Reynaldo Hahn: El músico nacido en Venezuela, con nacionalidad francesa y alemana

«Reynaldo Hahn era un hombre joven, todavía no había cumplido veinte años, discípulo predilecto de Massenet, con quien estudiaba en el Conservatorio, y que ya destacaba como cantante, pianista y compositor. De raza judía, había nacido en Caracas, Venezuela, y vivía en París con sus padres y varias hermanas; tenía los ojos castaños, piel de clara tonalidad morena, facciones de severa belleza y lucía negro bigotillo. Proust lo conoció a principios de verano en las recepciones de los martes en casa de Mme. Lemaire, en la Rue Monceau…» George D. Painter Biógrafo de Marcel Proust Orígenes venezolanos El 9 de agosto de 1874 viene al mundo en la ciudad de Caracas, una de las más conspicuas figuras del ámbito musical durante la Belle époque parisiense: Reynaldo Hahn Echenagucia. Hijo de Carl Hahn, adinerado ingeniero alemán de ascendencia judía y de María Elena Echenagucia, vasca-venezolana nacida en Curazao. Su padre, gran aficionado a las bellas artes, sobre todo a la música, tuvo una gran cercanía y amistad con el presidente Antonio Guzmán Blanco, llegando a desempeñarse como Cónsul General en Bélgica, con su compañía Kenedy & Hahn; junto a otros cuatro empresarios, adquieren un solar. Este era de 83 pies ingleses de ancho por 116 pies de fondo. En él se realizó la construcción del Teatro de Caracas, inaugurado en octubre 1854 en la calle de Margarita entre las esquinas de Veroes a Ibarras.  Carl Hahn contrató desde el exterior presentaciones de ópera italiana en junio de 1854. Su madre organizaba recitales y asistía parte de la élite cultural caraqueña y donde Reynaldo, a sus 3 años, cantaba.   Viaje a la ciudad de París Sale Guzmán Blanco del poder, y la familia Hahn Echenagucia parte a Europa en el barco de vapor Vandalia. Llegaron a la ciudad de Marsella en abril de 1878 y luego a la ciudad de París en abril de 1879. El pequeño niño prodigio de la música que fue Reynaldo Hahn, pronto incursionó en los grandes salones de París, incluyendo recitales de Jacques Offenbach ante la princesa Mathilde Bonaparte, sobrina del ya fallecido emperador Napoleón I. Ya con casi 11 años entra al Conservatorio de Música de Paris para estudiar piano y solfeo, en 1887 se convierte en alumno de composición musical de Jules Massenet, fue alumno igualmente de Camile Saint-Saëns, y compañero de aula de Maurice Ravel en el Conservatorio. Como pianista Reynaldo Hahn comenzó a destacarse como pianista, cantante y compositor; conoció a la pintora Madeleine Lemaire, y gracias a ella se codeó con los círculos de la aristocracia parisina; en su casa conoció al poeta Marcel Proust en una de las tantas recepciones en la calle Monceau del VIII Distrito de París. Posteriormente Reynaldo Hahn y Marcel Proust acudían con asiduidad a las recepciones de Madeleine Lemaire,  en el norte de Francia y en el Castillo de Réveillon en el departamento de Marne a unos 80 kilómetros de Paris. Relación de Reynaldo Hahn con Marcel Proust Desde que Reynaldo Hahn conoció a Marcel Proust en 1894, comenzaron a intercambiar correspondencia con bastante frecuencia; se invitaban mutuamente a cenar, ambos frecuentaban los mismos círculos de la alta sociedad francesa. Poseían gustos parecidos por la literatura y  la pintura, además de un carácter hedonista similar que los llevaba a ambos a apreciar la música de Gabriel Fauré.  Las cartas intercambiadas entre ambos reflejan una clara relación romántica que duró años, de hecho el viaje que realizaron juntos por la costa francesa de Bretaña inspiró a Marcel Proust a escribir la novela autobiográfica “Jean Santeuil”, que sirvió de cimiento a su obra “A la búsqueda del tiempo perdido”, donde narra los encuentros con la alta sociedad y su cercanía sentimental con Reynaldo Hahn. La correspondencia entre ambos continuó incluso después del estallido de la Primera Guerra Mundial; Reynaldo Hahn se alistó en el ejército francés y partió a las trincheras. Marcel Proust deseoso de alistarse en el ejército, no pudo hacerlo dada su quebrantada salud que lo incapacitó. Después de la Primera Guerra Mundial el presidente de la República francesa Gaston Doumergue, condecoró a Reynaldo Hahn con la Legión de Honor de Francia en 1927. Marcel Proust llegó a escribir sobre la música de Hahn: «Nunca después de Schumann la música tuvo trazas de una verdad tan humana, de una belleza tan absoluta, para pintar el dolor, la ternura y la serenidad ante la naturaleza». Carrera Musical La obra musical de Reynaldo Hahn es sumamente extensa; fue un brillante creador de melodías de una obnubilante belleza, organizadas en tres ciclos de melodías: Les  Chansons grisses, Études latines y Les Rondels, en estos ciclos de canciones se encuentra su muy afamada canción Á Chloris, con letra de Théophile de Viau (siglo XVI). Su obra comprende piezas para piano, corales, para órgano, música de cámara, orquestal, música incidental, comedias musicales, operetas, ballet y óperas. Fue director invitado a las temporadas de ópera de Cannes, Paris y Salzburgo. Esto lo catapulta a la cúspide de su carrera musical. Para 1934 fue designado crítico musical en el periódico Le Figaro de Paris. Últimos Días En plena Segunda Guerra Mundial Hahn decidió irse al sur de Francia.  En este trayecto, terminó refugiado en el principado de Mónaco dada su condición de judío; terminada la guerra ingresa a la Academia de Bellas Artes de Francia siendo designado director de la Ópera de Paris; perteneció a ella hasta el 28 de enero de 1947 cuando muere producto de un tumor cerebral. Es enterrado en el antiguo cementerio de Père Lachaise en Paris. En el dintel de su tumba se lee «FAMILLE ECHENAGUCIA», Familia Echenagucia, la familia de su madre venezolana. «… [..] «Instrumento musical de genio» llamado Reynaldo Hahn abrazando todos los corazones, humedece todos los ojos, en la emoción de la admiración que se extiende lejos y nos hace temblar, nos inclinamos uno tras otro, en una silenciosa y solemne ondulación de trigo en el viento». Marcel Proust Le Figaro 11 de mayo de 1903. Estrada Arriens, Mis recuerdos de Reynaldo Hahn: el

