Guzmán Blanco y el Esequibo venezolano

Guzmán Blanco

«Los que me acusan de traición son los que se conforman con el cabo Nassau, y cuando más, el Pomarón… Patriotas los que ceden el territorio y traidor el que reivindica ese territorio» Guzmán Blanco. Cuando se revisa la historia que gira en torno a nuestro Esequibo, tenemos a un actor que dentro de una gran polémica tuvo cierto protagonismo que la críticos y enemigos transformaron en argumentos para el descrédito. Bajo la revisión hecha por Polanco Alcánta se encuentra que una parte de la labor de Guzmán Blanco sobre aquel territorio fue mantenido en silencio a pesar de la gran presión que sobre él caía. No todas las acciones de gobierno pueden ser divulgada como campaña política, ciertas estrategias deben quedar lejos de la opinión pública por temas de seguridad. Si las decisiones tomadas fueron correctas o erradas, queda de quienes estudien el caso sacar las conclusiones. Revisemos entonces como fue aquella labor del Ilustre Americano, para entonces. Detrás del telón del Libertador El Ministro Plenipotenciario, designado el 16 de mayo de 1884, por el Presidente Joaquín Crespo y por el Consejo Federal, Guzmán Blanco, junto a su familia, habían abordado el vapor «Caracas», el lunes 2 de junio de aquel año, teniendo como destino final Europa, pero pasarían primero por la ciudad de New York. Esta parada muchos la nombran por ser cuando Guzmán Blanco inauguró la estatua de bronce del Libertador en New York. La belleza de Ana Teresa y Tasia no pasaron por alto ante los ojos de los periodistas, así como la abundante barba y el dominio del inglés del diplomático venezolano. Lo que no se decía era que su misión allá trascendía a la simple inauguración y presencia en actos diplomáticos rutinarios, pero esa labor fue de tal confidencialidad que no se encuentra registrada en los archivos del Ministerio de Relaciones Exteriores de Venezuela aunque se cree que si era de conocimiento tanto del Presidente como del ministro de relaciones exteriores. Uno de los primeros indicios que tenemos es que el gobierno venezolano informó que el General Guzmán Blanco, ex presidente de Venezuela iría a las Estados Unidos con carácter estrictamente privado. Para entonces, gobernaba el presidente Chester Arthur y el Secretario de Estado era Fred J. Frelinghuysen quien lidiaba con el gobierno Británico quien, según relata Polanco, buscaba disponer del mercado de los Estados Unidos de América para colocar sus productos en sus colonias del Caribe. Al llegar el ministro de Venezuela en los Estados Unidos, Antonio Soteldo, según información encontrada en los Archivos Nacionales de los Estados Unidos, en el Departamento de Estado, pidió audiencia para Guzmán Blanco con el presidente Arthur para tratar la controversia de Venezuela con Inglaterra y solicitar mediación de los Estados Unidos.  No hay referencia de que el presidente lo haya recibido pero si el secretario de Estado. Ya en 1880 había niniciado Guzmán los contactos con los Estados Unidos informando a través del ministro venezolano, Simón Camacho, sobre las acciones inglesas para controlar las bocas del Orinoco. Guzmán que venía trabajando el tema, conocía la política inglesa y entendía que Venezuela no estaba en la capacidad de usar la fuerza contra el Imperio Británico, pensó en aprovechar la situación de entonces para sacar ventaja consiguiendo de aliado a los Estados Unidos de América. No solo se trató la controversia territorial con Gran Bretaña, también con Francia, así como ciertas denuncias de norteamericanos, sobre la cual, Guzmán logró el apoyo y avances en el caso francés, aunque el tema con Inglaterra era más complejo. Aparentemente el Ilustre Americano ofrecía, tentativamente, un Tratado de Amistad  con los Estados Unidos que permitiera la libre navegación de estos por el Orinoco venezolano. Esto podría verse como la génesis del famoso fraude que favoreció a Gran Bretaña y que tanto el Ministro Fortique como el mismo Guzmán más tarde vieron como un peligro: Venezuela estaba en desventaja ante cualquier arbitraje por no existir un escenario realmente imparcial que permitiera dar lo justo respetando lo que antaño fue de España y que por naturaleza corresponde a Venezuela. Lo dijo Fortique y lo reafirmó Guzmán Guzmán lleva anotado todo en un cuaderno de forma minuciosa y no para de ir de un lado a otro. Este dinamismo diplomático recuerda al Ministro Fortique, quien fuera posiblemente el mejor diplomático que ha tenido la República. Así como Fortique tuvo que enfrentar con pocos recursos y apoyo, las labores para el reconocimiento de Venezuela en el viejo mundo, como república; tuvo que lidiar con el tema Esequibano y conseguir que Inglaterra aceptara comerciar con Venezuela; Guzmán Blanco estaba, sin tratar de exaltarlo, sin los recursos necesarios ni mayor apoyo que un asesor para la larga labor que era tratar las diferencias con Francia y, especialmente, Inglaterra. Dependía de sus capacidades, quedando casi, su labor, de forma personal. Inglaterra vivía un momento difícil con los desaciertos de Gladstone y la entrada de Lord Salisbury, aun mantenía una postura común frente a los reclamos fronterizos y los arbitrajes, la cual era negarse y llegar a un acuerdo entre los gobiernos. Guzmán, por otra parte se apoyaba en las labores de Fortique, defendiendo la constitución de la Federación. En la carta que escribe de parte de la Legación de Venezuela en Londres, el 30 de diciembre de 1884, desde la 194, Queen’s Gate, Guzmán se apoya en el artículo 3° de la constitución de la Federación que establece la delimitación geográfica de Venezuela, que corresponde a la misma de la Capitanía General de Venezuela, adoptada en 1810; y al artículo 4° donde indica que los Estados se obligan a no enagenar a Potencia extranjera parte alguna de su territorio. En dicha carta explica que es imposible para Venezuela tratar el tema fronterizo sin un arbitramiento o un tribunal porque cualquier acción diferente a ellas sería considerado anticonstitucional, ergo, ningún representante podía negociar el territorio con ninguna potencia extranjera. En ese punto Guzmán se encuentra en un intercambio de comunicados donde Inglaterra solo está dispuesta a tratar el problema adoptando