Imagen estilo comics del libertador

La IA, un aliado que no despoja, sino que engrandece

La inteligencia artificial ha irrumpido en nuestras vidas con una fuerza indetenible, y algunos la observan con desconfianza, como si fuese una amenaza que busca despojar al artista de su legado. Sin embargo, detengámonos un instante, al igual que el Libertador reflexionaba antes de emprender una gesta, y consideremos: ¿acaso esta herramienta, en lugar de arrebatarnos, no nos está brindando nuevas alas para alzar el vuelo creativo? La IA ofrece una eficiencia extraordinaria: con solo una instrucción, produce resultados en un tiempo que desafía toda expectativa y abre las puertas a quienes apenas comienzan su camino. En tercer lugar, optimiza recursos: lo que antes demandaba jornadas enteras de esfuerzo, hoy se logra con rapidez, dejando espacio para la reflexión y la innovación. ¿La IA usurpa a los autores? Cierto es que surge el temor de que vulnere los derechos de autor, y no sin fundamento. Si un artista dedica su vida a perfeccionar su arte y la IA lo replica sin esfuerzo, ¿dónde queda la justicia? No obstante, miremos desde otra perspectiva: la IA no es un usurpador, sino un colaborador que toma lo existente para transformarlo en algo nuevo. No sustituye al creador, lo potencia. Un compositor puede emplearla para esbozar una melodía y luego impregnarla de su esencia; un escritor puede partir de sus líneas para forjar una narrativa única. Los derechos permanecen intactos mientras el ser humano conserve el mando de su obra. No es una sustracción, sino una multiplicación: la cultura se expande, las voces se elevan y el legado de nuestra tierra resuena más allá de sus fronteras. Claro está, requiere regulación para garantizar que honre al autor, pero rechazarla como adversario es ignorar su potencial como aliada. Inspirémonos en Bolívar: tomemos la IA como una espada que corta las ataduras de lo imposible. No llega para despojarnos, sino para fortalecer nuestras manos y engrandecer nuestro espíritu creador. Aquí les dejamos al Libertador con el estilo de diferentes autores,

