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Retrato de Padilla

Almirante Padilla: Su única culpa fue ser tan inocente

La noche del 25 de septiembre de 1828 ocurrió un suceso que sentenciaría el destino de la ya frágil República de Colombia: El intento de magnicidio contra El Libertador Simón Bolívar, quien fungía como Dictador Plenipotenciario de la casi extinta nación. El principio del fin Aquella noche, un grupo de treinta y siete conspiradores, entre civiles y militares, comandados por el sempiterno conspirador Pedro Carujo, irrumpieron de forma violenta en el Palacio San Carlos de Bogotá, que servía como casa presidencial, y, abriéndose paso a bala y espada, fueron a la habitación de El Libertador para darle muerte, el objetivo se salvó por la heroica ayuda de su amante Manuelita Sáenz, su más fiel compañera. Mientras esto sucedía en el Palacio Presidencial, otro grupo de soldados comandados por el Capitán José Briceño, se dirigieron al Cuartel de Caballería y Artillería San Carlos de Bogotá. Allí se encontraba detenido, en espera de juicio, el General de División (Vice-almirante) José Prudencio Padilla López, sindicado de los delitos de rebelión y sedición por los hechos ocurridos en Cartagena de Indias, rebelándose en contra de las artimañas del General Mariano Montilla y la élite cartagenera. Lo que dijo Padilla Padilla dormía tranquilamente cuando a su puerta tocaron con mucho afán. Al abrirla, se encontró con su carcelero, el Coronel José Bolívar, con cara asustada.  —¿Qué pasa coronel? —Preguntó Padilla —Que me matan mi General. —Respondió el Coronel Bolívar. Detrás del coronel, se vio la silueta de varios hombres, con el Capitán Briceño a la cabeza. El mismo pidió a Padilla que tomara el mando de la revuelta, a lo que Padilla respondió: —Mire capitán, yo no me aventuro en revoluciones, déjeme tranquilo y no comprometa más mi situación, que ya bastante complicada es. Yo no participo en aventuras. Dicho esto, el capitán ordenó capturar al Coronel Bolívar, Padilla intentó ayudarle, pero fue sometido mientras le apuntaban a la cabeza. El coronel fue llevado al patio central del cuartel y luego ejecutado con saña y de varios tiros. Al instante, algunos soldados despiertos empezaron a dar la alarma y los conspiradores huyeron del sitio. Padilla se acercó al cadáver de su antiguo carcelero, y luego se metió en su habitación en un descuido de sus captores, en la misma encontró a su escolta agazapada, temerosos. Padilla les mandó a cerrar la puerta con llave, pues su vida también corría peligro. Estos acontecimientos fueron narrados por el mismo Padilla cuando fue interrogado por el fiscal militar designado, General Joaquín París. Este se encargaría de tomar declaración de Padilla sobre la muerte del Coronel José Bolívar y si él conocía sobre la conspiración. Les presento el siguiente extracto de la declaración original: “…Quien expone se quedó dormido, el Coronel Bolívar se introdujo precipitadamente y casi desnudo a mi pieza, mientras me decía –Mi General, que me matan-, que a ellas se levantó el exponente, y el Coronel bolívar se le puso en la