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Breve historia de La Guaira

Germán Jiménez

Autor

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Nuestras tierras, donde hoy habitamos, fueron hace mucho tiempo la tierra de nativos nacidos en el continente. Sin embargo, su verdadera forma empezó a forjarse con el establecimiento de los españoles en ella. Ellos fundaron las ciudades que hoy conocemos, dieron nombre y delimitaciones geográficas, inclusive a pesar de las limitaciones que pudiesen tener los primeros habitantes hispanos de América. Muy diferente era a como es, aunque sigue conservando su alma, hoy en donde debería estar el río Osorio, antes pasaba un caudal que permitía a los nativos navegar en piraguas para pescar en el mar. Así, de los primeros Tarma, una tribu de lengua Caribe, quedó aquella palabra: Waira.

Don Diego de Osorio

Don Diego de Osorio, quien fuere comandante de la escuadra española en Santo Domingo, designado sustituto de don Luis Rojas,  junto con Simón de Bolívar, antepasado del Libertador, los dignatarios del Cabildo de Santiago de León de Caracas y algunos nativos del Gobernador, fueron los fundadores de aquel lugar costero. Es posible que aquel 29 de junio de de 1589, se emitieran las típicas palabras, ritual de fundación de los peninsulares.

«Caballeros, soldados y compañeros míos y los que presentes estáis. Aquí señalo horca y cuchillo, fundo y sitio la ciudad en nombre de la Sacra, Real y Católica Majestad de Don Felipe II, Rey de las Españas, con aditamento de reedificarla en la parte que más conviniere y la cual pueblo en nombre de Su Majestad y guardaré y mantendré en paz y justicia a los españoles, conquistadores vecinos y habitantes, forasteros y a todos los naturales».

Levanta la espada y culmina:

«Si alguno fuere tan osado y villano que contradijere este muy grande acto por el cual tomo posesión en nombre de su Majestad, que comparezca y lo diga».

Culminado el acto se desmontó la costa, se trazó una plaza, se marcaron dos calles de naciente a poniente, se instalaron chozas, se establecieron bodegas y se levantó una barraca en donde estuvo la primera iglesia, y el puerto.

Don Luis de Rojas había vulnerado el derecho de los habitantes de Caraballeda de elegir a sus regidores, por lo que en protesta, abandonaron el poblado. Hay que entender que, como decía Oviedo y Baños, había una necesidad de mantener un puerto «para la conservación del trato ultramarino» por lo que cuando Osorio llega debe ubicar un puerto y La Guaira distaba de apenas cinco leguas de Santiago de León. Don Simón de Bolívar fue elegido su Procurador ante el Rey, para exponer las necesidades de la región; posiblemente en ese viaje es cuando don Simón de Bolívar trae con él, el decreto que prohibía todo trabajo pesado, o esclavitud, para los nativos y el permiso para adquirir esclavos africanos.

La piratería y la compañía Guipuzcoana

Por ser un puerto y una ubicación determinante para el comercio, La Guaira fue testigo histórico de ataques piratas. Recién fundada, la ciudad es tomada por piratas holandeses, lo que hace que Osorio se retire a Caracas para buscar refuerzos. Sin embargo, el cacique Guaicamacuto, ayudado por Urimare, atacan por sorpresa a los piratas, expulsándolos. El 28 de mayo de 1595, Amyas Preston, guiado por Villalpando, logra llegar a Santiago de León de Caracas a través de un camino oculto, incendiando la ciudad.

En 1642 el pirata William Jackson con 3 flotillas y 1100 hombres, bombardea el puerto, logrando un desembarco, pero es rechazado. Nueve años después, el 14 de julio de 1651, ingleses y franceses bombardean durante dos horas al puerto de La Guaira. En 1680 el corsario francés Francisco Grammond toma el puerto por dos días y al partir, se lleva rehenes, entre ellos el Justicia Mayor de La Guaira, Cipirano de Alberró y a 150 hombres de la guarnición. Para el 86, vuelven los holandeses pero son derrotados y en el 96 son rechazados corsarios franceses que pretendía tomar el sitio.

De todos estos ataques destacan dos, el del año 1739 cuando tres buques británicos comandados por el Capitán Waterhouse intentaron tomar por sorpresa el puerto, haciéndose pasar por españoles. La guarnición de La Guaira se enteró mucho antes y estando sobre aviso tomaron las previsiones para recibirlos, balas de cañón expulsaron a los piratas. El segundo ataque destacado fue el del año 1743, cuando los ingleses volvieron a la ofensiva, esta vez con 19 barcos de los más poderosos, al mando del Comodoro Charles Knowles. Don Mateo Gual, quien dirigió la defensa por los guaireños, después de cinco días en batalla, logró vencer a los ingleses.

La compañía Guipuzcoana de La Guaira

La Real Compañía Guipuzcoana de Caracas inició en el año 1728, fundada mediante contrato de Guipuzcoa con la Corona Española, con la finalidad de comercializar el cacao y contrarrestar el contrabando holandés. Esto generó un desarrollo en la economía de la región, transformando el lugar en una potencia agrícola, fortaleciendo la provincia.  Felipe V, quien era el Rey entonces, expuso que la razón de su creación fue «la lucha contra el contrabando para remediar la escasez de cacao» que hacía que tuvieran que comprar a los holandeses  el propio cacao de la provincia.

