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La tragedia de El Limón

G.J.Jiménez Fuente Noria, Andrea. “El tiempo todo lo olvida”. El desastre de El Limón del 6 de septiembre de 1987 en Venezuela: Apuntes para su estudio. Universidad Autónoma de Chile, Santiago, Chile. Marcas de una tragedia en Aragua

Cipriano Castro frente a la invasión extranjera

Si quieres recibir nuestros artículos más recientes suscríbete aquí Para el inicio del siglo XX, Venezuela pasó por momentos críticos que, de no ser por la actuación de diferentes actores políticos, pudieron comprometer su soberanía e independencia. En aquella época la industrialización estaba al frente del desarrollo mundial, las naciones que la encabezan son Alemania, Francia, Japón, Inglaterra y los Estados Unidos de América; seguidas por Rusia, Bélgica, Italia y Holanda. Todas ellas han logrado un nivel de influencia en el mundo, al margen de la América Hispana. El viejo continente no descarta penetrar aquellas Repúblicas, pero se encuentran con un actor que, con su postura, los mantiene a raya: los Estados Unidos de América y su doctrina Monroe. Todos los elementos que confluyen entonces, llevan a la pretensión de Alemania de crear una base naval en Margarita, que desembocará en un conflicto internacional para la pequeña República Hispana. La base naval alemana «Si algún “gran poder civilizado”, por ejemplo Rusia o Alemania, hubieran tenido para con nosotros la conducta que tuvo la Venezuela de Castro, nosotros hubiéramos ido a la guerra. Pero no podíamos ir a la guerra contra Venezuela, porque nuestro pueblo no aceptaba ser irritado por las acciones de un oponente débil, y tomamos una actitud que quizás no fue la más sabia, la de rechazar el combate con ese débil oponente aunque probablemente no fue esa la que debíamos haber adoptado».  Theodore Roosevelt La posición geográfica venezolana siempre ha sido de interés para las grandes potencias mundiales. El no haber cancelado el contrato del ferrocarril Caracas-Valencia, deuda contraída durante el gobierno de Guzmán Blanco quien cedió una concesión a Alfred Krupp, sirvió de argumento a los alemanes para dar un paso hacia la búsqueda de una posición estratégica en hispanoamérica: instalar una base naval en Margarita. Al parecer, ya para 1901, Alemania había realizado estudios cerca de la Isla de Margarita, y fue descubierta por los EEUU. Además, buscaban una concesión para operar una estación de carbón en la isla por 99 años. El reclamo de la deuda fue la herramienta que les dio fuerza para avanzar con sus pretensiones, ante las cuales, los EEUU dieron carta abierta, por no tratarse de «una pretensión territorial» directamente sino como castigo por la mora en pagos. A su vez, la Venezuela de Cipriano se encontraba bajo la presión por los reclamos de deudas con Inglaterra. Mismo caso con Italia. Las tres naciones aprovecharon la oportunidad para aliarse y realizar un bloqueo, el 9 de diciembre de 1902, utilizando 15 unidades navales de Inglaterra y Alemania para tomar el puerto de La Guaira, mientras que Italia bloqueó el puerto de La Vela de Coro. Posteriormente se unieron buques de España, Holanda, Bélgica y México. En este hecho fueron capturados, y en algunos casos derribados, barcos venezolanos, los cuales no estaban preparados para enfrentar ataques foráneos y eran, en gran parte de ellos, barcos civiles apenas adaptados para la guerra.   