Guzmán Blanco

La herencia Guzmán-Blanco

Si quieres recibir nuestros artículos más recientes suscríbete aquí Antonio Guzmán Blanco fue conocido por ser un hombre que cosechó una gran fortuna, para algunos, gracias al tesoro nacional. No es secreto que viajó por Europa y que en él se generó un gran amor por la Francia de su época. Para que linaje trascendiera en el tiempo, unió sus apellidos y aunque sus herederos fueron numerosos, estos no parecieron tener la misma fertilidad o deseo de procrear que Toñito. El ilustre Americano morirá el 28 de julio de 1899 a las 21:39 y fue enterrado con honores de Gran Oficial de la Legión de Honor. La familia de Guzmán-Blanco Casado con Ana Teresa logró procrear once hijos: Carlota, Mercedes Luisa, Antonio Leocadio (homónimo de su padre), Bernardo Antonio, Simón Antonio, Ana Teresa, Andrés Antonio, Diego Antonio, Roberto Antonio, Vicente Antonio y otra Ana Teresa.  Carlota se casó con el Duque de Morny, transformándose en Duquesa. Con él tuvo tres hijos, Augusto, Anita y Antonio, quienes murieron solteros y sin descendencia. El reconocido escritor, Uslar Pietri llegó a conocerla cuando ella tenía unos sesenta años aproximadamente. Mercedes se casó con el Marqués de Noé y tuvo solo un hijo, el cuál heredó el título de Marqués, murió sin descendencia. Antonio Leocadio se casó con su prima Ana Teresa Ibarra, y de este matrimonio nació Ana Teresa Guzmán-Blanco Ibarra-Ibarra, conocida como la «Muna». Tampoco tuvo descendencia. Bernardo Antonio se casó con Lucía Olavarría Matos, sobrina del General M.A. Matos. Tuvo tres hijos y un nieto, quienes fueron Antonio Guzmán-Blanco Olavarría, Juan de Mata Guzmán-Blanco y Bernado Guzmán-Blanco Olavarría quien tuvo un hijo llamado Antonio Guzmán-Blanco Fenton con Grace Fenton.  Simón Antonio se casó con Dolores Elizondo, pero no tuvo hijos.  Ana Teresa la primera, murió siendo niña. También tuvieron una corta vida Diego, Andrés, Roberto y Vicente.  Ana Teresa, la segunda, se casó con el hijo del General Matos, Manuel Antonio Matos Ibarra y tuvo dos hijos que fueron Ana Teresa Matos Guzmán y Manuel Antonio Matos Guzmán, casado con Ana Boulton Pietri, de quien tuvo dos hijos, Manuel Antonio y Ana Teresa.  También tuvo un hijo fuera de matrimonio en Curazao con Elvira Lobo, llamado Juan Isidoro Guzmán Lobo.  Su testamento Guzmán declaró ser «Católico, apostólico y romano» y dejó su herencia a su esposa e hijos y dispuso la forma en que estos la recibirían: «las casas de residencia para Ana Teresa, las fincas agrarias para los varones, las fincas urbanas para las hijas».  A Tasia, la hermana de su esposa, con quien se dice tuvo amores y hasta que llegó a enamorarse, le dejó doscientos mil bolívares, que debían serle entregado en casas. Sin embargo, Anastasia murió antes que él, noticia que le afectó. A su suegra y cuñados les legó las sumas que le debían.  Juan Isidoro no fue nombrado en el testamento. Si quieres recibir nuestros artículos más recientes suscríbete aquí Fuente Alcántara. Biografía de Guzmán Blanco, tragedia de seis partes y un epílogo.

Diez cosas que tal vez no sabías sobre Rómulo Betancourt

“Somos demócratas de izquierda, desvinculados resueltamente de toda tutoría mental o política de importación profunda, resuelta y apasionadamente venezolanista y americanista” Rómulo Betancourt. Rómulo Betancourt representa una de las figuras políticas más polémicas de nuestra historia. Para algunos es el padre de la democracia y para otros el hombre detrás de la penetración comunista de la generación del 28. Tuvo adversarios como Marcos Pérez Jiménez, durante los años 50, así como el recoconocido don Uslar Pietri. Fue fundador del partido Socialdemócrata Acción Democrática y fue uno de los hombres más influyente en la política regional de su época. Si quieres recibir nuestros artículos más recientes suscríbete aquí «La revolución contra el gomecismo no puede basarse en la obra exclusiva de la clase obrera, sino auna alianza de clases.» Rómulo Betancourt. Acá diez cosas que tal vez no sabías de él: En su participación en la conspiración contra Gómez casi muere ahogado. Salió exiliado varias veces del país por conspiración, primero durante el gobierno de Gómez, luego con López Contreras, y con Marcos Pérez Jiménez. Cuando López Contreras autorizó su regreso en 1940, los socialistas de Chile le hicieron un homenaje. En su trayecto de regreso pasó por Montevideo y Buenos Aires, donde grupos socialistas, también lo homenajearon. La llamada doctrina Betancourt que aplicó durante su gobierno posterior al 1958 influyó en el cercó que se le aplicó a Cuba. A pesar de que Betancourt y Fidel eran de izquierda, sus liderazgos se vieron enfrentados. Fue fundador y miembro de múltiples partidos de izquierda como: Partido Revolucionario Democrático (PRD), Alianza Revolucionaria de Izquierda (ARDI), Partido Comunista de Costa Rica, Partido Comunista de Venezuela, Movimiento de Organización Revolucionaria Venezolana (ORVE), Partido Democrático Nacional (PDN) y  Acción Democrática. Fue parte del golpe de Estado contra Medina Angarita, en la que también participó Pérez Jiménez Promovió una Asamblea Constituyente que se concretó en 1946. Algunos consideran que fue el autor del asesinato de «Chapita» Trujillo en venganza por el atentado en que casi pierde la vida. Su gobierno tuvo un gran número de levantamientos donde enfrentó a  las agrupaciones comunistas que lo consideraban traidor y a militares considerados «Perezjimenistas» que rechazaban su mandato. Murió en New York el 28 de septiembre de 1981. Si quieres recibir nuestros artículos más recientes suscríbete aquí

