Ley de libertad de contratos
La independencia de Panamá inició en Venezuela
La independencia de Panamá estuvo inspirada en las acciones de los Libertadores venezolanos, quienes, siempre tuvieron a Panamá en su visión del futuro. Miranda ideó en su mente el canal, Bolívar su importancia estratégica.
Breve historia de la Inmigración Japonesa en Venezuela
“Busqué a Venezuela en un mapa, estudié la situación y decidí venirme para conseguir concesiones petroleras” Seijiro Yazawa. La inmigración japonesa en Venezuela —comparado con otros países latinoamericanos— fue un proceso tardío, pues la legislación venezolana de inmigración solo garantizaba el ingreso de población blanca europea. En carta de Laureano Vallenilla Lanz al director de El Tiempo de Bogotá, del 14 de noviembre de 1920, decía que él defendía el régimen de Gómez porque «es el único que conviene a nuestra evolución normal» y podía cumplir con un principio básico del progreso: La inmigración; pero debía ser inmigración europea y norteamericana y, aclaraba Vallenilla: «gente blanca». A ello, se une la desconfianza del régimen gomecista hacia los extranjeros como consecuencia de la situación sanitaria del país, eran días en que pandemias como el paludismo, la malaria y la gripe diezmaban a la población. Sin embargo esto no sería impedimento para que a finales de los años veinte, un comerciante japonés, motivado por la fiebre petrolera en Venezuela se atreve a cruzar el Pacífico. Seijiro Yazawa, es considerado el primer inmigrante japonés en Venezuela, quien se cree ingresó en octubre de 1928 con el objetivo de iniciar una investigación sobre la riqueza petrolera nacional. Después de haber viajado por algunas regiones de Venezuela inspeccionando y recabando información, envió un informe al Ministerio de Relaciones Exteriores japonés, en el que pedía la ayuda financiera necesaria para concretar las exploraciones en el occidente del país. La tensión entre los Estados Unidos y el Japón condicionaron la respuesta; tanto el Ministerio como las compañías petroleras consideraron inútil y riesgoso invertir en un país ubicado más allá del canal de Panamá, en aquellos años bajo dominio de los norteamericanos. Yazawa, frustrado en su intento, decidió retornar a Japón en 1931, vía Panamá, pero allí concibió la posibilidad de embarcar colonos pesqueros a Venezuela, lo que efectivamente organizó en ese mismo año. Una vez en Higuerote, pueblo costero del estado Miranda, comenzaron a pescar con resultados negativos, desistiendo y dedicándose entonces a la agricultura a través de la renta de una pequeña parcela en el sector La Bandera de Caracas, pero las condiciones desconocidas del terreno traerá consigo los primeros desertores de la oleada migratoria. Otros menos pesimistas comenzaron a ahorrar para luego dar apertura a una bodega de víveres y alimentos en San Agustín del Sur. Para el año 1934, los japoneses, gracias a los ahorros obtenidos con la casa de abasto, empezaron a independizarse montando cada uno su propia tienda en distintas partes de Caracas. Seijiro Yazawa, entre tanto, consiguió ayuda de uno de los pasajeros que había conocido en el barco de regreso a Panamá. Antonio Teppa, sería de quien, el pionero japonés, obtendría un préstamo de 1.500 yenes con los cuales pudo comprar un camión y dedicarse al transporte de carga. En 1939, llegó a Venezuela desde el Perú, Rinzo Yonekura con su esposa Kumeji y su hija Katzumi, para radicarse en San Cristóbal, estado Táchira, región fronteriza y comercial del occidente venezolano. Ese mismo año, llamará a su hermano menor, Michio; y al año siguiente, Michio a Takeo Fukayama quienes estaban en Perú e igualmente oriundos de la Prefectura de Yamanashi. Surgió con ellos en San Cristóbal hacia 1940, una quincallería que se hizo tradición en casi todas las ciudades venezolanas, «La Casa Japonesa». Ante la Segunda Guerra Mundial La Segunda Guerra Mundial condicionó la tranquilidad de la naciente comunidad japonesa. Una serie de