espalda, cubriéndose con el declarante para no ser ofendido por una partida de diez a doce artilleros y un oficial que no conoció, que le atacaban; que el exponente le insinuó y suplicó no matara a dicho coronel; pero los alzados desatendieron mi petición sometiéndome con pistola si no me apartaba, consiguieron hacer salir al Coronel Bolívar, al que condujeron al patio del cuartel, donde le hicieron varios tiros, subiendo de nuevo una partida de soldados, para obligar al declarante a que bajase y tomase partido, a lo cual rehusé manifestándoles que se hallaba preso y no debía mezclarse en tal negocio; consiguieron hacerme bajar hasta la puerta del cuartel, de donde, a favor del bullicio militar, pude escaparme, volviendo a subir a mi alcoba, donde me encontré a un sargento y a un soldado de mi escolta refugiados. Ordené al soldado a cerrar la puerta con llave y bloquearlo con un armario viejo, receloso de que intentasen volver a buscarme… Cuando cesó la bulla ordené al sargento que avisara de inmediato al General Urdaneta…” Esta declaración fue determinante para corroborar la inocencia de Padilla respecto a los eventos que sucedieron durante la Noche Septembrina. La “Justicia” de Bolívar Padilla salió absuelto, sin embargo, al enterarse Bolívar de este hecho, designó, de un plumazo, al General Urdaneta como Presidente del “Tribunal de Sangre”. Como escribiría Bolívar a Montilla “…El General Córdoba está de ministro interino porque Urdaneta se halla de juez para que esto vuele…”. Ese mismo 29 de septiembre, Urdaneta dictó la sentencia de muerte en contra del Coronel Ramón Nonato Guerra y el General de División (Vice-almirante) José Padilla, a ser ejecutada el 2 de octubre a las 11 de la mañana. El 1ro de octubre Urdaneta pasó las sentencias a Bolívar, quien las firmó. Misteriosamente, el Sargento Elías Romero y el Soldado Tiburcio Manda (Sí, aquellos que estaban escondidos en la habitación de Padilla) declararon en contra de Padilla alegando: “…Que, ejecutada la muerte del Coronel Bolívar, subió precipitadamente el General Padilla y bajó con su espada en la mano dirigiéndose en el acto a la tapia divisoria de la casa en que guardaba arresto y el cuartel de artillería…”. Padilla sería ejecutado el 2 de octubre de 1828 a las 11 am en la Plaza Mayor (Hoy Plaza Bolívar). A diferencia del caso del General Manuel Piar, a Padilla lo degradaron antes de fusilarlo, y después de matarle, su cuerpo lo guindaron en una horca como si fuera un vulgar ladrón. Peor: Su familia fue perseguida, su hoja de servicios destruida y sus pocos bienes confiscados. Sus hermanos: José Antonio Padilla y Francisco Javier Padilla, ambos oficiales de la marina, huyeron a Venezuela siendo recibidos y protegidos por el General Páez. Sus hermanas: María Ignacia y Magdalena Padilla, perdieron sus hogares en Cartagena, teniendo que volver, agazapadas, a su natal Riohacha. Y su amada, Anita Romero, hija del prócer de Cartagena Pedro Romero, tuvo que huir a las Antillas al ser despojada de todas sus pertenencias por partidarios del General Montilla, quien fuera el más acérrimo enemigo de Padilla