Cipriano, en respuesta, reaccionó contra diplomáticos y civiles alemanes, ingleses e italianos que habitaban en el país.   Aquel movido año de 1902, tendría un gran dinamismo y una multiplicidad de conflictos para Venezuela. Cipriano y la doctrina Drago “La planta insolente del extranjero ha profanado el sagrado suelo de la Patria» Cipriano Castro. La proclama de Cipriano hizo eco entre los habitantes del país y seguidores de su gobierno, que hasta entonces, gozaba de cierta popularidad a pesar de su oposición. Esta proclama toma respaldo con base en la doctrina Drago, del Argentino José María Drago, quien reaccionó ante la negativa de los EEUU de aplicar la Doctrina Monroe en defensa de Venezuela. Los Estados Unidos de América se negaron a intervenir, porque afirmaban que su doctrina solo iba dirigida a impedir que potencias extranjeras volvieran a tomar territorio en suelo americano y no para aquellos casos que se trataran de reclamos por deudas. «La Doctrina Monroe es una declaración de principios que se refiere a que no debe haber ningún engrandecimiento territorial en suelo americano de ningún otro poder que no sea Estados Unidos. Nosotros no garantizamos a ningún Estado que no será castigado si su mala conducta lo merece, si se determina que dicho castigo no tomará la forma de la adquisición de territorio». Secretario de Estado de EEUU, John Hay. La doctrina Drago, anunciada por el Ministro de Relaciones Exteriores de Argentina, José María Drago, estaba fundamentada en la teoría de Carlos Calvo. Esta proponía «prohibir la intervención diplomática cuando hubiera pleitos entre partes de distintos países, hasta que no estuvieran agotados los recursos locales». Diría entonces el memorandum de Drago a los EEUU: «…es una condición inherente a la soberanía que procedimientos ejecutivos no pueden ser expedidos o cumplidos, cuando esa forma de pago comprometa su misma existencia, haciendo desaparecer su independencia… la recuperación del préstamo por métodos militares supone una ocupación territorial para hacerlo efectivo; y esto significa la supresión o subordinación del gobierno local en los países en los cuales sea extendido». …Es decir; el principio que me gustaría ver reconocido es que una deuda pública no pueda dar origen al derecho de intervención y mucho menos a la ocupación de territorio  de cualquier potencia europea». Sin embargo, la propuesta norteamericana fue un arbitraje. La América hispana reaccionó ante aquellos sucesos, pero solo el gobierno Argentino dio su apoyo abiertamente a Venezuela. Roosevelt se negó a ser árbitro, a pesar de la petición de apoyo del «Cabito». «No actuaré como árbitro de ese país porque mi país tiene que cobrar dinero a Venezuela», fueron las palabras con las que Roosevelt se negó a participar. Empero, dio permiso a su embajador Herbert Bowen, para que representara a Venezuela en aquel conflicto. A pesar de todo, si Alemania intentaba tomar el territorio, para él se «habría amenazado la propuesta para el proyecto “Canal de Panamá»», como lo escribió en una carta a William Thayer. La Cañonera En pleno bloqueo, un buque venezolano logra burlar a los europeos, pero sus tripulantes terminan en el Fuerte

