Leocadio Guzmán tras el millón de Perú

Germán Jiménez

Autor

Leocadio

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«Me ha nombrado Padre y Salvador del Perú; me ha decretado los honores de Presidente perpetuo; ha mandado grabar mi busto en una medalla; me ha llamado Libertador y me ha obligado a encargarme del mando del Perú; y después me señala una enorme fortuna. Yo he aceptado todo con gozo, menos lo último; porque las leyes de mi patria y las de mi corazón me lo prohiben». El Libertador.


El Libertador rechazó un millón de pesos que se le fue obsequiado por el gobierno de Perú el 12 de febrero de 1825. Solo recibió una medalla con su busto. A pesar de ello, el gobierno peruano insistió. Al ver que este seguía negándose, decidieron destinar aquella ofrenda «al pueblo que lo vio nacer».

Posterior a esto, el Libertador solo llegó a dar uso a aquel dinero para dar 20 mil pesos al educador Lancaster, aunque la letra fue protestada en Londrés. Desde entonces los documentos oficiales mostraron, no un millón sino, 980.000 pesos.


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El camino de la vergüenza

En el año 1842, las  autoridades municipales de Caracas iniciaron el trámite para conseguir el millón de pesos. Dicho trámite fue reiterado en el año 46, donde se inició su estudio para que en el año 48 fuese presentado ante la cámara la petición de solicitar aquel dinero para Caracas.

Leocadio Guzmán, vicepresidente de José Gregorio Monagas, fue designado en 1851 para reclamar a las «Repúblicas del Perú y Bolivia» el millón de pesos. A Leocadio se le entregaría el 10% del millón como honorarios, otro 10% para gastos y un auxilio reintegrable de cuatro mil pesos. Pero este fue desplazado por José Ponce.

Leocadio, al ver lo que ocurría, decidió separarse de la vicepresidencia temporalmente, alegando males y cansancio, para luego partir al Perú. Se movilizó para conseguir un documento que lo autorizaba de «cobrar o liquidar cualquier dinero» de los herederos del Libertador. En dicho documento estaba la firma de cada uno de los herederos. El truco era que en vez de cobrar el 10% para la municipalidad, cobraría el 50%, por realizar el trámite en nombre de los herederos del Libertador.

Ante el Presidente peruano, Leocadio justifica la razón de aquella petición en nombre de los herederos, quienes vivían de forma muy precaria al no tener herencia sobre la cual sostenerse. Usó como excusa el sufrimiento de aquellos que carecían de recursos y debieron heredar del Libertador lo suficiente para vivir.

Al final, ante el debate peruano, Guzmán logra que se realice el pago, pero este fue realizado en bonos a la deuda pública exterior de Perú. A partir de ahí, conseguir aquel dinero pasará por varias etapas que implican el enfrentamiento de las diferentes partes, Leocadio Guzmán contra los herederos del Libertador, con quienes tiene diferencias; de la misma forma con la municipalidad de Caracas. Al final acordó 200.000 pesos para la municipalidad.

¿Qué ocurrió?

Se dice que Leocadio Guzmán negoció repartir el millón con el Presidente del Perú, José Rufino Echenique. Al regresar, dijo a los herederos y a la municipalidad que Perú no quiso realizar el pago.


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