Foto de Cibell la asesina de la quinta Taumus

La asesina de la quinta Taumus

En 1994 un caso generó polémica en las noticias nacionales. Una joven, de familia libanés, asesinó a dos personas para recuperar el dinero de una compra que hizo sin autorización de su padre. La asesina de los Naranjos, es uno de esos casos que, hoy casi olvidados, queremos traer para dar a conocer parte de la realidad de los años 90 en Venezuela.  Origen libanés  En la ciudad de Caracas, el 24 de enero de 1976, una familia drusa da a luz a Cibell Naime Yordi. Para entender un poco el contexto familiar, Cibell nació teniendo ascendencia libanesa y practicante de una religión poco conocida en Venezuela. El drusismo es una religión monoteísta con origen Abrahámico,  el fundador fue el persa Hamza ibn Ali ibn Ahmad.que habita principalmente en Siria, el Líbano, Jordania e Israel. Esta religión no es una rama del Islam, no acepta la poligamia ni el culto fanático a figuras y templos, aunque no es del todo rígida, porque su origen la ha llevado a diluirse en el contexto donde se desenvuelven y puede verse sincretismos con el catolicismo local y con otras religiones. Para ser druso se deber nacer druso, por ello puede que no sea una religión tan grande como otras. Ellos se autonombran como Ahl al-Tawhīd (gente de un solo Dios). Los padres de Cibell fueron la pareja  constituida por Shauki Naime y Salam Yordi de Naime. Cibell, según la tradición Drusa, estaba destinada a contraer matrimonio con un hombre del mismo credo, por lo que sus padres esperaban que culminara sus estudios para llevarla al Líbano a cumplir con la tradición. Los drusos no aceptan la conversión al druso, como se explicó anteriormente, así que solo alguien nacido druso podría ser el elegido, aunque como en todo, el propio tiempo y lugar donde se desarrolla puede generar cambios en las prácticas religiosas. Un anuncio en el diario La joven de ascendencia libanés era conocida por ser inestable emocionalmente. A los 18 años cursaba tercero y cuarto año en parasistema, en el Colegio para adultos Minerva en Prados del Este, cuando ya otros de su edad estaban en la universidad o trabajando. Su padre, posiblemente por su cultura originaria, solía dar fuertes reprimendas lo que hacían de ella temer a la ira de su padre.  A finales del año 1994, durante el mes de noviembre, Cibell leyó un anuncio en el diario donde ofrecían gatos de raza angora en venta. Interesada, llamó para consultar los precios y tomó la decisión de comprar uno. Acordó el encuentro con el vendedor para el martes 6 de diciembre de aquel año, durante la tarde.   Miguel Tauil Musso tenía 28 años, era un abogado dedicado a la cría de animales de raza para su comercialización. Se había asociado con un joven amigo, de nombre Juan Carlos González de 19 años, estudiante de farmacia en la Universidad Santa María. El 6 de diciembre se encontró, en el estacionamiento del Colegio Minerva, con una joven de baja estatura, tez morena y ojos negros. Miguel verificó el nombre de la compradora antes de salir.  Apenas Cibell vio al vendedor con el gato fue hacia él y se presentó. Luego de conocerse le pagó con un cheque de 20.000 bolívares y recibió el gato. Miguel se retiró dejando a la joven con el gato.  ¿Algo falta? El padre de Cibell, Shauki Naime, era un obstetra ordenado y meticuloso. Ese hábito de tener todo en orden lo llevó a notar que faltaba un cheque. Revisó los talonarios y comprobantes confirmando, hasta dar con la ausencia de uno del Banco Unión.  Llamó a una reunión familia e interrogó a todos sus hijos. Todos negaron haberlo tomado, pero por la cara de Cibell, empezó a sospechar de ella.  El miedo en ella la envolvió. Sabía que si era descubierta, su padre podía propinarle un terrible castigo. Al parecer, una vez, solo por engordar la hizo hincarse de rodilla toda una noche.  Llena de terror, decidió llamar a Miguel para pedirle el cheque de vuelta, pero este, que ya lo había cobrado, se negó. Martes 13 «Esa tarde llegué en un taxi a Los Naranjos, me bajé frente a la garita de seguridad donde habían cuatro vigilantes e hice el trayecto a pie hasta la Quinta Taumus» Durante varios días, Cibell llamó a Miguel múltiples veces, primero pidiendo, luego solicitando y por último suplicando. Pero Miguel se negó siempre.  Siete días después de aquella venta, Miguel recibió otra llamada. Era martes 13, cuando una mujer llamada Adriana se comunicó interesada por unas perros salchichas. La compradora propuso que se encontraran a las 14:00 horas en una panadería del centro comercial Plaza Las Américas, en El Cafetal. Sin embargo, Miguel propuso que mejor fueran a su casa en Los Naranjos para que pudiese ver a los perritos, lo cual aceptó.  Lo que Miguel no sabía era que Adriana era realmente Cibell, que luego de la furia de su padre decidió buscar la forma de que este le reembolsara el dinero.  Al encuentro fue con una pistola calibre 7.65 que guardaba su padre, como medio de disuasión, si Miguel se negaba a devolverle el dinero. Tomó un taxi y se fue hasta Los Naranjos, que la dejó en la garita de vigilancia desde donde caminó hasta la quinta Taumus.  Al llegar fue recibida por la madre de Miguel, Mirtelina Musso de Tauil, con café. Como su plan se había afectado por el cambio de ubicación, tuvo que mentirles y decir que una tía era la interesada en los perros y que le esperaba en la garita de vigilancia. Juan y Miguel salieron amablemente con Cibell en una camioneta Toyota Samurai a buscar a la tía. Ella estaba en el asiento posterior, y antes de llegar a la garita le solicitó que le devolviera el dinero. Como Miguel se negó, sacó la pistola para asustarlo, pero al hacerlo se produjo un forcejeo que terminó con un tiro en la cabeza de Miguel.  Bajo el miedo de lo que había

