La historia del Instituto Venezolano de Neurología e Investigaciones Cerebrales (IVNIC) está ligada, sin lugar a dudas, con el difunto y afamado científico venezolano, Humberto Fernández Morán. El Presidente de entonces, Marcos Pérez Jiménez, en su discurso del 18 octubre de 1955 afirmaba que
«Los ideales cuentan unicamente en razón de la capacidad para realizarlos. Solo la finalidad del bien común puede lograr la implantación de principios perdurables»,
palabras que buscaban respaldo en sus obras y es el IVNIC una de las más trascendentales, junto con las vías de comunicación, vitales para el traslado y la conexión del país como un solo cuerpo.
Instituto Venezolano de Neurología e Investigaciones Cerebrales
Fue fundado el mes de abril de 1954 como el instituto autónomo de investigaciones más avanzado del país. Este instituto, adscrito al Ministerio de Sanidad y Asistencia Social, ubicado en «El Oro» en los «Altos de Pipe», a 1600 metros sobre el nivel del mar, con una temperatura promedio de 18° centígrados, tuvo entre sus funciones estudiar y desarrollar, en su radio de acción, las aplicaciones pacíficas de la energía atómica. Fue un centro dedicado a las investigaciones médicas fundamentales y para la preparación de personal científico venezolano.
Aprobado por el Ejecutivo Nacional, para entonces, Marcos Evangelista Pérez Jiménez, fue desginado el doctor Humberto Fernández Morán como su director. El instituto fue conectado a través de un ramal a la carretera Panamericana, lo que para la época haría que el trayecto en vehículo fuese de apenas unos 20 minutos. Dentro del proyecto inicial, el plan buscó abarcar quince unidades completas, para la investigación basica y aplicada en los campos de ultraestructura nerviosa y la neurofisiología; en el estudio de los virus neurotrópicos; en la biofísica, la bioquímica y las biomatemáticas; en la experimentación y aplicación de la neurofarmacología; en la investigación de la genética experimental y en las aplicaciones médicas de la física nuclear.
El 55 fue el año de su desarrollo
En 1955, apenas culminada la construcción y organización, se habilitó la Unidad Piloto que era el estudio de la estructura y funciones del sistema nervioso ya sea bajo condiciones normales o patológicas. Contó con los Departamentos de Ultraestructura Nerviosa, Electrofisiolofía, Virus Neurotrópicos, Resonancia Magnética Nuclear, Temperaturas Ultrabajas, Biomatemáticas, Bioquímica y Biofísica. Se construyeron 70 laboratorios cuyas instalaciones fueron hechas especialmente para las funciones que debía cumplir, así como se instalaron los equipos e instrumentos científicos más modernos, muchos por primera vez vistos en la América hispana.
Para su construcción se tomaron en cuenta las exigencias especiales que requerían las salas, con referencia de experiencias provenientes de instituciones similares en los Estados Unidos de América, Suecia, Inglaterra y Suiza. Las paredes fueron realizadas con tabiques móviles de aluminio; pisos internos de granito y vinil; los techos con rasos acústicos; muchos de los ambientes blindados contra campos eléctricos; se crearon en el suelo y entresuelo canales cerrados para la conducción de líneas eléctricas y telefónicas, y de tuberías para agua y drenaje, todo los cuales se unen con otros canales verticales por donde corren, libremente accesibles los ductos, tuberías y cables.
La unidad piloto ocupó aproximadamente 20 hectáreas, de las 1000 disponibles que tiene el instituto para su desarrollo integral. La idea fue crear una ciudadela científica e inicialmente estuvo compuesta por las construcciones de Laboratorios y Talleres Electromecánicos, en su edificio principal; la Biblioteca, con una sala de recibo y conferencias, además de un moderno restaurante; la planta eléctrica; el sótano de transformadores con una planta reguladora «Amplidyn» de 100 KW; varias casetas de transformadores; una laguna artificial de 6 millones de litros; diversos tanques, bombas, y plantas de bombeo con un pozo artesiano; la carpintería; la casa de animales y un incinerador para destruir cuerpos infectados en los experimentos; siete residencias para técnicos, científicos, personal directivo, estudiantes y obreros; una estación meteorológica; una caseta para la Guardia y la correspondiente alcabala. El instituto, como se verá, inició con un aprovisionamiento, tanto de agua como de corriente eléctrica, con una producción de 1000 kilovatios. Todo esto altamente estabilizado, bajo los requerimientos de los equipos que ahí se manejan.
Fueron colocados televisores internos para mejorar la comunicación y el trabajo dentro del instituto tanto a nivel educativo como para la observación a distancia en experimentos peligrosos. Además, se le colocaron líneas telefónicas internas, así como radiofonía a base de ondas ultracortas con conexión a las oficinas de Caracas.
Importancia del Instituto
Durante el año 1955, sirvió al país con el estudio de la aplicación de la vacuna antipoliomielítica Salk en un grupo de 1098 niños y ayudó a preparar a Venezuela para el convenio con los Estados Unidos de America sobre los usos pacíficos de la Energía Atómica.
Este gran proyecto fue capacitado para el diseño, fabricación y reparación de casi todos los instrumentos científicos y permitió la creación de elementos de trabajo como el ultramicrótomo «Fernández Morán» con cuchilla de diamante, homónimo de quien fuera su fundador y director, al ser su creador. El primer lugar que produjo el cuchillo de diamante para cortes de cienmillonésimas de milímetro y los dispositivos del Departamento de Electrofisiología a nivel mundial fue el IVNIC, utilizando diamantes venezolanos y métodos desarrollados en el Instituto.
El instituto formó parte de eventos internacionales como: II Congreso Sudamericano de Electroencefalografía y Neurología Clínica; VI Congreso Latinoamericano de Neurocirugía, Simposium de Tálamo; VI Congreso Latinoamericano de Química; Simposium de la UNESCO sobre Electromicroscopía; VI Congreso Internacional de Neurología; II Congreso Internacional de Neuropatología; VI Congreso Venezolano de Ciencias Médicas.
Gracias a su avanzada instalación permitió la formación de personal científico venezolano de diferentes Universidades de la República.
Fuente Archivo oficial del periodo del año 1952 al año 1955. Venezuela Bajo el Nuevo Ideal Nacional