En la convulsa época del siglo XVI, cuando los alemanes se adueñaron del feudo otorgado por Carlos V en tierras venezolanas, un personaje clave emergió para guiar la espiritualidad de la provincia de Venezuela. Rodrigo de Bastidas, un hombre cuya vida se entrelazó con la exploración, la fe y el gobierno, se convirtió en el primer obispo de esta región, desempeñando un papel crucial en la historia de Venezuela.
Rodrigo de Bastida, el obispo gobernador
Fue en 1531, bajo el pontificado del Papa Clemente VII, cuando se erigió el Obispado de Venezuela, por medio de una bula fechada el 21 de julio. La elección de su primer obispo recaería en el joven Don Rodrigo de Bastidas, quien en ese entonces ocupaba el cargo de Deán en la Catedral de Santo Domingo. La influencia de la reina Doña Juana y su hijo Carlos V desempeñó un papel importante en su designación. La consagración de Bastidas tuvo lugar en Medina del Campo, del Obispado de Salamanca, el 4 de junio de 1532, y en 1536 llegaría a su diócesis en Venezuela.
Rodrigo de Bastidas no solo ejerció su papel eclesiástico, sino que también asumió un rol político relevante al convertirse en gobernador tras la muerte de Spira. Esta posición tuvo un impacto significativo en la expedición liderada por Philipp von Hutten.
Nacido en Santo Domingo alrededor de 1504, Bastidas se distinguió como Deán en la Iglesia Metropolitana de Santo Domingo antes de ser nombrado Obispo de Venezuela. Su llegada a Coro coincidió con un conflicto entre españoles y alemanes, causado por la ambición por el oro, que sumió la región en la anarquía.
Desde el principio, Bastidas buscó la paz y abogó por la protección de los aborígenes, oponiéndose a la esclavitud. Sin embargo, la persuasión de Spira lo llevó a unirse a la búsqueda de riquezas junto a los alemanes.
Bastidas fue nombrado gobernador y le tocó desempeñar un doble papel político y religioso. Trató de reconciliar a los conquistadores alemanes y los castellanos. Durante este proceso, forjó una amistad con Philipp von Hutten, un alemán con inclinaciones hacia la justicia. Lo nombró teniente de la Gobernación para cuestiones criminales y militares.
Aprobó la búsqueda del dorado. Sin embargo, las opiniones divergen en cuanto a su papel en esta empresa. Mientras que algunos, como Oviedo, lo ven como un civilizador, otros, como Fray Simón, lo acusan de haber sucumbido a la fiebre del oro.
La búsqueda del dorado tuvo un destino trágico para Hutten, y en ese momento, Bastidas fue nombrado Obispo de Puerto Rico, lo que lo obligó a abandonar su misión en Venezuela. Rodrigo de Bastidas, un hombre cuya vida estuvo marcada por la dualidad entre la fe y la ambición, dejó una huella indeleble en la historia de Venezuela como su primer obispo y gobernador. Su legado perdura como un testimonio de los desafíos que enfrentaron aquellos que forjaron el destino de estas tierras en tiempos tumultuosos.