El asesinato de Alberto Lovera

Si quieres recibir nuestros artículos más recientes suscríbete aquí Alberto Lovera, conocido como el «cojo Lovera» por su forma de caminar, producto de un accidente, fue una figura del Partido Comunista de Venezuela (PCV), nacido en Margarita, cuya historia forma parte de las múltiples muertes ocurridas en Venezuela durante el periodo denominado democrático. No se pretende con este artículo favorecer a una postura política o juzgar los motivos de las acciones realizadas por los grupos de seguridad, sino reseñar el hecho. ¿Quién fue Lovera? Fue el fundador de la juventud comunista del PCV, razón por la cual llegó a viajar hasta Polonia en representación del partido. Fue líder sindical, obrero, y uno de los diputados electos del partido URD, en el cual participó al no poder hacerlo con el PCV, pero renunció a su condición de diputado en protesta a la actitud sumisa que asegura que tuvo Jóvito Villalba frente a lo que consideraba un fraude electoral por parte de la Junta Militar. Es importante destacar que a Villalba se le desconoció la victoria por haber utilizado maquinaria de partidos que estaban ilegalizados como el PCV. Lovera pudiese considerarse parte de esa maquinaria.  Lovera, durante los años 60, fue parte de la lucha guerrillera comunista en Venezuela, vinculado a la revolución cubana, razón por la cual era buscado por los organismos de seguridad. La detención El 17 de octubre de 1965, al final de la tarde, Lovera es detenido por la Digepol, en su Mercedes azul, y trasladado a las instalaciones ubicadas en «Los Chaguaramos». Lovera había salido del edificio «San José» de Las Acacias, donde estará ubicada la plaza «Las tres gracias», en la ciudad de Santiago de León de Caracas.  A los días, Lovera fue enviado al retén «Planchart» y posteriormente al campo antiguerrillero de «Cachipo» en el estado Monagas. Al llegar a ese campo, los militares se negaron a recibirlo por el estado en que se encontraba Lovera. Se presume que fue torturado durante nueve días continuos.  Luego de un tiempo, el cuerpo de Lovera es conseguido en una playa de Lecherías del estado Anzoátegui. Un pescador lo descubrió luego de que se enredara a su atarraya. El cuerpo estaba desnudo, inflado y sin cabello. Su cara, pies y manos estaban destrozados, lo que daba indicios de tortura. Alrededor del cuello tenía una cadena gruesa, un pico y un candado, para que el cuerpo no pudiese flotar. Los forenses tuvieron un arduo trabajo para lograr confirmar la identidad del cuerpo, por el estado en que lo habían recibido.  Su esposa realizó un duro trabajo en dar con su esposo y fue la PTJ que le tocó lograr dar con la identidad del que llamaron «el ahogado». No tenía yemas en los dedos, habían destruido gran parte de su dentadura y de la cervical. El rostro era irreconocible. La PTJ confirmó que las huellas dactilares, en medio de lo que se podía, eran de Alberto Lovera; y su esposa María del Mar Álvarez reconoció un trabajo que se había hecho en Beijing en la dentadura. Cinco meses le tomó a María del Mar confirmar que se trataba de su esposo.  El juicio José Vicente Rangel y la esposa de Lovera, fueron quienes realizaron la investigación para hallar con los culpables. El gobierno no encontró culpable pero la investigación de Rangel dieron que estaban vinculados los funcionarios de la DIGEPOL, conocidos como «Los muchachos de Carlos Andrés», los cuales fueron preparados por el cubano Orlando García Vásquez: Director General DIGEPOL José Jesús Patiño González, comisarios Carlos Vegas Delgado Alias «El Capitán», Alberto Ochoa, Roberto Romero, Miguel Aguilar, Pedro Cisneros, , Carlos Ferrara, Douglas Rodríguez, Eduardo Armenteros González, Mario Segundo Leal Acuña, José Ramón Antúnez y Carlos Quintero. Durante todos estos sucesos, gobernaba Raúl Leoni, con Gonzalo Barrios como Ministro de Interior. Si quieres recibir nuestros artículos más recientes suscríbete aquí Fuenteshttps://es.wikipedia.org/wiki/Alberto_Lovera Foto e información extraída de AVN Prensa, año 1965.