Panteón de los héroes

La Quinta República de 1830

El concepto de República en Venezuela está relacionado al proceso de Independencia, que tenía como objetivo la abolición del Imperio español y su sistema monárquico, que controló el país por más de 300 años. Sin embargo, los historiadores no han establecido un criterio unificado sobre las diversas etapas republicanas, en el contexto de las victorias y derrotas durante la guerra. Este problema se debe, posiblemente, a la amplia cadena de hechos criollos que ocurrieron, tanto en Venezuela como en el extranjero, por el proyecto napoleónico del Libertador Simón Bolívar, que complican la interpretación académica para demarcar las épocas; lo que permitió al chavismo imponer su propaganda histórica. Pero tomando en cuenta criterios jurídicos y militares, se puede establecer una hipótesis diferente: I) Primera República Comienza con la Firma del Acta de Independencia, el 5 de julio de 1811, cuando el Congreso declara la ruptura con España; pero luego cae con la Capitulación de San Mateo (25 de julio de 1812), ante el avance de Monteverde contra las tropas de Miranda. Es importante recordar que el 19 de abril de 1810, fue un acto pro-monarquía porque la Junta Suprema Conservadora de los Derechos de Fernando VII, defendía al rey que había sido capturado por el Ejército francés, en el contexto de las guerras napoleónicas. II) Segunda República Agosto de 1813 fue un mes fundamental para recuperar, transitoriamente, el sistema republicano; con los triunfos de la Campaña Admirable (encabezada por Simón Bolívar) y la Campaña de Oriente (bajo el mando de Santiago Mariño). Sin embargo, con el posterior avance letal de Boves hacia Caracas, luego de vencer en La Puerta (actual estado Guárico), se produce la emigración masiva hacia el este de Venezuela y los españoles retoman el control del país, con la caída de Maturín (1814). III) Tercera República En este período es donde comienzan los mayores vacíos históricos, por parte de los académicos, pero se puede delimitar con la Constitución de 1819, que viene a formalizar el triunfo militar del general Manuel Piar en la Campaña de Guayana (1817); cuyo contenido establecía lo siguiente: – Artículo 1. La Republica de Venezuela es una é indivisible. – Artículo 2. El Territorio de la Republica de Venezuela se divide en diez Provincias, que son: BARCELONA, BARINAS, CARACAS, CORO, CUMANA, GUAYANA, MARACAYBO, MARGARITA, MERIDA y TRUJILLO. Sus límites y demarcaciones se fixarán por el Congreso. (Comentario del articulista: Se respeta la redacción original y en ese momento no se había establecido, todavía, la transición completa hacia la Gran Colombia)                                          – Artículo 15. Verificada la Union que se espera de Venezuela y la Nueva-Granada conforme al voto y al interés de ambos Pueblos, esta Constitucion sera de nuevo examinada y discutida en el Congreso General que ha de formarse. Entretanto los Ciudadanos de Nueva Granada serán reputados Ciudadanos de Venezuela por nacimiento, y tendrán opcion á todos los empleos, residiendo en su territorio. IV) Cuarta República En sentido estricto (jurídico) es con la Constitución de 1821 que se establece la ampliación formal de la República: “Artículo 6. El territorio de Colombia es el mismo que comprendían el antiguo Virreinato de la Nueva Granada y Capitanía General de Venezuela”, que actualmente abarca a Colombia, Venezuela (incluyendo el Esequibo), Ecuador y Panamá. V) Quinta República     En paralelo a esta Gran Colombia (nombre historiográfico), Bolívar y Sucre continúan la expansión hacia Perú y Bolivia; pero los caudillos regionales empezaron a conspirar contra el liderazgo venezolano, por conflictos de poder. El Gran Mariscal de Ayacucho sufre el primer atentado en 1828 (Bolivia), que lo deja incapacitado de su brazo derecho, mientras que el segundo le quitó la vida en 1830 (Colombia). Ese mismo año muere el Libertador por la tuberculosis, pero ya había sobrevivido a un ataque en 1828 (Colombia). A esta crisis se suma la Guerra grancolombo-peruana (1828-1829), durante el mandato del presidente José de La Mar. En ese contexto, nació el liderazgo pragmático del nacionalismo venezolano, porque el general José Antonio Páez se dio cuenta que el proyecto de expansión era insostenible por divisiones internas, la amplitud geográfica y los problemas económicos después de tantas batallas en casi 20 años. De esta manera, la Constitución de Valencia (1830) estableció la verdadera Quinta República, con autonomía plena frente al centralismo bogotano, creada por los diputados de Cumana, Barcelona, Margarita, Caracas, Carabobo, Coro, Maracaibo, Mérida, Barinas, Apure y Guayana; estableciendo en su artículo 5 que el territorio “comprende todo lo que antes de la transformación política de 1810, se denominaba Capitanía General de Venezuela”, principio que se mantiene hasta la actualidad para la defensa del Esequibo (Uti possidetis iuris). Propaganda chavista Contra la lógica de esta línea de tiempo, Hugo Chávez planteó una interpretación política para “fundamentar” la propaganda de su movimiento. El 5 de agosto de 1999 dio un discurso en la Asamblea Nacional, para entregar el proyecto de Constitución, donde dijo lo siguiente: “Sobre las cenizas del Padre de la Patria nació, traicionera, la República antibolivariana de 1830, alimentada desde las alevosías de La Cosiata (…) Esa Cuarta República nació bajo el amparo del balazo de Berruecos” por el asesinato de Sucre. (Elías Pino Iturrieta. El divino Bolívar). Luego, en una ampliación del discurso, el chavismo traslada este período histórico hacia la época partidista (1958-1998), como parte de los conflictos internos de la izquierda venezolana (marxistas contra adecos socialdemócratas); pero la verdadera Quinta República nació en 1830, sin ningún tipo de subordinación a España ni Colombia.  

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