La revolución de Coro o la rebelión de Colina y Pulido

«La revolución de Coro» o la «Colinada» fue un alzamiento en contra del gobierno de Guzmán Blanco, durante el mes de octubre de 1874 y febrero de 1875, por parte de los generales León Colina, en Coro, y José Ignacio Pulido en el Oriente de la República. Entonces, Guzmán Blanco, quien se encontraba débil de salud, se lanzó a enfrentar la sublevación. Pulido y Colina «La Revolución tiene en Occidente un Ejército sin general y en Oriente un general sin Ejército» Guzmán Blanco imitando a Julio Cesar. En primera instancia, Guzmán tenía la insurrección de Colina que había su Jefe del Estado Mayor y había participado en el Consejo de Guerra contra Matías Salazar, en 1972. Para ese momento era el Presidente del Estado Falcón. Colina, a partir del año 1973, inicia un movimiento en contra de Guzmán acusándolo de tener una autoridad «atentatoria, tiránica y usurpada». Usaron como bandera de lucha, volver a la constitución de 1864. La Asamblea Legistaltiva del estado Falcón realizó una acta-manifiesto donde denunciaban los agravios cometidos por Guzmán Blanco contra la República. En ellos, se hacían notar la prisión del general Eduardo Ortega y el diputado y Gral. Santos Carrera, la residencia forzosa al senador de Barquisimeto Fernando Adames y al diputado de Portuguesa Luis Felipe Orá. También se rechazaban las amenazas de una posible invasión d e Coro por parte de Guzmán si fuesen electos Pulgar o Pachano como presidentes del Estado.  Por otro lado tenía a José Ignacio Pulido, el cual era un general de gran preparación y experiencia, pero que no estaba preparado para sostener la insurrección. Pulido era parte del guzmancismo, había ocupado la Inspectoría General del Ejército y dirigió el movimiento insurrecto en Oriente.  Al ataque Guzmán sufría males digestivos y mucha tos, acababa de pasar un quebranto. A pesar de todo, se puso al frente de la operación al tomar el mando del ejército, con 18.000 hombres bajo sus órdenes. Atacaría a Colina por mar desde Puerto Cabello, y por tierra desde Barquisimeto hacia Coro, gracias a su centro de operaciones creado en el eje Puerto Cabello-Valencia. Nombró al general Víctor Rodríguez jefe de la expedición de Oriente y Diego Bautista Urbaneja comisionado especial. En el Zulia, envió al ministro Jacinto Gutierrez.  Al llegar a Barquisimeto, la población lo recibió con gran aprecio. La lucha fue desproporcionada, Guzmán usó una fuerza inusual, posiblemente con la intención de disuadir cualquier otra insurrección futura. El 27 de noviembre se enfrentó al general Colina en Barquisimeto, y lo hizo retirarse a Coro. Cerca de Urica, en el Cacao, las fuerzas guzmancistas derrotaron y detuvieron a Pulido con todo su Estado Mayor.  Colina, al ver que no tenía fuerzas, pactó una capitulación el 3 de febrero de 1875, con el Gral. Miguel Gil, jefe del Gran Estado Mayor. Guzmán le perdonó la vida, a diferencia de lo ocurrido con Matías Salazar, por considerar que fusilarlo lo haría ver como «cruel y sanguinario», además que con aquella victoria, su poder quedaba más afianzado. Esta revolución no hizo más que mostrar el control que tenía Guzmán sobre los caudillos. Aquella operación para enfrentar a la revolución, según la declaración al Congreso, le costó a la nación 1.138.080,9 venezolanos, que era la moneda para entonces.  Un golpe al espíritu «Yo no puedo más; mi espíritu y mi naturaleza están postrados… estoy aburrido de esta vida para la cual no tengo ya ni espíritu ni salud… Qué destino el mío no tener un día de tranquilidad…» Guzmán Blanco a Ana Teresa. A pesar de la gran victoria, el Ilustre Americano se encontraba bastante afectado. Muchas veces se le ha juzgado como megalómano, pero las cartas que se intercambiaba con su familia, principalmente su esposa, evidenciaban un cansancio y fuerte deseo de separarse de la política del país. Como la historia lo ha demostrado, el deseo y la acción suelen andar por distintos caminos en la vida de los hombres.  Durante aquellos días, sus hijos pasaban difíciles situaciones de salud, dos enfermaron y esto le causó a Guzmán un derrame de Bilis.  Fuente Polanco Alcántara. Guzmán Blanco.  Página 263. Venezuela Tuya G.J.Jiménez