Mariano Picón Salas, una vida de letras y activismo

«Por más que anduve por muchas tierras, no perdí la costumbre de ser merideño entrañable. Y los cuentos de Mérida, y el olor de sus flores, y la fiesta de aguas y verdura que engalanó el clima, me tienen en permanente trance de retornar a su paisaje.» Mariano Picón Salas. En la «Ciudad de los Caballeros de Mérida» nace, el 26 de enero de 1901, uno de los más importantes prosistas venezolanos del siglo pasado. Fue hijo único de Pío Picón Ruiz y Delia Salas Uzcátegui. Su nombre complero es Mariano Federico Picón Salas, quien de niño sería más apegado a compartir con los libros que con sus contemporáneos.  Formación  Fue formado desde la izquierda desde pequeño, ya para los nueve años su padre le ubicó un tutor francés, monsieur Marchy, quien fue de la Comuna de París. Estudia la secundaria entre Mérida y Valera. Inicia sus estudios universitarios en la Universidad de los Andes, donde empieza a unirse a grandes personalidades de su época. Para 1918, junto con Iragorry, Celis y Spinetti funda la revista Arístides Rojas. Apenas tiene 17 años.  Al cumplir la mayoría de edad tiene que tomar una decisión: dejar las montañas para ir al valle de Santiago de León de Caracas, para seguir su carrera de Leyes en la Universidad Central de Venezuela. En la capital venezolana se reunirá con los hermanos Planchart, Andrés Eloy blanco y Lisandro Alvarado; colaborará junto a su amigo Alberto Adriani para la revista «Cultura venezolana», trabajará para la cancillería y publicará su primera obra literaria «Buscando el camino». Una vida en los zapatos de Bello El joven Mariano, reconocido por su temprana intelectualidad, deberá dejar sus estudios para atender las tierras de su padre, de regreso a los Andes. Esta tarea será un fracaso y decidirá, bajo las precarias condiciones, viajar a Chile, mismo destino de nuestro reconocido Andrés Bello, por motivos económicos y políticos.  Primero se instala en Valparaiso, luego en la Capital, Santiago de Chile, donde trabajará como vendedor de vinos y artículos de escritorio. Participará en el mundo de las ideas políticas y las letras, escribirá en revistas, como Athenea, y se vinculará a grupos socialistas y anarquistas. Escribe tres novelas y para 1928 se gradúa de Filosofía y Letras. Estos pasos le permitirán entrar a las aulas, llevando sus habilidades, conocimientos y la influencia que se le cosechó desde niño de la izquierda latinoamericana.  En 1927 es designado funcionario de la Biblioteca Nacional de Chile. Publica su primer libro de cuentos, Mundo imaginario (1927), gracias a la Editorial Nascimento. Para el año 1928 contrae matrimonio con una chilena llamada Isabel Cento. También inicia correspondencia con uno de los líderes de la izquierda venezolana, Rómulo Betancourt, que impulso su adhesión al Plan de Barranquilla, en oposición al «Benemérito» Juan Vicente Gómez. En plan converge con las siguientes personalidades de la izquierda venezolana: Rómulo Betancourt, Raúl Leon, Pedro Juliac, Valmore Rodríguez. Ricardo Montilla. César Camejo, Pedro Rodríguez Barroeta, Simón Betancourt, Rafael Ángel Castillo, Juan J. Palacios, Carlos Peña Uslar, Mario Plaza Ponte, Carlos D’ Ascoli, Jóvito Villalba, Gonzalo Carnevali. Alberto Ravell, Luis Villalba Villalba. Germán Herrera Umérez, Herman Nass, Carlos Irazábal, Joaquín Gabaldón Márquez, J.C. Sotillo Picornell, Antonio García, Manuel Felipe Rugeles, Isaac Pardo Soublett, Héctor de León y Francisco Rivas Lázaro. Durante aquellos días realiza ensayos, basados en su percepción del hispanoamericano y del chileno. De vuelta a Venezuela Al morir Juan Vicente Gómez, muchos de los exiliados, y auto exiliados, deciden volver a la nación venezolana. Mariano decide unirse a aquella ola para trabajar en la nueva etapa de la República. En este camino de vuelta a su nación, se une a los líderes de izquierda venezolanos para formar el movimiento Organización Revolucionaria Venezolana (ORVE) del cual será secretario general. Es también superintendente de educación y encargador de la creación del Instituto Pedagógico Nacional.  En ORVE se encontró con diferencias con quienes le acompañaban, que fueron suficientes para que Mariano se deslindara del movimiento. Entonces, será enviado por López Contreras a Checoslovaquia como encargado de negocios en el año 1937. De este movimiento nacerá Acción Democrática y el Partido Comunista de Venezuela.  Su labor en Checoslovaquia no durará mucho, será destituido y se devolverá a Chile, donde verá nacer a su única hija, Delia Isabel. Para su sorpresa, será llamado de nuevo a Venezuela para participar como director de Cultura y Bellas Artes del Ministerio de Educación. Esto le da la oportunidad de fundar la Revista Nacional de Cultura. Su permanencia en Venezuela será por periodos, trabajará como docente en la UCV, viajará y dará ponencias en universidades norteamericanas, fundará la Facultad de Filosofía y Letras de la UCV, y escribirá una obra estudiada en el mundo conocida como «De la conquista a la Independencia: tres siglos de historia cultural hispanoamericana».  En el año 1947 da su discurso de incorporación a la Academia de la Historia y, separado de Isabel, contrae matrimonio con la venezolana Beatriz Ordoñez. En 1948 es enviado como embajador en Colombia. Sin embargo, aquello es realizado durante el llamado «Trienio Adeco» y al ser depuesto Rómulo Gallegos, renuncia y se va a México.  Junta de Gobierno y Pérez Jiménez Mariano se mantiene varios años fuera de Venezuela, pero para 1951 regresa al país y se dedica a la docencia, teniendo una tímida postura política. En esta etapa dirige El Papel Literario para El Nacional.  Últimos años de Mariano Con la salida del poder de Marcos Pérez Jiménez y la entrada de la Junta cívico-militar, es nombrado embajador en Brasil. Se instala en Río de Janeiro hasta que es llamado para ser representante en la UNESCO. Ahí trabajará en un proyecto contra el analfabetismo en los países subdesarrollados. Sigue publicando obras y para 1963 es nombrado Embajador de México, donde presentará una crisis asmático-cardíaca que casi le cuesta la vida.  Su salud lo obliga a regresar al país, aunque esto no impide su nombramiento como Secretario General, al lado de Betancourt. Para sus últimos años, es comisionado para crear el Instituto Nacional de Cultura y Bellas Artes, pero muere antes de culminar su tarea. 

