Estructura política de la Capitanía General (1810)

Si quieres recibir nuestros artículos más recientes suscríbete aquí Para poder analizar un periodo histórico es necesario conocer el contexto en que se desarrolla en todas sus aristas. La estructura política de la Capitanía General de Venezuela en el año 1810 nos permite conocer cómo se desencadenaron los hechos que dieron pie al 19 de abril de 1810. El Capitán General  Es la cabeza de la Capitanía, aunque es muy diferente a los que muchos creen. Era quien dirigía las fuerzas militares compuestas por milicias y unas pequeñas tropas. No podía intevenir en la hacienda y estaba bajo el juicio de residencia. Real Audiencia De aquí salían la mayor parte de las decisiones de gobierno, la Real Audiencia cumplía las funciones del ejecutivo, por decirlo de una forma, presidía sin voto deliberativo ni consultivo. El Capitan General debía consultar a esta para los negocios importantes. De ella se aplicaban las leyes judiciales como tribunal de alzada y es la defensora de los derechos de los residentes, con la capacidad de apelar al Rey. El Intendente Es independiente del Capitán General y se encargaba de recaudar las rentas, nombrar a los empleados de ramo y decidir judicialmente. Gobernadores Gozaban de cierta autonomía con excepciones en asuntos militares y de hacienda. Son delegados de la Real Audiencia en las Provincias. Ayuntamientos Eran el centro de la vida pública en la Capitanía General. Se componen, principalmente, de criollos. Aquí es donde aparece el Cabildo, compuesto por regidores y alcaldes de elección. Estaban dedicados a las libertades municipales e integrados por el mantuanaje u oligarquía de la época. Solían defender los derechos de los terratenientes, motivo de su impopularidad entre las castas no criollas que tendían a favor del porder Real. Sobre los hechos posteriores al 19 de abril El Capitán General fue depuesto por ser un enviado del usurpador francés, lo que dio motivo a los criollos de levantarse en contra de él en favor de Fernando VII, a través de la creación de Juntas en defensa de su poder, imitando a la metrópolis y tratando de igualarse a ellas en poder, pero estando acéfalos y con el desprecio de la metropolis, inicia el proceso de la retroversión de la soberanía cayendo en poder de los criollos. La Corona había buscado, en letra muerta, equilibrar las leyes en favor de las demás castas y de los mismos españoles europeos, lo que no agradaba a los criollos, ignorando de facto cualquier intento de igualdad, y al darse la guerra, grandes cantidades de hombres fueron al bando realista por mirar con malos ojos a los patriotas, al ser sus dirigentes, en mayoría, de la casta criolla. Boves sacó provecho de esto para sumar tropas a sus filas. Sin embargo es importante aclarar que muchos de los patriotas, los más jóvenes, tenían su corazón en los ideales que se propagaban y que los grandes poseedores de tierras dieron todos sus recursos por vencer, lo que hace de aquella guerra una verdadera batalla por la soberanía, la libertad y contra la dominación española; no por la mera ambición de poseer como algunos, sobre todo los que se levantan a favor de la razón hispana, obvian en sus argumentos. Si quieres recibir nuestros artículos más recientes suscríbete aquí G.J.Jiménez Fuente Historia de la primera República de Venezuela, Caracciolo Parra Pérez.