decretos gubernamentales terminaron congelando y sometiendo a intervención los bienes pertenecientes a ciudadanos de nacionalidades de los países del Eje (Japón con el Emperador Hirohito, la Alemania Nazi y la Italia de Benito Mussolini) lo que los obligó a renunciar a sus actividades comerciales y refugiarse en Ocumare del Tuy, en el estado Miranda. Sin embargo, la entereza y la unión del grupo de inmigrantes nipón pudo mantenerse; el esfuerzo de su trabajo y algunas prerrogativas que les permitieron las autoridades venezolanas, hizo que no desmayara la empresa que años atrás había comenzado. En 1941, llegaron a Venezuela (desde el puerto de la guaira) un buque estadounidense con 150 personas japonesas y pronto fueron recibidos por el presidente Isaías Medina Angarita, y desde entonces, obtuvieron la ciudadanía venezolana para evitar ser perseguidos; comenzó a residenciar en las primeras ciudades de Caracas y Valencia. Hacia el interior del país La década de los años cincuenta permitirá la distribución y asentamiento en algunas regiones de la geografía nacional, trayendo consigo el arraigo de los lazos culturales entre ambos pueblos; paulatinamente, la cultura japonesa comenzaría a tener presencia. Los oriundos del país del sol naciente, ya no estarán circunscritos sólo a la región central, sino que lograrán instalarse y llevar sus actividades económicas a las principales ciudades y pueblos de la república: Puerto La Cruz, Anaco y El Tigre (Anzoátegui); Cumaná y Carúpano (Sucre); Maturín (Monagas); Ciudad Guayana y Ciudad Bolívar (Bolívar); Barquisimeto (Lara); Mérida (Mérida); San Cristóbal y San Antonio (Táchira); y Maracaibo (Zulia); época ésta de amplitud hacia los grupos asiáticos por parte del régimen militar, Por otro lado, como consecuencia del desarrollo explosivo de la economía en Japón y con ello, la reducción a los incentivos para las migraciones, el número de nipones que vinieron a América Latina disminuyó drásticamente en los años sesenta, finalizando prácticamente este proceso en el continente. Signos de mayor dinamismo y organización en Venezuela mostrará la comunidad japonesa en la década siguiente. Se crearon la Asociación Japonesa de Caracas, el 1 de mayo de 1974; también la Asociación Japonesa de Venezuela, el 17 de agosto de 1975, registrada como persona jurídica en 1976; y la Nisuikai conformada por los representantes de las compañías japonesas. El Colegio Japonés de Caracas abrió sus puertas en Valle Fresco en 1975, entrando en crisis administrativa el Colegio Suplementario, pero recuperado gracias al apoyo de la Embajada. En 1978, el Colegio Japonés se mudó a la Castellana; y el 2 de diciembre, se conmemoraron los 50 años de la inmigración japonesa al país. Finalmente, podemos apreciar que esta primera
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El club de modelismo estático Ávila realizó una exposición de modelismo en donde estuvo una representación de los patriotas y realistas en las guerras de Hispanoamérica.
El sabio, Arístides Rojas.
Arístides Rojas fue uno de los polígrafos venezolanos más importantes del siglo XIX. Su conocimiento y obra dejó un gran legado para la cultura venezolana.
El Pachano
El pachano, comúnmente confundido con la morocota, es la primera moneda de oro acuñada en Venezuela con un valor de Bs. 100
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En 1814 se da la batalla de San Mateo, una de las más duras de la independencia. Ahí se da la leyenda de Ricaurte, patriota que se inmoló por la República, dando el ejemplo del deber por encima de la vida.
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Breve historia de La Guaira
De los Tarma, una tribu de lengua Caribe, quedó la palabra Waira como referencia a nuestra herencia precolombina, en San Pedro de La Guaira.
El franco como unidad monetaria de Venezuela
Cuando Guzmán Blanco asume como Ministro de Hacienda la situación es crítica. Venezuela carecía de moneda propia y su unidad monetaria era el franco.