El hijo de Lope de Vega murió en Margarita

«Atada al mar Andrómeda lloraba los nácares abriéndose al rocíoque en sus conchas cuajado el cristal frío en cándidos aljófares trocaba»Lope de Vega Cubagua y Margarita fueron centros de atención de muchos aventureros que iban tras las perlas, codiciadas en el viejo mundo. Los aborígenes, hábiles buzos, eran usados para extraer el tesoro de las profundidades. En ocasiones corrían con la mala fortuna y un tiburón se encargaba de teñir de sangre nativa el agua. Aquella fama atrajo a muchos españoles y es posible que sea la razón que entusiasmó a Lopillo, hijo de Lope de Vega. Si quieres recibir nuestros artículos más recientes suscríbete aquí La tragedia del padre «…pedí favor al llanto, porque hay penas, que matan vidas de no ser lloradas» Lope de Vega La vida de Lope de Vega debió estar llena de frustraciones. Todas las mujeres que amó murieron. Se cuenta en solo cuatro de sus amores —dos por matrimonio— llegó a tener unos catorce hijos.   Fue desterrado de la corte entre el 1588 y el 1595 por sus escritos contra Elena Osorio. En el 1595 es indultado pero al año siguiente es procesado por amancebamiento con Antonia de Trillo —vivía con ella sin estar casados—.   A pesar de todo eso, el genial escritor exploró cada uno de los géneros de la época y sus letras siguen plasmadas en múltiples ediciones. Tras la muerte de su último hijo, escribe una obra en su honor y recuerdo, imaginando su pérdida en el Nuevo mundo. Su vida quedó despedazada y antes de bajar el telón de su tiempo, muere Antonia Clara, «su ojito derecho». Ha quedado el hombre bajo las sombras de sus últimos días.  Tarde, cuando el dolor no podía ser mayor, llega la noticia de la pérdida de Lopillo, ahogado meses atrás, sin lograr su destino. La muerte de Lopillo «¡Oh perezoza muerte! contraria del estilo sucesivo de la Naturaleza,  pues para más rigor de tu fiereza lo que debe morir perdonas vivo,pues muere quien tan tierna edad vivía…» Lope de Vega Lope Félix del Carpio y Luján es el último hijo de Lope de Vega. El joven aventurero se embarcó con destino al Nuevo Mundo, donde espera encontrar los grandes tesoros de aquel lugar desconocido. Heredó de su padre lo aventurero, pero en la pluma no logró cosechar éxito alguno. Alzó las armas desde muy pequeño y luchó contra moros y piratas. En esta descripción no sería extraña la decisión de viajar a la tierra que descubriera Colón.  En aquel trayecto, llegando a las costas neoespartanas una nube negra cubrió a los viajeros. La tempestad cayó y lanzó las naves de un lado a otro. El mar destruía las embarcaciones con cada impacto y arrastraban a los hombres a sus profundidades. Entre aquellos aventureros estaba un joven de apenas 27 años, que ya soñaba con alcanzar sus deseos, cuando fue arrebatado de la tierra.  De este suceso, Lope de Vega escribirá una égloga donde explayará su dolor de haber perdido a su último hijo, a su «Felicio»  en aquella «Arabia Margarita». Si quieres recibir nuestros artículos más recientes suscríbete aquí  

