Ahora nos vemos obligados a algo más que enlazar el proyecto teleférico:tenemos que defenderlo. Puesto que noticias procedentes de Mérida señalan la posibilidad de que se abandone por completo la construcción del mismo, y de que los materiales ya adquiridos de Europa a firma especializada Germano-Suiza, sean vendidos a México, tal vez para el proyectado escalamiento del Popocatepetl.
Periódico EL VIGILANTE 28 de junio de 1958
El TELEFÉRICO MÁS LARGO DEL MUNDO
En el año 1952, siendo presidente Germán Suárez Flamerich, fue aprobada la creación del teleférico de Mérida a Pico Espejo, idea promovida por el, desaparecido, Club Andino Venezolano desde 1950. La idea fue bien recibida por el Gobierno de entonces y para el año 55, ya con Marcos Pérez Jiménez, se daba el inicio de su materialización.
Como ocurre en casi todo proceso de innovación y cambio, existen sectores o grupos que muestran resistencia y esto no faltó entonces. La crítica de quienes se oponían a la construcción argumentaban que el teleférico haría perder a los Andes su encanto y emoción, otros consideraban que el dinero debía invertirse en otras cosas, pero estos no solo carecían de influencia, eran mucho menos que los que veían con entusiasmo la oportunidad de tener un medio de transporte en la Sierra Nevada.
El Teleférico de pasajeros fue construido, principalmente, en Francia por 25 casas diferentes, subcontratadas por la famosa empresa Applevage, especialista en Teleféricos. Los estudios topográficos se realizaron por José Guaitero y Vladimir de Bertrend, siendo el último uno de los grandes protagonistas de la época. Bertrend no solo hizo las tareas que se le asignaron, también propuso la construcción del Humboldt en el Ávila, idea que le presentó al ministro Bacalao Lara. Fueron enviadas comisiones a Europa, para visualizar modelos y fábricas; así, para el año 1957 debía iniciar la ejecución de la obra.
El ingeniero Víctor Silva Bermúdez fue elegido como el encargado de la obra, la compañía Egecca de la electrificación y Sucre-Barret de obras civiles; la Egecom, montó las estructuras metálicas; el teleférico de carga, en sus tres primeros tramos, fue construido por las compañía Heckel y culminado por Habbeger.
El Ing. Silva Bermúdez era un hombre estricto y de mal genio, lo que le ocasionó muchos problemas con sus subordinados. Contrató, en su mayoría, personal andino que al ser de la zona estaban mejor adaptados al clima nevado. Los materiales fueron trasportados con mulas; muchas no aguantaron la dureza del trabajo y perecieron. El montaje del teleférico fue dirigido por Maurice Comte, la colocación de guayas estuvo a cargo de el ing. Oswaldo Gómez.
El martes, 9 de abril de 1957, mientras se realizaba la apertura de picas, mueren 7 personas entre las cuales destaca el joven ingeniero Ítalo de Filippis, quien dirigía las obras de la Iglesia Belén, la capilla San José de Obreros y la Iglesia de la Inmaculada Concepción. Este trágico suceso dejó una sombra ante la gran labor que se realizaba.
La ralentización de la obra
El 18 de enero de 1958 la obra iba a un ritmo acelerado con miras a culminar para octubre de ese año, pero los sucesos del 23 de enero interrumpieron con el trabajo. La instalación del nuevo gobierno y la oposición a las construcciones, que algunos consideraron suntuosas, generaron la paralización de la misma. Al mes, la obra fue reasignada al Ing. Francisco Díaz Chávez y subdirector el Ing. Guillermo Mac Quhae, mientras que Víctor Silva Bermúdez retirado de la obra se fue del país al año siguiente.
Los rumores de paralización de la obra e incluso su venta generaron que el Club de Andinos Venezolanos se movilizara para presionar a que se culminara la obra. El ritmo disminuyó a tal punto, que en diciembre del año 1959, aún faltaban Loma Redonda y Pico Espejo, aunque para el 26 de ese mes, se empezó a utilizar con costo de Bs. 16 por persona.
El accidente de 1991
El 24 de noviembre de 1991 uno de los vagones cayó al vacío al reventarse la guaya en el último tramo del sistema estrellándose contra la pared norte del Pico Espejo. En el vagón viajaba un cabinero y un escalador. A las 9:15 de la mañana, mientras la cabina subía de la estación Loma Redonda hacia el Pico Espejo, y el otro funicular que venía en sentido contrario, donde viajaban 35 personas en su mayoría alemanes, quedó desnivelado paralizándose el traslado. Se realizaron acciones de rescate complicadas, para poder evacuar a las 35 personas. Como resultado, el teleférico estuvo detenido hasta el año 1996.
Cese de operaciones 2008
El teleférico tuvo muchas interrupciones de mantenimiento y actualización pero fue hasta el año 2008, cuando la obra fue inspeccionada por Hily Manz, informó que los cables portadores de los vagones estaban a punto de cumplir su vida útil y una de las torres tenía una fisura. Por esta razón fueron suspendidas las operaciones por la Ministra del Turismo de entonces, Titina Azuaje.
La paralización del teleférico generó la disyuntiva sobre si se actualizaba o si cambiaba, hasta que el Gobierno decidió optar por la segunda. Ocho años tomó ejecutar este cambio, tiempo mayor a lo que se tomaron durante el Nuevo Ideal Nacional y, posteriormente, los Gobiernos de Betancourt y Larrazabal.