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El general Soublette recibió la presidencia del Centauro en dos oportunidades. Durante su segundo mandato, en el año 1843. Soublette asistió al ensayo de una obra donde se rumoraba que lo satirizaban. Al llegar pidió al director y a sus actores que actuaran como si el no estuviese ahí. Con el terror que les embargaba, hicieron lo que se les pedía. Al terminar, se acercó al director, a quien le aseguró que no le afectaba lo que se decía en la obra y formuló su famosa frase:
«La república no se perderá porque el pueblo se ría de su gobernante. La república podrá perderse cuando el gobernante se ría de su pueblo», dijo y se fue al despacho presidencial.
Otra versión de este hecho, cuenta que Soublette asistió a la obra y que al concluir, este hizo llamar a su casa al autor Francisco Robreño. A instancias del magistrado y con el natural nerviosismo, Robreño leyó la parte en que este se burla ante Soublette. Sin inmutarse el Presidente sentenció: «Todo está muy bueno, además de que no me trata a mí tan mal, no tiene sino ligeras burlas, y créame usted:
«Venezuela no se ha perdido ni se perderá, porque un ciudadano se burle de un gobernante; se perderá porque un gobernante se burle de sus ciudadanos».
La enseñanza que deja el General Soublette, acerca de como debe comportarse un presidente, es una lección que debería estar entre los principios de todo gobernante.
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G.J.Jiménez
Ilustración de Jorge Sambrano