Pasaporte de Francisco de Miranda, 1787

El 10 de agosto de 1785, Sebastián Francisco de Miranda Rodríguez parte de Londres con su amigo el coronel inglés Smith, para asistir a las famosas manobras militares del ejército de Prusia al mando del rey Federico II, ya para esta fecha es considerado peligroso por las autoridades de la corona española a la cabeza del conde de Floridablanca, que urden un plan  para apresarlo en Francia.  Sin saber nada de la emboscada española en la ciudad de Calais en Francia, decide viajar a Prusia a través de Holanda –República de los Siete  Países Bajos Unidos, para la época-  llegando al puerto neerlandés de Hellevoetsluis, quizá por un azar de la providencia o simplemente porque esa ruta resultaba un tanto más corta y menos agotadora para el viaje. Si quieres recibir nuestros artículos más recientes suscríbete aquí Llegada a Prusia Pocos días después de llegar a Europa continental y de haber desembarcado en el puerto de Hellevoetsluis, tanto Miranda como su amigo el coronel Smith recorren aproximadamente unos 650 kilómetros hasta Prusia, donde son recibidos por el Príncipe Ferdinand de Brunswick y el rey Federico II. En la ciudad de Potsdam a las afueras de Berlín, Lafayette les ofrece recibirlos en París luego del periplo que tienen programado; sin embargo Miranda desconfía de Lafayette pues considera que es un agente al servicio de la corona de España. Periplo hasta Dinamarca En su camino hacia la ciudad de Viena, Miranda y el coronel Smith contemplan varios campos de batalla que fueron el escenario de glorias militares pasadas en el centro de Europa. Al arribar a la ciudad de Viena -capital del Imperio para aquel momento-, deciden visitar la biblioteca imperial, donde se percatan de un uniforme que perteneció al conquistador español Hernán Cortez, obsequio para el emperador Carlos V. Luego al acudir a un teatro en Viena, quedan admirados por la discreción y sencillez del emperador José II. Posteriormente Miranda se dirige en solitario hacia Hungría donde reside por 3 días en el palacio Eszterháza del Príncipe Miklós Esterházy, donde el compositor Joseph Haydn le sirve de anfitrión.  Entre noviembre de 1785 y marzo de 1786, recorre varias partes de Italia, haciendo anotaciones de los lugares que visita, tomando lecciones de italiano al mismo tiempo que resaltaba en sus anotaciones el patrimonio artístico, así como la suciedad de las ciudades y la poca honestidad de sus ciudadanos. Su próximo destino será Grecia, a la que llega luego de haber cruzado el Mar Adriático hasta llegar a la ciudad de Dubrovnik para continuar navegando a lo largo de la costa de Dalmacia hasta arribar a una Grecia bajo dominación turca  que le impresiona por la amplia afición de sus habitantes hacia la música, observa por primera vez lugares y monumentos que sólo ha imaginado en sus lecturas de la antigüedad, traduce del griego y del latín numerosas inscripciones de los monumentos que contempla. Miranda pasa de Grecia a Turquía donde visita la ciudad de Esmirna y luego pasa a Estambúl, ciudad que lo deja impresionado al escribir: «No se puede [..] dar una cabal idea del grupo bello y grandiosísimo que desde el mar presenta la ciudad de Constantinopla» En Turquía las autoridades asumen que Miranda es un noble al leer incorrectamente su pasaporte, de allí en adelante será llamado «Sr Conde», lo que le servirá para despistar a los agentes de la corona española que buscan dar con su paradero. Entre octubre de 1786 y septiembre de 1787 se encuentra Miranda en territorio ruso y en la Mancomunidad de Polonia-Lituania invitado por el rey Estanislao II Augusto Poniatowski, último rey de Polonia como Estado-nación independiente;  una de las ciudades de importancia a la que arriba Miranda durante este período es Jersón en la actual Ucrania, luego encontramos a Miranda siendo presentado ante el influyente y muy poderoso príncipe ruso Grigori Potemkin, amante de la zarina Catalina II de la cual recibe Miranda protección diplomática, el derecho a portar el uniforme de coronel ruso y  10.000 rublos. Miranda se embarca en el puerto ruso de Kronstadt con destino a Suecia el 7 de septiembre de 1787, ya en Suecia presenta sus credenciales ante Andrei Razumovski diplomático ruso en Suecia, quien le recomienda asumir un bajo perfil y mucha cautela ante la presencia de posibles espías españoles. En Suecia Miranda visita minas de cobre, industrias, y la biblioteca real donde conoce al rey Gustavo III, quien sospecha que Miranda pueda ser un espía ruso. La mayor parte del mes de noviembre de 1787 se encontraba Miranda en la ciudad de Cristianía -actual ciudad de Oslo capital de Noruega-, visitando los típicos lugares de su interés: bibliotecas, zonas militares, minas, puertos y bosques. Miranda estaba impresionado con este país escandinavo llegando a escribir: «Es algo digno de admiración, ver el grado de civilización, de instrucción y elegancia como estas personas viven aquí… es el resultado del comercio y la comunicación que poseen con Inglaterra y Holanda» El 12 de noviembre de 1787, el gobernador de la ciudad de Cristianía –actual ciudad noruega de Oslo-, le otorga a Miranda un pasaporte para pasar a Dinamarca por tierra a través de Suecia, en aquella época tanto Noruega como Dinamarca formaban parte del mismo Estado con el nombre de Reino de Dinamarca y Noruega  (Kongeriget Danmark og Norge). El pasaporte indicaba lo siguiente en danés: Hans Kongelige Maiestets til Danmark og norge   Geheimeraad samt stiftbefalingsmand og amtmand over aggershuus und Ridder Giör vitterligt: at naervaer ende Herr oberste de Miranda kommen agter nu at foretage en reife (ikke nogen smitsom Sygdom for naervaerende Tiid  grafferer) og har til den ende forlanget Pafs af mig til denne Reife Hvorfor min tienslige Begiaering er til alle forekommende óvrigheder og andre, at de ei aleene ville lade bemeldte Herr oberste de Miranda frit og ubehindret forrsaette dene reife, men endog i paakommen  Tifaelde vaere dertil behielpelig. Til Bekraestelse under mit Seigl og min haand Christiania 12 de noviembre 1787. Traducción Jörgen Erich Scheel (En nombre de) Su Real

El origen de los Bolívar

«Yo los he representado en presencia de los hombres y en presencia de la posteridad»,Simón Bolívar. Mirar el pasado de un hombre no solo implica ver en sus parientes más cercanos, también es conocer donde inician sus raíces. A través de esta mirada a la ascendencia, podemos encontrar elementos que pudieron forjar el comportamiento de forma indirecta. Los Bolívar fueron una familia de renombre, incluso antes de la aparición del Libertador, sobre todo en tierras americanas. Caminar en sus orígenes es un gusto para quien conoce y ama la historia. Todo lo que hay detrás del primer hombre de América tenta a la curiosidad como un manjar al paladar. Si quieres recibir nuestros artículos más recientes suscríbete aquí Los primeros Cerca del valle de Ondárroa se levanta la Puebla de Bolívar, en las tierras de Vizcaya. Ahí se fundó la Anteiglesia de  Ziortza-Bolibar o Cenarruza-Bolívar por los Bolívar del siglo X. Frente a la iglesia está la casa original Bolíbar-Jauregui donde vivieron hasta el siglo XIX, y hay, actualmente, un museo dedicado al Libertador. Fueron expulsados en el siglo XI, tras un enfrentamiento contra los obispos de Armentia, por el mantenimiento de los fueros, y acusados de intervenir en el asesinato del obispo Don García. Fue hasta el siglo XIII que se les vuelve a ver por aquellas tierras. En la etimología del apellido podemos extraer del euskera, idioma original de Vizcaya, que Bolu significa molino e ibar significa orilla. Aproximándose al significado tendríamos «molino de agua». El apellido Jáuregui significa «Demasiado señor», lo que daba una idea de la hidalguía de Miguel Ochoa de la Rementería y Bolíbar-Jáuregui. En el escudo de armas se blandía una rueda que simbolizaba los molinos de cebada sobre un campo de plata. Existe otra teoría que indica que los Bolívar vinieron de Álava y se fueron instalando en Vizcaya. Simón el viejo El hijo de Martín de Ochoa, antepasado de gran valía histórica dentro de la familia Bolívar, fue el primero en caminar por tierra americana. Su nombre sería Simón Ochoa de Bolíbar, a quien luego conocerán como Simón de Bolíbar «el viejo», nacido en Vizcaya el 5 de marzo de 1532, en Marquina, en la Puebla de Bolívar.  Él desplazará el Ochoa para dejar el Bolíbar como símbolo de su origen. Llega a América a través de Santo Domingo a los veinticinco años, en donde se casó con doña Ana Hernández de Castro, unión de la cual nace su único hijo, Simón Bolívar y Hernández o Simón de Bolívar «el Mozo», homónimo de su padre, con lo que se buscará afianzar su presencia en el Nuevo Mundo. Con su familia, viaja a Caracas, su hijo «el mozo» ya tiene veinte años y al año de llegar es enviado por el Capitán General Osorio a España a presentarse ante Felipe II con varios encargos de los cuales concretará: La autorización de un seminario, que será el antecedente de la Universidad Central de Venezuela. La autorización para el escudo de armas y el título de Muy Noble Leal Ciudad para Santiago de León de Caracas. La eliminación del trabajo forzado para los nativos (abolición de la esclavitud indígena). Privilegios para el Ayuntamiento de Caracas. Nuevas concesiones de la corona. La autorización para la compra de tres mil esclavos de áfrica. Simón de Bolívar, el viejo, con esta tarea, había dado uno de los pasos históricos que determinaría el futuro de la provincia, mientras Osorio se transformaría en uno de los mejores —o el mejor—gobernador que tuviese la Capitanía. El viejo fue Contador General de la Real Hacienda desde 1593 hasta su destitución en 1606 por Sancho de Alquiza, quien lo mete preso e intenta vender sus bienes. En 1612, García Girón, nuevo gobernador, revertiría las decisiones de Alquiza, pero el «el viejo» moriría el 9 de marzo de ese año. Fue conocido por el sobrenombre de «el Vizcaíno» y el «Procurador», además de ser denominado «el viejo», por ser el primer Simón Bolívar en estas tierras y diferenciarlo de su hijo «el mozo». Gracias a él fue creado el convento de los dominicos en la esquina San Jacinto, al frente de donde nacerá el Libertador de América. Simón de Bolívar «el mozo» contrajo nupcias con Beatriz de Rojas, en Caracas. Ella era la hija del conquistador Alonso Díaz Moreno. En 1593 quedan bajo su poder San Mateo e inicia el vínculo de los Bolívar con aquellas tierras de los Valles de Aragua. Su hijo, Antonio de Bolívar y Rojas, será el primer Bolívar venezolano. Empero, enviuda y entrega su vida al sacerdocio, transformándose en visitador eclesiástico de los valles de Aragua. El nudo Marín Juan de Bolívar Martínez y Villegas, nieto de Simón de Bolívar «el mozo», inició una tarea que jamás se concretará: el título de marquesado de San Luis. Para entonces la corona, que se encontraba en declive económico por la excesiva burocracia y la explotación improductiva de recursos, decidió vender títulos de otorgamiento nobiliario. Juan de Bolívar supo que el título de Marqués de San Luis estaba a la venta por 22.000 doblones de oro y, de forma inmediata, decidió ofertar por su compra. Los Bolívar habían logrado una gran fortuna que les permitía este tipo de gastos. Sin embargo, para conseguir un título se necesitaba más que una gran fortuna, en aquella época, las riquezas no aseguraban posición. Cuando la corona evaluó al comprador para comprobar su pureza de sangre, notaron la presencia de un miembro incompatible para concretar la venta del título: Josefa Marín de Narváez, bisabuela del Libertador, e hija de Francisco Marín de Narváez. Existe la duda de quién fue la madre, y hay quienes aseguran que la unión de Francisco fue cuando estaba en el lecho de muerte, pero este hecho seguirá persiguiendo a la familia, incluso hasta el día de hoy. A este suceso se le denominará el «Nudo Marín», el cuál llegará a provocar rechazo por la sociedad mantuana hacia el Libertador quien en ocasiones lo denominarán de «Zambo». Juan Vicente Bolívar El