La conspiración de Gual y España

Muchos recuerdan como el primer antecedente de una rebelión contra la corona española, la de Gual y España. Sin embargo, hubo sucesos anteriores a esta, como lo fueron las rebeliones del negro Miguel, la de Andresote en el año 1732, la capitaneada por José Leonardo Chirinos en 1795 y las conspiraciones de 1798.                 El virrey de Nueva Granada, Ezpeleta, escribía que «Los hechos, la experiencia misma están demostrando que los naturales sacudirán sin reparo con el yugo con que se consideran oprimidos a la primera ocasión favorable que se les presente» y aquella deducción fue cobrando forma en los años siguientes en la América hispana. Inicialmente, parecía que eran los pardos los que buscarían acabar con aquel sistema, pero es aquí donde la revolución de Gual y España cobra fuerza: las ideas de independencia estaban penetrando en los mantuanos. La caída de Trinidad Para dominar el Orinoco y el comercio de Tierra Firme, los ingleses ocuparon Trinidad. Sir Henry Harvey contó con una ventaja tan grande que el Gobernador Brigadier Chacón no pudo evitar la pérdida. Los nuevos ocupantes mantuvieron las leyes y costumbres hispanas para lograr la sumisión requerida de los habitantes. Este punto estratégico se transformó en uno de los frentes donde se formarían muchos de los conspiradores y las conspiraciones. Consecuencias de San Blas Mientras en el Nuevo Mundo se daban conspiraciones, el Viejo no se quedaba atrás. La conspiración de San Blas, en aquella tierra tan lejana, se conectará de forma inesperada con la americana. Aquella acción inspirada en los hechos de Francia tendría influencia en las mentes americanas.                 Varios de los conspiradores fueron enviados a las bovedas de La Guaira. Entre ellos estaba Picornell, y junto a sus compañeros, lograron cierto favor de las autoridades. Esto les permitió iniciar una labor de difusión de las ideas francesas que inspiraron San Blas. Para mediados de 1797, los prisioneros se fugaron a las Antillas, donde aumentaron su influencia en la región. La Revolución descubierta: Gual y España «Viva nuestro pueblo, viva la igualdad, la ley, la justicia y la libertad» Para hablar de la rebelión, hay que hablar de sus principales promotores: Manuel Gual y José María España. Gual eran un comerciante y hacendado del Valle de Caracas, que su había cultivado con las ideas liberales europeas. Pertenecía a las sociedades secretas de Caracas, no la masonería, sino grupos que se reunían en secreto para hablar sobre filosofía e ideas políticas. Se dice que dominaba el francés y el inglés, y tocaba con experticia el violín. Al parecer había consenso de que Gual sería el presidente de la nueva República y su liderazgo no parecía tener discusión.                 José María España vivió en Francia, hablaba también inglés y francés, así como tenía los mismos intereses intelectuales de Gual. Fue contactado por Picornell y los otros condenados de San Blas. ¿Qué pretendían? Formar un Estado republicano entre las provincias de Caracas, Maracaibo, Cumaná (o Nueva Andalucía) y Guayana. Tendrían una bandera blanca, azul, amarillo y rojo, que representaría a cada una de las castas de la provincia. Planeaban suprimir los estancos y monopolios; decretar el comercio libre donde «los vendedores extranjeros» serían pagados con productos del «suelo venezolano». A esto se sumó el ideal de igualdad, donde todas las castas se verían como iguales ante Dios; abolición de la esclavitud y el tributo de los nativos. Todos los ciudadanos de la nueva República deberían saber usar las armas y se implementarían los Derechos del hombre como parte del código del nuevo Estado. Para desgracia de los conspiradores, aquella empresa terminó descubierta por la «imprudencia de un necio», llamado José Monasterio Rico, según palabra escrita de Gual a Miranda. Bajo el manto de Guevara y Vasconcelos El Capitán General Carbonell fue quien informó al Virrey el desmantelamiento de la rebelión, efectuado entre el 12 y 13 de julio 1797.  Entre los capturados había españoles peninsulares, pardos y criollos. Manuel Gual y José María España lograron escapar y fueron recibidos en Curazao por Manuel y Felipe Piar.                 Aunque la influencia liberal había ingresado en las casas americanas, muchos mantuanos reprocharon el hecho. La movilización que realizó la Capitanía para la captura y juicio de los conspiradores intimidó a más de uno. Mas Carbonell, bajo órdenes de Carlos IV, evitó el derramamiento de más sangre y perdonó a muchos de los involucrados.                 Es para el año 1799, al enfermarse Carbonell, que asume como Capitán General Manuel Guevara y Vasconcelos, quien iniciaría una feroz política de persecución que pondría a más de 60 hombres bajo su justicia. Por otro lado, José María España siguió conspirando y luego de pasar por Trinidad, volvió a Venezuela. Se conoce que por visitas periódicas a su esposa, que se encontraba embarazada, fue descubierto; lo delató el esclavo Rafael España, luego de múltiples torturas.                 El nuevo Capitán General fue más enérgico y menos piadoso, no pasó mucho tiempo cuando capturaron a España y apresado, fue sentenciado a la pena capital. Lo humillaron públicamente, llevado a rastras amarrado de la cola de un caballo y ahorcado en la Plaza Mayor. Fue decapitado y descuartizado. Su cabeza fue bañada en aceite y puesta en una jaula en la Puerta de Caracas. Sus partes fueron colocadas en los lugares donde se reunía a conspirar. Manuel Gual, se mantuvo activo hasta que murió, posiblemente envenenado. Colaboración de: G.J.Jiménez Fuentes Parra Pérez, Caracciolo. Historia de la Primera República de Venezuela. Michelena, Carmen. Luces revolucionarias: de la rebelión de Madrid (1795) a la rebelión de La Guaira (1797)              

La independencia de Panamá inició en Venezuela

La independencia de Panamá estuvo inspirada en las acciones de los Libertadores venezolanos, quienes, siempre tuvieron a Panamá en su visión del futuro. Miranda ideó en su mente el canal, Bolívar su importancia estratégica.

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