Leocadio Guzmán tras el millón de Perú

«Me ha nombrado Padre y Salvador del Perú; me ha decretado los honores de Presidente perpetuo; ha mandado grabar mi busto en una medalla; me ha llamado Libertador y me ha obligado a encargarme del mando del Perú; y después me señala una enorme fortuna. Yo he aceptado todo con gozo, menos lo último; porque las leyes de mi patria y las de mi corazón me lo prohiben». El Libertador. El Libertador rechazó un millón de pesos que se le fue obsequiado por el gobierno de Perú el 12 de febrero de 1825. Solo recibió una medalla con su busto. A pesar de ello, el gobierno peruano insistió. Al ver que este seguía negándose, decidieron destinar aquella ofrenda «al pueblo que lo vio nacer». Posterior a esto, el Libertador solo llegó a dar uso a aquel dinero para dar 20 mil pesos al educador Lancaster, aunque la letra fue protestada en Londrés. Desde entonces los documentos oficiales mostraron, no un millón sino, 980.000 pesos. Si quieres recibir nuestros artículos más recientes suscríbete aquí El camino de la vergüenza En el año 1842, las  autoridades municipales de Caracas iniciaron el trámite para conseguir el millón de pesos. Dicho trámite fue reiterado en el año 46, donde se inició su estudio para que en el año 48 fuese presentado ante la cámara la petición de solicitar aquel dinero para Caracas. Leocadio Guzmán, vicepresidente de José Gregorio Monagas, fue designado en 1851 para reclamar a las «Repúblicas del Perú y Bolivia» el millón de pesos. A Leocadio se le entregaría el 10% del millón como honorarios, otro 10% para gastos y un auxilio reintegrable de cuatro mil pesos. Pero este fue desplazado por José Ponce. Leocadio, al ver lo que ocurría, decidió separarse de la vicepresidencia temporalmente, alegando males y cansancio, para luego partir al Perú. Se movilizó para conseguir un documento que lo autorizaba de «cobrar o liquidar cualquier dinero» de los herederos del Libertador. En dicho documento estaba la firma de cada uno de los herederos. El truco era que en vez de cobrar el 10% para la municipalidad, cobraría el 50%, por realizar el trámite en nombre de los herederos del Libertador. Ante el Presidente peruano, Leocadio justifica la razón de aquella petición en nombre de los herederos, quienes vivían de forma muy precaria al no tener herencia sobre la cual sostenerse. Usó como excusa el sufrimiento de aquellos que carecían de recursos y debieron heredar del Libertador lo suficiente para vivir. Al final, ante el debate peruano, Guzmán logra que se realice el pago, pero este fue realizado en bonos a la deuda pública exterior de Perú. A partir de ahí, conseguir aquel dinero pasará por varias etapas que implican el enfrentamiento de las diferentes partes, Leocadio Guzmán contra los herederos del Libertador, con quienes tiene diferencias; de la misma forma con la municipalidad de Caracas. Al final acordó 200.000 pesos para la municipalidad. ¿Qué ocurrió? Se dice que Leocadio Guzmán negoció repartir el millón con el Presidente del Perú, José Rufino Echenique. Al regresar, dijo a los herederos y a la municipalidad que Perú no quiso realizar el pago. Si quieres recibir nuestros artículos más recientes suscríbete aquí