El hambre y las penurias en la campaña de Carabobo 1821

Si quieres recibir nuestros artículos más recientes suscríbete aquí Usualmente tenemos una visión idealizada y muy general de las acciones del pasado, producto de un imaginario colectivo que se ha cimentado sobre el romanticismo de finales del siglo XIX, nutrido de idealismos y de la mistificación de las heroicidades del pasado; pero precisamente el escudriñar en la cotidianidad de los conflictos bélicos, permite juzgar a la historia de nuestra independencia; no sólo como la elaboración de unos pocos hombres excepcionales, sino como la hazaña de todo un conjunto de hombres y mujeres que tuvieron que sortear los más grandes obstáculos, penurias, el hambre y las dificultades; estimulados por una voluntad que comenzaba a germinar para alcanzar la superación individual y colectiva. Sin duda, uno de los aspectos más inquietantes para todos aquellos que fueron sujetos activos en la campaña de Carabobo de 1821, fue el tema alimentario. Los diarios militares y la correspondencia de campaña durante la guerra, son la prueba más fidedigna de que la falta de alimentos era uno de los enemigos internos más difíciles a vencer; para lo cual se requería de una logística que permitiera administrar eficaz y eficientemente los suministros;  con un racionamiento meticuloso y oportuno para toda la tropa; pues una buena salud requería de una buena alimentación, sin la cual hasta los ejércitos mejor armados perecen. Un Bolívar cada vez más meticuloso Durante las largas y extenuantes marchas del ejército libertador desde los Andes y los Llanos hacia finales de 1820 y los primeros seis meses de 1821, con destino a la batalla de Carabobo; se hace omnipresente el tema de la logística de las raciones para las tropas, como se evidencia en los Diarios Militares del teniente coronel George Woodberry, Jefe del Estado Mayor Interino de la Guardia que dirigía operaciones en Trujillo, así como de las anotaciones del capitán Gregorio María Urreta, dirigiendo la logística en los llanos; quienes a su vez comunicaban todos los detalles a los generales Santiago Mariño y Rafael Urdaneta, para terminar siendo inspeccionados escrupulosamente por Simón Bolívar, quién se volvió un comandante mucho más meticuloso , luego de la mezcla de victorias y derrotas durante los primeros años de la guerra hasta la Batalla de Boyacá; así es como emerge un Bolívar cada vez más detallista, que da instrucciones precisas referidas a la caballería; sobre cómo hacer más resistente los cascos de los caballos,  cómo debían conformarse las herraduras,  especificando qué tipo de clavos debían usarse,  el forraje requerido y otros detalles ad infinitum. Decreto del Libertador sobre el consumo de yuca Durante el avance hacia la sabana de Carabobo, la escasez no sólo cubrió  al bando patriota sino también al bando realista; Mariño, en un comunicado del 17 de mayo, indicaba que muchos soldados del bando realista, se pasaban al bando patriota, reducidos por: «el hambre, la desnudez, y el tratamiento duro y brutal de los jefes españoles». Por otra parte, Woodberry a cargo del cuidado y la alimentación de los enfermos hacía notar las necesidades de: «pan, gallinas y menestra de la mejor calidad», por lo que emitía constantemente órdenes a las personas al mando de los hospitales de campaña y alcaldes patriotas de las zonas aledañas, para obtener los suministros alimenticios, muchas veces de manera infructuosa. Ante esta batalla decisiva, surge el decreto  del Libertador de fecha 31 de mayo de 1821: «S.E manda expresamente que a todo individuo de tropa que se le encuentre yuca se le den por el comandante de su respectivo cuerpo veinte y cinco palos; y condena a la pena de muerte a cualquiera que se enfermare por haberla comido, luego que se restablezca…», puntualizando más adelante «..Se previene pena de 25 palos al que comiere yuca amarga o dulce y el que se emborrachare o enfermare de haberla comido será fusilado». Precisamente la tropa proveniente de los Andes estaba poco relacionada con el consumo de la yuca, resultando difícil distinguir entre la yuca amarga de la dulce, sumado a las ansias que estimula el hambre, mucha de la tropa disponía de tabaco, pero no de algún tipo de aguardiente, por lo que en ciertas ocasiones muchos se daban a la tarea de extraer el jugo de la yuca dulce que se fermentaba, lo que daba como resultado borracheras esporádicas entre las tropas durante sus avances; para lo cual el Libertador tomó la decisión de imponer orden, de manera rigurosa y sin vacilaciones ante esta batalla decisiva. Los diarios militares de Woodberry y de Urreta, fueron incorporados por el coronel Arturo Santana como anexos en su libro La Campaña de Carabobo (24 de junio de 1821) relación histórica militar, el encargo de la obra fue realizado por el General Juan Vicente Gómez en septiembre de 1920, para conmemorar al año siguiente, los 100 años de la Batalla de Carabobo, durante la materialización de la obra, Arturo Santana se desempeñaba como Coronel Instructor de la Brigada nº 1 del Ejército en Maracay. Gregorio María Urreta al momento de sus anotaciones, poseía el rango de capitán, al momento de la batalla alcanzó el rango de teniente coronel y Jefe del Estado Mayor de la Primera Brigada de la Guardia. Urdaneta hizo la recomendación al Libertador indicando en un comunicado: «este oficial es activo y hombre de bien», fechado en San Cristóbal el 11 de septiembre de 1820. Woodberry participó en la batalla con el rango de teniente coronel, luego de sus denodados esfuerzos logísticos. Si quieres recibir nuestros artículos más recientes suscríbete aquí Sergio Díaz Yaguarán Fuente Santana (coronel), Arturo. La campaña de Carabobo (1821). Litografía del Comercio. Editado en 1921 en Caracas.

