUU. Además, buscaban una concesión para operar una estación de carbón en la isla por 99 años. El reclamo de la deuda fue la herramienta que les dio fuerza para avanzar con sus pretensiones, ante las cuales, los EEUU dieron carta abierta, por no tratarse de «una pretensión territorial» directamente sino como castigo por la mora en pagos.

A su vez, la Venezuela de Cipriano se encontraba bajo la presión por los reclamos de deudas con Inglaterra. Mismo caso con Italia. Las tres naciones aprovecharon la oportunidad para aliarse y realizar un bloqueo, el 9 de diciembre de 1902, utilizando 15 unidades navales de Inglaterra y Alemania para tomar el puerto de La Guaira, mientras que Italia bloqueó el puerto de La Vela de Coro. Posteriormente se unieron buques de España, Holanda, Bélgica y México. En este hecho fueron capturados, y en algunos casos derribados, barcos venezolanos, los cuales no estaban preparados para enfrentar ataques foráneos y eran, en gran parte de ellos, barcos civiles apenas adaptados para la guerra.  

Cipriano, en respuesta, reaccionó contra diplomáticos y civiles alemanes, ingleses e italianos que habitaban en el país.  

Aquel movido año de 1902, tendría un gran dinamismo y una multiplicidad de conflictos para Venezuela.

Cipriano y la doctrina Drago


“La planta insolente del extranjero ha profanado el sagrado suelo de la Patria» Cipriano Castro.


La proclama de Cipriano hizo eco entre los habitantes del país y seguidores de su gobierno, que hasta entonces, gozaba de cierta popularidad a pesar de su oposición. Esta proclama toma respaldo con base en la doctrina Drago, del Argentino José María Drago, quien reaccionó ante la negativa de los EEUU de aplicar la Doctrina Monroe en defensa de Venezuela.

Los Estados Unidos de América se negaron a intervenir, porque afirmaban que su doctrina solo iba dirigida a impedir que potencias extranjeras volvieran a tomar territorio en suelo americano y no para aquellos casos que se trataran de reclamos por deudas.


«La Doctrina Monroe es una declaración de principios que se refiere a que no debe haber ningún engrandecimiento territorial en suelo americano de ningún otro poder que no sea Estados Unidos. Nosotros no garantizamos a ningún Estado que no será castigado si su mala conducta lo merece, si se determina que dicho castigo no tomará la forma de la adquisición de territorio». Secretario de Estado de EEUU, John Hay.


La doctrina Drago, anunciada por el Ministro de Relaciones Exteriores de Argentina, José María Drago, estaba fundamentada en la teoría de Carlos Calvo. Esta proponía «prohibir la intervención diplomática cuando hubiera pleitos entre partes de distintos países, hasta que no estuvieran agotados los recursos locales».

Diría entonces el memorandum de Drago a los EEUU:


«…es una condición inherente a la soberanía que procedimientos ejecutivos no pueden ser expedidos o cumplidos, cuando esa forma de pago comprometa su misma existencia, haciendo desaparecer su independencia… la recuperación del préstamo por métodos militares supone una ocupación territorial para hacerlo efectivo; y esto significa la supresión o subordinación del gobierno local en los países en los cuales sea extendido».

…Es decir; el principio que me gustaría ver reconocido es que una deuda pública no pueda dar origen al derecho de intervención y mucho menos a la ocupación de territorio  de cualquier potencia europea».


Sin embargo, la propuesta norteamericana fue un arbitraje. La América hispana reaccionó ante aquellos sucesos, pero solo el gobierno Argentino dio su apoyo abiertamente a Venezuela. Roosevelt se negó a ser árbitro, a pesar de la petición de apoyo del «Cabito».

«No actuaré como árbitro de ese país porque mi país tiene que cobrar dinero a Venezuela», fueron las palabras con las que Roosevelt se negó a participar. Empero, dio permiso a su embajador Herbert Bowen, para que representara a Venezuela en aquel conflicto. A pesar de todo, si Alemania intentaba tomar el territorio, para él se «habría amenazado la propuesta para el proyecto “Canal de Panamá»», como lo escribió en una carta a William Thayer.

La Cañonera

En pleno bloqueo, un buque venezolano logra burlar a los europeos, pero sus tripulantes terminan en el Fuerte de San Carlos donde hacen frente y logran dañar al buque alemán «Panther», casualmente con un cañón Krupp de 80 mm de origen Alemán.  Para poder rescatarlo, bombardean el pueblo de San Carlos durante 8 horas, resultando 25 muertos de aquella acción.

El protocolo de Washinton

Cipriano Castro tuvo razones para negarse a pagar la deuda, aunque esas razones no fueron bien empleadas. Creó antipatía en la diplomacia internacional, apoyó a grupos que buscaban derrocar al gobierno neogranadino, tuvo diferencias con Trinidad y con los ingleses por Guyana, y malas relaciones con el gobierno de Brasil.

A través del Protocolo de Washington, Bowen, como representante de Venezuela, consiguió una salida para Venezuela, del conflicto. A favor de aquellos sucesos, el Tirbunal de La Haya sentenció a favor de Venezuela, reduciendo los montos totales a pagar de la deuda, que era en parte la denuncia que hacía Venezuela.

Inglaterra demandó por 14.743.523 bolívares, pero la sentencia dio como resultado a pagar 9.401.268 bolívares; Italia reclamó 39.844.259 bolívares y la sentencia fue de 2.975.906 bolívares; Alemanía hizo lo suyo por 7.376.685 bolívares y solo procedió 2.091.906; Francia reclamó 17.891.613 bolívares pero la setencia dio 2.667.079. Estados Unidos reclamó por 81.410.952 y el Tribunal determinó 2.269.543 bolívares.

Venezuela se comprometió a pagar las deudas con el 30% del ingreso recaudado en las Aduanas de La Guaira y Puerto Cabello.

A partir de estos hechos, se creó y promovió en los Estados Unidos de América el Corolario Roosevelt, una variación de la Doctrina Monroe, que añadía que toda la América latina es un territorio para expandir los intereses comerciales de los Estados Unidos. Específicamente, este antecedente afirma que aquellos países bajo la influencia de los EEUU amenazaban o ponían en peligro los derechos o propiedades de ciudadanos o empresas estadounidenses, el gobierno de EEUU estaba obligado a intervenir en sus asuntos internos en defensa de sus intereses, creando una especie de contraparte contra la influencia inglesa y francesa en América. Esta variación de la doctrina fue conocida como «The big stick».

A pesar de todo, de no ser por la intervención de los Estados Unidos de América, el viejo mundo hubiese avanzado en sus ambiciones de volver la América Hispana.

Castro logró superar aquella crisis, aunque bajo condiciones adversas que poco a poco lo fueron empujando de la presidencia para dar paso a su compadre, Juan Vicente Gómez.

G.J.Jiménez


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Fuentes
Blanco Fombona. Diario de una vida. Alcántara. Biografía de Juan Vicente Gómez. Alarico Gómez, Carlos. El poder andino: de Cipriano Castro a Medina Angarita.

Ilustración de Jorge Sambrano.

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