El Patíbulo de Tinaquillo

«Asumí entonces, asumo hoy y asumiré siempre la total responsabilidad histórica del patíbulo de Tinaquillo… Ese muerto es mío». Guzmán Blanco. La muerte de Matías Salazar fue un hecho que marca la vida del Ilustre Americano, como pocos. Por un lado, muestra una costumbre habitual en Venezuela de no seguir la constitución de la República, por otro, el temple de quien es verdugo y no niega su culpa, sino que acepta vivir con su conciencia, sacrificio menor ante el fin que buscaba entonces.  Un enemigo en sus filas Guzmán sabía que al vencer al gobierno azul, tendría a su alrededor a sus más cercanos colaboradores y enemigos. Algo que temía y lo atormentaba, tener que luchar con sus amigos. Entre ellos, Salazar era el que menos esperaba ver en su contra. Se trataba de un hombre al que respetaba y que rara vez criticaba. Más eran sus elogios, escritos en cartas dirigidas a su esposa, Ana Teresa.  Se trataba de un hombre salido del régimen de abril, Presidente del estado Carabobo, Segundo Designado y segundo Jefe del Ejército; fue parte fundamental en el triunfo del 27 de abril de 1870. Para el mes de marzo, todo cambió. Salazar empezó a hacer honores y medallas a sus hombres, sin estar facultado, y a tomar una línea táctica diferente. Incluso, realizó críticas respecto a las decisiones del gobierno respecto al Arzobispo Guevara. Todo estó desembocó en una sublevación en mayo, que se fue de frente a Guzmán. ¿Cuáles fueron los motivos? Existen varias teorías, una se refiere a un distanciamiento personal y la otra, a la influencia de adversarios de Guzmán que buscaban su ruptura, donde figuraba Felipe Larrazabal. Los hechos que pudieron facilitar ese rompimiento fueron varios.  En primera instancia tenemos la distancia social que existía entre Salazar y Guzmán. No es nuevo que la envidia o la comparación, suele generar conflictos. Todos los que rodeaban a Guzmán tenían un tipo de vida más holgada que los que estaban cerca de Salazar. Aparte, Ana Teresa, en la celebración del aniversario de abril, se negó a bailar con él, lo que pudo afianzar su posible resentimiento. El perdón de Guzmán «El error de una noche no podía borrar en la conciencia del Jefe de la Revolución tantos días de gloria» La rebelión de Salazar se vio disminuida apenas se dio. Guzmán, aún ante aquel acto de desobediencia, lo perdonó pero lo destituyó de la dirección del ejército. Quiso seguir en el cargo de Presidente de Carabobo, pero los liberales de Guzmán se negaron, por lo que simularon un destierro mientras pasaba el momento. Guzmán enviaría a Salazar y a Larrabal a Estados Unidos a los Estados Unidos desde Puerto Cabello, al primero con 20.000 pesos y al segundo con 10.000. Antonio Guzmán hizo todo por evitar que la prensa difundiera el hecho y se generara ruido de lo ocurrido. Sin embargo, Salazar demostró no querer dar brazo a torcer. El engaño Salazar llegó a las Antillas y desde ahí lanzó una proclama a los venezolanos, donde juró no dar descanso a su espada hasta que la Nación venezolana entrera en el camino de la ley. Se dice que Salazar entró en contacto con Manuel Herrera, el líder de los conservadores. Larrazabal se unió a aquella aventura, junto con Salazar y Herrera. Todo aquello pone a Guzmán de nuevo en la carrera, hasta que, es derrotado en Tinaquillo, Matías Salazar. El patíbulo «Instantáneamente y como por encanto, cesó la guerra… si no se hubiese hecho un escarmiento del tamaño del atentado, hubiéramos seguido expuestos a que todo vagabundo de valor, pudiera comprometer la paz del país». Guzmán Blanco. Es importante saber que para estos días, ya había sido decretado la abolición de la pena de muerte. Salazar era un hombre muy peligroso, y generó el debate sobre que decisión tomar con él.  Se llamó a un gran tribunal conformado por Pulido, León Colina, Julián Castro, entre otros. Salazar se excusó diciendo que había sido influenciado por Larrazabal y aceptó haber delinquido en contra del gobierno y al general Guzman Blanco «a quien tanto le debo». «El patíbulo de Salazar fue un verdadero cauterio» Por unanimidad de votos, todos los generales firmaron, la decisión fue la pena de muerte. El 17 de mayo, Julian Castro dirigió la parada del Ejército y fue fusilado Matías Salazar. Si quieres recibir nuestros artículos más recientes suscríbete aquí G.J.Jiménez