La ignota vida de Carlos Brandt

La vida y obra de este ilustre venezolano, hijo de alemanes y hermano del compositor Augusto Brandt continúa siendo poco conocida, de hecho hasta hace poco la única biografía disponible en Wikipedia estaba en inglés, lo que me hace pensar que es más conocido en el extranjero que en la tierra que le vio nacer, caso que se repite en muchos intelectuales de nuestra historia, que han pasado desapercibido a través del tiempo, debido al poco interés para desempolvarlos, desde Hechos Criollos nos preocupamos por rescatar a notables venezolanos de la talla de Carlos Brandt. Carlos Augusto Brandt Tortolero nace en Miranda, estado Carabobo el 11 de Octubre de 1875. Fue un escritor, ensayista, historiador, doctor en Filosofía, novelista, musicólogo, polígrafo, poliglota, médico naturalista y para muchos el primer promotor del vegetarianismo en Venezuela. Sus padres le brindan la oportunidad de rodarlo de intelectualidad y cultura, a la edad de 12 años es enviado a estudiar en Alemania pasando luego a Bélgica. Regresa a Puerto Cabello a la edad de 20 años con total dominio del inglés, francés, alemán, griego y latín, idiomas que le abren las puertas a textos que no habían sido traducidos al castellano. Comienza a ocuparse de hacerles a sus padres traducciones de artículos extranjeros y en cierto modo ayudar a la redacción de artículos que su padre publicaba en periódicos venezolanos. «Yo no quería ser escritor. Me parecía más sencillo dedicarme al comercio. Sin embargo ya usted ve…» –comenta en una entrevista años después—. Travesía y reconocimiento intelectual A consecuencia de la dictadura Gomecista Carlos Brandt pasa la mayor parte de su vida en el exilio junto a su esposa Cristina Hernández.  Durante los primeros años, recorre parte de Europa (España, Italia, Bélgica, Holanda)  para, finalmente establecerse por largo tiempo en Nueva York. En dicha ciudad se mantiene con trabajos derivados de su facultad de políglota. Por otra parte, con Ilya Tolstoi –hijo del escritor ruso- funda la «Vegetarian Society» y participa en la Sociedad Naturista Hispana de la ciudad. Sus artículos publicados en Barcelona por el grupo editor de la revista «Generación Consciente» gozan desde entonces y en posteriores décadas de una amplia aceptación en toda la prensa vegetariana naturista ibérica, lo cual le vale el sobrenombre de «el filósofo del vegetarianismo» Mirla Alcibíades, escritora especializada en el siglo XIX venezolano ha construido una excelente biografía de Carlos Brandt. Alcibíades cuenta que su encuentro con Brandt fue casual: revisaba viejos libros en una feria de libreros populares y encontró un ejemplar de Frases Célebres editado en Perú. Al revisarlo le llamó la atención encontrar el modesto nombre de un venezolano junto a Andrés Bello, José Martí, Benjamín Franklin, William Shakespeare, Mahatma Gandhi y Amado Nervo. No en balde Intelectuales de reconocimiento internacional como el biólogo y filósofo alemán Ernst Haeckel, el crítico Max Nordau, la exquisita Gabriela Mistral, Bernard Shaw, Alfred Rusell Wallace entre otros, expresaron su admiración e identificación con su pensamiento. Humberto Fernández Moran dice sobre su obra «Siluetas Luminosas»: «…En el estilo de Carlos Brandt hay esa serenidad, esa continuidad “cisterna,” y ante sus obras experimento esa admiración que nos invade cuando el estilo y el contenido se funden en una creación… Carlos Brandt escribe para contados sudamericanos que están todavía por nacer…»  Su innata vocación de escritor configurada paulatinamente desde la infancia, lo motiva a escribirle a León Tolstoi y el eximio pacifista contesta a su admirador venezolano. Tolstoi le pide que traduzca y le escriba un prólogo de su obra «Serias consideraciones sobre el Estado y la Iglesia» apareciendo publicada en 1901, cuatro años después publica «La Belleza de la mujer» un estudio sobre la perfección del cuerpo humano y su importancia con respecto a la ciencia, las artes y la filosofía. Al año siguiente publica «El Modernismo» y en 1909 aparece «El Vegetarismo»una reflexión que se convierte en el centro de sus indagaciones en la búsqueda de la conservación de la vida; obra clave en las propuestas del vegetarianismo y la fundamentación de la Moral, publicado en 1913 y traducida al inglés con el título de «The Vital Problem»,  le valió el título de Doctor Honoris Causa en Filosofía, concedido por la «American School of’ Naturopathy», de Nueva York, mereciendo el elogio de Albert Einstein, quien dijo: «La ley de la Conservación de la Vida expuesto por Brandt, es al mundo moral lo que mi teoría de la velocidad de la luz es al mundo físico». En una entrevista realizada el 14 de octubre de 1955, con motivo a celebrar sus 80 años, menciona: «Mi amistad con Einstein fue casual. Realmente yo deseaba conversar con el sabio, pero no en grupo, como lo hacían muchos escritores. Deseaba lograr intercambio de ideas. Cuando una vez estuve hablando con su esposa sobre Nordau, surgió el hecho de que Einstein era un ferviente admirador de Nordeau. Entonces la esposa me llevó hasta el sabio. Eso ocurrió en New York, allá por el año 19 o 20». Legado de Carlos Brandt Fueron varias las causas que abrazó Carlos Brandt y por las cuales luchó consecuente y coherentemente mediante su verbo y su escritura, el naturismo, como sistema de vida y de sana alimentación, el pacifismo, como elevada expresión de amor a la humanidad y búsqueda de la libertad, la justicia, la fraternidad y la igualdad, el librepensamiento, que coloca a la razón como brújula que orienta al hombre y le preserva de dogmas y sectarismos, el espiritualismo, como guía filosófica que invita a la comprensión de Dios y su omnipresencia universal, y al reconocimiento de la existencia y supervivencia del alma y su continuidad evolutiva. Buena parte de su tiempo y esfuerzo lo dedicó a escribir estudios biográficos de grandes protagonistas de la historia, y merced al garbo de su pluma y de su ingenio, fueron brotando auténticas obras maestras que ilustran y recrean las vidas de Beethoven, Cervantes, Pitágoras, Diógenes, Jesús, Leonardo Da Vinci, Colón y muchos más. Obras de análisis y de exégesis, que le han consagrado como biógrafo de primera