Aunque la compañía se formó en 1728, parten por primera vez en 1730, siendo las primeras en hacer la ruta las galeras San Ignacio y San Joaquín. Estas, aunque tenían un fin comercial estaban armadas con cañones. Todo esto benefició a la región vasca, ya que estaban en una situación crítica, cumpliendo la mayoría de sus objetivos: enfrentar la amenaza inglesa, cortar el contrabando holandés, promover los cultivos de los Valles de Aragua y Caracas, fortificar los puertos, favorecer a los poblados y garantizar sustanciosos ingresos. 

Sin embargo, la Compañía no fue grata para todos y generó múltiples rebeliones. En 1737, el zambo «Andresote», un contrabandista y salteador de caminos, se alza en los valles de Yaracuy apoyado por los holandeses, arrastrando con él a varios cimarrones. La revuelta fue controlada pero no fue la última. La élite criolla formada por los Blanco, Liendo y Bolívar, denunciaban el mal que ellos consideraban traía la compañía a la zona. Entre ellos los Bolívar eran de los más influyentes, teniendo la hacienda de San Mateo y las minas de Aroa. Caso destacado la rebelión de Gual y España, y posteriormente, la gesta independentista que separaría por fin la provincia de la Corona. 

La compañía no solo controlaba el monopolio, sino que también fue usada para el contrabando de libros de la ilustración. Al final esta es mudada a Madrid en 1751 y se liquida para fundirla con la de Filipinas en 1782, pero el lugar donde se estableció en La Guaira, sigue ahí. 

El Cantón del Cardonal

Se aproxima que entre El Cardonal y Punta de Mulatos se encontraba el Castillo de El Cantón del Cardonal. En ese lugar se dio uno de los hechos históricos más terribles de la emancipación venezolana. Estaba declarada la Guerra a Muerte, redactada por Antonio Nicolás Briceño y aplicada luego de su muerte, por el Libertador, cuando fueron ejecutados en aquel castillo 518 españoles y canarios, en su mayoría decapitados. La razón de este acto era que se temía que estos pudiesen escaparse de las bóvedas y no había como manejar una situación de ese tipo, representando los presos una carga para los patriotas. La orden fue emitida por el Libertador y ejecutada por Leandro Palacios, comandante patriota de La Guaira. 

Los Castillos 

Los principales castillos que sobrevivieron con el tiempo son una manifestación de nuestra historia y del poderoso sistema de defensas marítimo que se creó para aguantar los ataques piratas. La fortaleza «El Vigía de la atalaya del Zamuro» debe su nombre por el cerro en el que está construido. Un hecho importante relacionado con este castillo es que el 11 de mayo de 1845 llega al puerto realizando un saludo de 21 cañonazos al tricolor un bergantín, con el que venía el tratado donde España reconocía la independencia de Venezuela. 

El castillo «La Pólvora» o «Castillo Santabárbara», llamado así por ser el lugar donde se guardaba la pólvora, como la Santabárbara de los barcos, fue el lugar donde estuvo preso, quien fue el Capitán General, Vicente Emparan. El Castillo de San Carlos tuvo entre sus instalaciones, apresado a Francisco de Miranda, luego de ser entregado por De las Casas y el Libertador. En el Castillo de San Agustín se inició la lucha entre los federales y centralistas, en la batalla del 2 de septiembre de 1859. El Castillo El Colorado, llamado así por el color de la tierra del lugar donde se ubicó y que luego pasó a ser un cementerio católico.  

Los Cementerios 

Donde estuvo el cementerio católico, ubicado en El dorado, no se podían enterrar personas que profesaran otra religión o suicidas. Esto provocó que se creara una sociedad llamada «Cementerio de los Extranjeros» que construyó en 1853 el Cementerio del Guiriguire o de los ingleses, por ser en su mayoría británicos los que ahí fueron enterrados. En 1882 se construyó el «Cementerio de los Cocos» llamados de esta forma por los numerosos cocoteros que en él existían. El cementerio de los cocos, al ser laico, fue desplazando al de El Colorado, lo que hizo que se transformara en un circo taurino con el tiempo, aunque este también desapareció. 

Lo que el puerto nos dejó

El puerto de La Guaira forma parte fundamental de nuestra historia, porque por él se logró el desarrollo de la región, más allá de la mejora económica, permitió la conexión con el mundo, la entrada de libros, conocimiento; un lugar de batallas, de tragedias y de grandes sucesos. De él podemos nombrar a José María España, al reconocido Soublette y al no menos virtuoso Vargas, cuyo nombre fue usado para la que en antaño fue la Plaza Mayor;  el sistema de defensa de las costas, su catedral de San Pedro Apostol o Catedral de La Guaira, la ermita del Carmen, el «Camino de los españoles» y mucho más, que se mantienen firme en el tiempo como el recuerdo de nuestro pasado y parte de nuestro gentilicio. 

G.J.Jiménez

Fuentes

La Guaira Histórica, Rafael Martínez Salas.
La Real Compañía Guipuzcoana, Arantzazu Amezaga Iribarren.

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