El escándalo del Sierra Nevada y Carlos Andrés Pérez

Si quieres recibir nuestros artículos más recientes suscríbete aquí El Sierra Nevada que fue un buque adquirido con sobreprecio durante el gobierno de Carlos Andrés Pérez. Este buque es asociado al buque regalado a Bolivia, un país sin mar. Esto llegó a un debate en el Congreso Nacional que pudo llevar a la cárcel al Presidente de la República de entonces.  Lo curioso de aquella situación es que fue José Vicente Rángel quien salvó a Carlos Andrés Pérez de aquel famoso juicio. El único juzgado por aquel evento fue el Capitán Anselmo López Oquendo, quien realizó el arquéo del buque y fue recluido en el Reten Judicial del Junquito. El caso La denuncia fue realizada por Leopoldo Díaz Brusual, abogado y economista quien perteneciera al partido Social Cristiano Comité de Organización Política Electoral Independiente (COPEI). conocido como el partido verde. Brusua La acusación estaba relacionada con el sobreprecio del buque «Ragni Berg», commprado por la Corporación Venezolana de Fomento, rebautizado «Sierra Nevada», en el que se malversaron 8 millones de dólares. Se dice que una red de intermediarios se benefició de aquel sobreprecio, entre los que estaba incluido el expresidente y su secretaria privada, Cecilia Matos.  «Del buque se puede halar un hilo» Leopoldo Díaz Brusual Carlos Andrés Pérez, para entonces en su primer mandato, fue inculpado por el Congreso de responsabilidad política. El debate llevó a CAP a una condena política más no administrativa, quien fue absuelto de responsabilidad moral.  La responsabilidad administrativa tuvo un margen de un voto para proceder, y dicho voto fue realizado por José Vicente Rángel, quien luego fuese parte del movimiento de Hugo Chávez, quien en el 1992 fue uno de los dirigentes del intento de golpe de Estado en contra del segundo gobierno de Carlos Andrés Pérez. Rángel votó blanco y esto sumado a la ausencia de Rafael Caldera y David Brillembourg, salvó a Carlos Andrés de ser juzgado por la justicia. El resultado dio con el informe acusatorio conocido como el «Informe Tinorio». Se dice que el buque Sierra Nevada, que costó más de US$ 20 MM, nunca fue utilizado y terminó abandonado en el río Orinoco, aunque otras fuentes indican que el buque pasó a formar parte de la Armada con las siglas T-43 y que en 1981 se encontraba en Puerto Cabello, en los astilleros de Dianca, recibiendo mantenimiento por estar en mal estado. Al parecer en el año 2003 fue utilizado como blanco de guerra en prácticas militares, lo que terminó con él.  Jóvito Villalba dijo que el Sierra Nevada fue parte de un plan para destruir políticamente a Carlos Andrés Pérez. Según él, el Congreso no tenía facultad para realizar un dictamen. José Muci Abraham, quien fue Contralor de la República, dijo que había un vacío constitucional en la materia.  Américo Martín afirmó que el Congreso no debía hacer un juicio Moral porque este no estaba en condiciones de determinar eso.  Para Caldera, todo inició en un juicio político interno en Acción Democrática contra Carlos Andrés Pérez, confirmado por Américo Martin del MIR, quien piensa que fue AD quien llevó el juicio al Congreso. y en el que al parecer intervino Rómulo Betancourt indirectamente, mientras que CAP y sus voceros culpaban a COPEI y a Caldera por tener un plan en su contra.  Arturo Grisanti Hernández, de Acción Democrática, gritó a Américo Martín «Fue un buen discurso pero ustedes no están viendo otro problema», que según Martín se refería a que habían sido blandos con Carlos Andrés. «Si el supuesto es que Carlos Andrés Pérez, mejor dicho, que Rómulo Betancourt quiere destruir a Carlos Andrés Pérez, si ese es el supuesto, si esa es la hipótesis, a esa hipótesis se corresponde este resultado: ha ganado Rómulo Betancourt, puesto que tiene al hombre en un tribunal. Ahora, si el supuesto es que Rómulo Betancourt tiene interés en defender la unidad de su partido; han perdido los dos porque la unidad de su partido ha quedado maltrecha y resentida, y estamos en las vecindades de la cuarta división de AD.» Américo Martin Error histórico Se suele confundir el buque Sierra Nevada con el buque se CAP ofreció a Bolivia, pero aquel es conocido como «Ciudad Barquisimeto» el cual fue rebautizado como «Libertador Simón Bolívar» identificado por Bolivia con las siglas TM-01. El último registro que tenemos es que estuvo en el puerto de Rosario, Argentina y que aparentemente nunca navegó.  El Sierra Nevada no salió de Venezuela. Si quieres recibir nuestros artículos más recientes suscríbete aquí G.J.Jiménez