Guzmán Blanco

El Capitolio Federal

«Operarios del Capitolio: Al pie de estas murallas, la ciudad entera os contempla para daros una silba horrorosa, si no acabáis la obra para febrero. Apenas os quedan 30 días hábiles para dar esta batalla … » José María Rojas Una de nuestras edificaciones más emblemáticas es el Capitolio Federal, ubicada en el centro del valle de Santiago de León de Caracas, cuya estructura y presencia dificilmente se pueda evitar notar para quienes transitan esta zona de la ciudad. Fue construida durante el denominado «El Septenio» (1870-1877), periodo de gobierno resultado de la Revolución de abril donde asumió Antonio Guzmán Blanco. Si quieres recibir nuestros artículos más recientes suscríbete aquí Arquitectura del Capitolio Federal Fue ubicado en el área del antiguo convento de monjas concepciones entre las esquinas de La Bolsa y San Francisco. Es de estilo neoclásico y está inspirado en las construcciones francesas, posiblemente por la influencia que tenía Guzmán Blanco. Su principal arquitecto fue Luciano Urdaneta, hijo del general Rafael Urdaneta y tuvo a Manuel María Urbaneja, Juan Hurtado Manrique y Roberto García como ingenieros auxiliares. La construcción tuvo un valor total de Bs. 171.580. Lado Sur: Aquí se encuentra el Palacio legislativo, que fue construido a partir de septiembre del año 1872, en ciento catorce días, para la instalación del congreso, el 20 de febrero de 1873, primer congreso luego de la «Revolución de abril».  El hemiciclo de sesiones tiene tres niveles: la parte norte la ocupa el podio y la Mesa Directiva. Abajo están la Tribuna de Honor y la Mesa de Secretaría. En el área del sur están los palcos para invitados de honor, prensa y público en general. En la parte norte se encuentran los símbolos patrios. Lado Norte En el lado norte se halla el Salón elíptico donde debería estar ubicado los lienzos de Tovar y Tovar que representan las Batallas de Boyacá, Carabobo, Junín y Ayacucho. Está adornado por dos figuras que representan la justicia y la libertad elaboradas por el artista Eloy Palacios. El Salón está divido en tres salones, cuyos nombres son el del tricolor nacional. Este salón contiene el Libro de Actas del Primer Congreso Nacional de Venezuela y el Acta de Declaración de la Independencia, firmada el 5 de julio de 1811, así como todas las constituciones. La cúpula oval original estaba bañada en oro y fue importada de Bélgica pero fue sustituida recientemente por una de aluminio anodizado. En la cúspide se encuentra la Bandera Nacional. Un vestíbulo separa el salón Elíptico del Tríptico. Su nombre se debe a la pintura de Tito Salas dividida en tres partes: a la izquierda representa el Juramento del Monte Sacro de Roma, la del centro el Paso de los Andes, y a la derecha la muerte del Libertador. El Salón de Los Símbolos está adornado por el Escudo Nacional y los Escudos de las Entidades Federales de Venezuela. Fue la sede de la Alta Corte Federal. Las otras dos alas fueron originalmente construidas para el Despacho del Ejecutivo, Ministerio de Relaciones Interiores y Corte Federal y de Casación, las cuales fueron culminadas a comienzos de 1877, terminando «El Septenio». En el centro hay una fuente, de manufactura inglesa, que posee diez chorros y debe llegar aproximadamente a los veinte pies de altura. Los jardines fueron pensados para estar adornados por magnolias y araucarias, trazados por el jardinero francés José Couleau. Las sobrecúpulas son del año 1890. En la actualidad y desde hace muchos años, este espacio es insuficiente para el fin que fue destinado, sin embargo, sigue siendo un símbolo histórico de la nación y su arquitectura sobresale en medio de la sobrepoblada ciudad caraqueña. Anécdotas sobre El Capitolio Los obreros, al lograr la hazaña de construir el Capitolio, espacio para que se realizara el Congreso, fueron aplaudidos y condecorados por Guzmán Blanco. La obra causó indignación del Clero quienes esperaban un castigo divino. La oposición y muchos ciudadanos de la época no concebían el alto costo que requirió la obra, por lo que tuvieron cierto rechazo por la misma, pero al ser culminada generó un gran impacto en aquella ciudad hasta entonces atrasada en obras. Si quieres recibir nuestros artículos más recientes suscríbete aquí

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