El Esequibo, primeros intentos, primeros fallos.

Germán Jiménez

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Luego de la muerte de Don Alejo Fortique, gran ilustre diplomático venezolano; José María Baralt, insigne historiador, que había sido el encargado de revisar los archivos españoles y de acompañar a Fortique como su secretario, no va a poder continuar con las negociaciones sobre el Esequibo, puesto que, se le destituirá para ahorrar los 200 pesos que este percibía de sueldo; como consecuencia de la situación de inestabilidad política que atravesaba Venezuela, en estos años previos a la Guerra Federal. Es importante destacar, que con esto se daba fin, al primer intento de negociación que se había establecido con Gran Bretaña y se dejaba en el olvido la cuestión limítrofe del Esequibo hasta 1876. Ahí vendrán 30 años de silencio donde muy poco se hizo.

Lecuna y Wilson

En el interludio de estos más de 30 años, lo único que se llegó a hacer por el territorio Esequibo para tratar de frenar el avance inglés, fue en 1850, un acuerdo a través de un intercambio de notas diplomáticas, entre el Ministro de Relaciones Exteriores venezolano, Vicente Lecuna y el Encargado de Negocios británico, Balford Wilson, para que se entendiera el territorio como en disputa y no se ocupara por ninguno de los dos; dicho acuerdo va a ser violado por los colonos británicos y para 1866 se descubren aldeas de estos, apostadas al norte del río Moroco, a lo largo del canal del Amacuro y en la longitud del Cuyuní; y no va a ser, sino hasta 10 años después, cuando se tomen acciones al respecto.

Así bien, en el año de 1876, Guzmán Blanco, nombra Ministro Residente en Gran Bretaña, Agente Fiscal de la República y encargado de los asuntos diplomáticos en Francia y España, al ilustre diplomático venezolano José María Rojas, quién muy bien nos había representado en la disputa contra el ABC (Aruba, Bonaire, Curazao) de los Países Bajos, en años anteriores.

Las instrucciones recibidas por Rojas no le aconsejaban de qué manera proceder en el asunto encargado, no obstante, si le dejaban ver que sus negociaciones sobre el Esequibo no serían nada sencillas, puesto que abarcaban un gran número de aspectos a tratar con Gran Bretaña, distintos al tema limítrofe con la Guayana Británica, entre estos: las conspiraciones que desde Puerto España, Trinidad, se estaban llevando a cabo contra Venezuela sobre el Esequibo; establecer un nuevo Tratado de Amistad, Navegación y Comercio; reemplazar al Ministro Residente británico en Caracas; y aclarar nuestra soberanía sobre la Isla de Patos.

Rojas y el desplante la Reina Victoria

Las negociaciones no van a tener un buen inicio, puesto que, para 1877, cuando Rojas escribiera sobre su llegada a Londres, al Conde de Derby, quien era el Secretario de Estado para Asuntos Exteriores británico, tendrá que esperar poco más de una semana para recibir la respuesta de este; y al hacerlo, Derby le comunicará que su recepción, se hará a través de una audiencia con la Reina Victoria; y aunque José María Rojas va a pedir una entrevista personal con Derby, previa a la de la Reina, este se va a negar y le dirá que espere a la que le había sido concertada. Todo esto será comunicado por Rojas al Ministro de Relaciones Exteriores venezolano, Eduardo Calcaño, además de sus temores, sobre tiempos difíciles con respecto a las negociaciones.

En cuanto al recibimiento acordado, este ocurrió casi 1 mes después de su llegada a Londres y en él pudo confirmar sus malos augurios, ya que la Reina lo hizo esperar por media hora; no le invitó a la apertura del Parlamento, como si lo hizo con el Ministro de China que apenas iba llegando al país y fue presentado después de unos encargados de negocios al Príncipe, cuando su cargo era superior al de estos. Adicionalmente, ya Rojas, previo al encuentro con la Reina le había comunicado a Calcaño que el trato hacia los Ministros sudamericanos se llevaba a cabo de forma desdeñosa, ya que para que los de Colombia y Perú fuesen recibidos, tuvo que pasar 3 y 6 meses respectivamente.

José María Rojas renuncia

Finalmente, las negociaciones previas se iniciaron días después del evento, no obstante, José María Rojas enfermó por el invierno y se fue a París, lo cual retrasó todo hasta el mes de mayo; pero cuando decidió regresar a Londres, por solicitud del Ministerio de Relaciones Exteriores venezolano, para retomar las conversaciones, se vio nuevamente afectada su salud y decidió devolverse a la capital francesa. Debido a esta situación y a que para febrero de 1877, había terminado el gobierno de su amigo Guzmán Blanco y había asumido el poder, Francisco Linares Alcántara; Rojas presentará su renuncia al Ministerio de Relaciones Exteriores; y todo el trabajo diplomático por hacer en Londres ya antes mencionado, se pospondrá hasta su nueva asunción al cargo en 1879.


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A. Tovar

Fuentes
Gil Fortoul, J. (s.f.). Historia Constitucional de Venezuela. Capítulo V: Relaciones Exteriores. Lane Harris, W. (1984). La diplomacia de José María Rojas 1873-1883. Biblioteca de la Academia Nacional de la Historia: Caracas

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