19 de abril de 1810

Esta fecha es conocida por ser el paso que marcó nuestro camino hacia la independencia de España, aunque la conocida declaración de independencia tuvo un trasfondo de mayor profundidad en el que no todo es como se cuenta comúnmente. Antes de abordar esta fecha debemos entender la realidad histórica que se vivía; debemos trasladarnos a aquel antaño lugar y ver de cerca, en la antigua Caracas, quienes eran nuestros antepasados, como pensaban y que ocurría alrededor de esos años en toda España. Para aquel entonces no podías hablas de venezolanos como lo hacemos hoy en día, éramos una Capitanía General de España, y por lo tanto, todos los que nacían en ella eran españoles. Al entender esto es evidente que todo lo que ocurriese en la península tenía un efecto sobre la América española y es de ahí donde debemos partir para analizar esta fecha de forma puntual, iniciando en el año 1808 con la desintegración de la monarquía española. Crisis en España Producto de las abdicaciones reales españolas la monarquía se desintegró y las provincias, españolas y americanas, reaccionaron ante aquel suceso rechazando al invasor francés que tomaba el trono. Se crearon juntas de gobierno locales y en América, que no eran neófitos del todo de lo que ocurría, abogaron al derecho de retroversión de la soberanía que indicaba que al estar acéfalo el poder, este regresaba a su origen, los pueblos. Para enfrentar aquel desastre se creó la Junta Suprema Central y Gubernativa del Reino reconociendo los derechos de las provincias, pero esta junta fracasó y ante el avance de los franceses se creó el Consejo de Regencia a principios de 1810. El Consejo fue rechazado por la mayoría de las provincias americanas, estas crearon sus propias juntas en defensa de los derechos de Fernando VII y decidieron asumir el poder hasta el retorno del monarca. El Trasfondo de las juntas americanas Hubo un rechazo ante la propuesta de los cabildos de crear las juntas, inclusive cuando estas levantaban la bandera de la lealtad hacia Fernando VII. Se sospechaba que aquellas juntas tenían intenciones más radicales y autonomista, siendo aquel discurso de fidelidad una máscara para aprovechar el momento. La Junta Suprema Central dio los primeros pasos en 1809 cuando en un decreto, inicia un proceso de igualdad política entre los españoles peninsulares y los americanos, pero esto no hizo más que promover el fuego independentista, siendo la población española americana mayor a la peninsular era inaceptable para ellos que aun al proclamar una supuesta igualdad, era inferior la influencia política de los americanos ante los peninsulares; el distanciamiento entre España y América era inevitable. En un inicio los españoles americanos mostraron su lealtad al rey y a sus tradiciones, pero ya las ideas provenientes de la Revolución Francesa habían influenciado a muchos muchos americanos, lo que generaría un bando más radical que miraba hacia la separación absoluta de España. La homogeneidad inicial que hubo en las provincias americanas evidenció la fortaleza del imperio español, pero esto se fue perdiendo con el tiempo, entre los múltiples debates y la escasa autonomía de las provincias. Hacia el 19 de abril de 1810 A finales de febrero de 1810 llegó a la Guaira la goleta Rosa trayendo las noticias de los últimos sucesos en la península, lo que generó un rumor en la Capitanía. En la  Gaceta de Caracas se anunció la reunión de las Cortes Generales y extraordinarias del Reino donde se entregarían las instrucciones. Los primeros días de abril Emparan hacía un llamado de calma ante la intriga y las habladurías que se estaban dando: «Esperemos tranquilos ver la suerte que tiene destinada a nuestro amado Fernando, y a la Madre Patria, que no dudo será favorable, pues por lo que hemos experimentado vamos bien que obra la mano del Todo Poderoso”. Ya para el 14 de abril había llegado a Puerto Cabello el bergantín Palomo, con las noticias de la toma de Sevilla y del nuevo Consejo de Regencia que suplantaba a la disuelta junta. La tensión caraqueña era cada vez mayor y el 18 de abril, con la llegada de dos emisarios del Consejo de Regencia se terminó por impulsar una sesión extraordinaria para el día siguiente. Ante la presión de los criollos. Martín Tovar y Ponte y Nicolás Anzola,  pidieron a José de las Llamozas, vicepresidente del Cabildo, que organizara la sesión. El Consejo de Regencia representaba la desigualdad que venían rechazando los criollos y esto provocó la discordia que se venía a debatir, luego que habían aceptado la junta, no podían ahora aceptar al Consejo de Regencia como el depositario de la soberanía de Fernando VII. Las principales familias apoyaron la creación de la junta, entre ellos Martín Tovar, Anzola, Del Toro, López, Palacios, Mendez, entre otros; las oficialidad dio su apoyo y algunos representantes eclesiásticos como el Padre Madariaga y Francisco José Ribas, presbítero y hermano de nuestro Padre Fundador y tío del Libertador, José Félix Ribas. Emparan, el Capitán General, fue llamado a un Cabildo extraordinario el cual solo él podía convocar. La mayoría negaba la autoridad de la Regencia, ellos reconocían a Fernando VII pero no aceptaban que la soberanía cayera sobre el Consejo de Regencia, mientras estuviera acéfala la corona este debería volver a su lugar de origen. Es importante entender este apartado sobre aquel momento histórico; el poder, para entonces, lo tenía el pueblo y este lo entregaba al rey, quien era elegido por Dios para ejercerlo, al no haber rey, el poder debía volver a su origen: el pueblo. Emparan no aceptó aquello y decidió cortar el debate, era Semana Santa y debía volver a sus oficios. Emparan se dirigió a la Catedral seguido por una multitud enardecida que empezó a gritar: ¡A Cabildo! ¡A Cabildo! Francisco Salias, primera autoridad civil y militar detuvo a Emparan y le exigió volver al Cabildo. Los granaderos apretaron sus armas, pero Luis de Ponte les señaló mantenerse firmes. Aquel desacato ante Emparan demostraba que no reconocían su autoridad y que no podía ejercer más resistencia; decidió volver. Hombres