El asesinato de Lorena Márquez de Capriles

Si quieres recibir nuestros artículos más recientes suscríbete aquí  A inicio de los noventa Venezuela ya vivía una grave situación de corrupción y drogas, que aunque parezca pequeña a la de este 2021, leer sobre ella podría llevarnos a encontrar muchas similitudes alarmantes. Justamente para poder hablar del caso de Lorena Márquez de Capriles hay que tener en cuenta el contexto en que todo ocurría. Este es un caso claro de corrupción y carteles de narcotráfico donde se vieron involucrados empresarios y políticos, y no se alcanzó la justicia. Seis años de un proceso que culminó con la huída de Manasés y muchas verdades a medias. El cartel de Maracay «La muerte de mi hija, además de la aflicción a la familia, ha puesto al descubierto al cartel de la droga en Aragua, por lo que pido el apoyo de los medios de comunicación social y al Gobierno la protección necesaria ante las amenazas de muerte contra mis otros dos hijos menores».  Andrés Galdó A partir del año 1981 se conoció la existencia operativa de un cartel de la droga en Maracay. El primer  gran golpe que recibió este cartel, fue en el año 1983, cuando la PTJ descubrió al oficial de la aviación Ocando Paz, con un alijo de cocaína. Sin embargo, con el tiempo, este cartel fue penetrando en los hilos del poder. El empresario y editor del periódico «El Siglo» Manasés Capriles; su hermano Tulio Capriles, Presidente del diario; y Manuel Capriles, director del diario;  ayudaron  a financiar la campaña electoral del miembro y cofundador del MAS, Carlos Tablante. Gracias a este apoyo, Tablante logró ganar las elecciones y transformarse en el gobernador y se abrió paso en una larga trayectoria política que lo llevará a ser parte del gobierno de Rafael Caldera y hasta unirse al partido opositor a Hugo Chávez y Nicolás Maduro, Voluntad Popular. Simultáneo a lo que ocurría en Maracay, el 26 de junio de 1991, la jueza Norma Cabrera, quien tendrá un papel determinante en el futuro de este caso, dictaba auto de detención en contra de Adolfo Ramírez Torres, ex gobernador del Distrito Federal y ex viceministro de Relaciones Interiores acusado de manejar una enorme red de mulas. El estado ya estaba contaminado de narcotraficantes y quien sabe desde cuando. Al parecer, los empresarios Capriles probaron suerte en el cartel de Maracay donde empezaron a movilizar grandes cantidades de dinero. Con Tablante en la gobernación, al parecer la familia logró tener carta abierta para operar sin correr mayores riesgos, el gobernador les debía un favor político que llevaría a Manuel Capriles a ocupar el cargo de Secretario General del gobierno de Aragua. El asesinato de Lorena Lorena Márquez de Capriles, con 23 años, contrajo matrimonio con el empresario Manasés Capriles de 48 años, con quien se presume tuvo una relación estable hasta que, según cuentan los familiares, Lorena empezó a sospechar que su esposo estaba involucrado en actividades ilícitas. Vivían solos, en un edificio, propiedad de la familia Capriles, ubicado en la urbanización Calicanto, en las residencias Teo, primer piso, apartamento número uno, en la calle Mariño; los apartamentos vecinos se encontraban deshabitados en su mayoría para entonces. Indica el padre adoptivo de Lorena, el publicista Andrés Galdo,  que esta llamó a su madre, Nancy Márquez de Galdo, para contarle sobre sus sospechas. Ella, venía notando conversaciones que tenía Manasés con sus hermanos, Tulio y Manuel, sobre movimientos de drogas y operaciones por grandes sumas en dólares. En varias oportunidades, notó que Manasés llevaba al apartamento bolsas y cajas de drogas; aunque en otras ocasiones las dejaba en la maleta de su automóvil. El publicista Andrés Galdo fue quien enérgicamente se puso al frente de este caso, en el que su hija adoptiva terminó asesinada.   Lorena intentó disuadir a su esposo para que dejara el narcotráfico pero este solo se alejaba en breves periodos, suponiendo que así fuera. «Es la última vez» le decía Manasés a su esposa para calmarla. Además del tráfico de drogas, Lorena también se dio cuenta que su esposo consumía y este llegó al punto de invitarla a ello, pero ella se negó. Todo empeoró cuando Lorena decidió amenazarlo con revelar lo que hacía a su padre. Al principio Manasés lloraba y le rogaba pero un día, Lorena estalló y le confesó a su madre que no aguantaba más, lo que hizo que esta le pidiera que abandonara a Manasés. Al ver que la separación era inminente, Manasés tomó cartas en el asunto y dejó la actuación de víctima. Despidió al servicio doméstico, posiblemente como parte de su plan de asesinato. Una voz anónima llamó a la residencia de Galdo en Altamira, pero este no estaba. De la misma forma le llegó una llamada a la hermana de Lorena informándole que debían viajar a Maracay porque Lorena había sufrido un accidente y estaba grave. Madre y hermana salieron de inmediato y al llegar, para su sorpresa, se enteraron que estaba muerta y les prohibieron el acceso, por orden de Manuel Capriles. La morgue estaba rodeada de policías con ametralladoras que impidieron el acceso a los familiares de Lorena. Galdo se encontraba en su hacienda del Yaracal, estado Falcón, y se enteró de todo a través de una empleada, cuando llamó a su casa en Caracas. El padre adoptivo movió sus influencias y se comunicó con el Ministro de Interior de entonces, Alejandro Izaguirre, quien le manifestó su apoyo. En otro lado Víctor Amram recibió una llamada de Manuel Capriles donde se le notificaba la muerte de Lorena Márquez, la cual fue encontrada por su esposo y una secretaria a las 6:00pm en el cuarto de servicio. Amram se dirigió al lugar de los hechos, donde familiares del esposo andaban con normalidad por la escena del crimen, mientras que la familia de Lorena tenía impedido el acceso. Alexis Bolívar fue llamado al sitio para realizar el levantamiento topográfico y planimétrico. Al día siguiente, Amram recibe la orden de retirarse del caso sin razón aparente, por lo que viaja a

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