Pasaporte de Francisco de Miranda, 1787
El 10 de agosto de 1785, Sebastián Francisco de Miranda Rodríguez parte de Londres con su amigo el coronel inglés Smith, para asistir a las famosas manobras militares del ejército de Prusia al mando del rey Federico II, ya para esta fecha es considerado peligroso por las autoridades de la corona española a la cabeza del conde de Floridablanca, que urden un plan para apresarlo en Francia. Sin saber nada de la emboscada española en la ciudad de Calais en Francia, decide viajar a Prusia a través de Holanda –República de los Siete Países Bajos Unidos, para la época- llegando al puerto neerlandés de Hellevoetsluis, quizá por un azar de la providencia o simplemente porque esa ruta resultaba un tanto más corta y menos agotadora para el viaje. Si quieres recibir nuestros artículos más recientes suscríbete aquí Llegada a Prusia Pocos días después de llegar a Europa continental y de haber desembarcado en el puerto de Hellevoetsluis, tanto Miranda como su amigo el coronel Smith recorren aproximadamente unos 650 kilómetros hasta Prusia, donde son recibidos por el Príncipe Ferdinand de Brunswick y el rey Federico II. En la ciudad de Potsdam a las afueras de Berlín, Lafayette les ofrece recibirlos en París luego del periplo que tienen programado; sin embargo Miranda desconfía de Lafayette pues considera que es un agente al servicio de la corona de España. Periplo hasta Dinamarca En su camino hacia la ciudad de Viena, Miranda y el coronel Smith contemplan varios campos de batalla que fueron el escenario de glorias militares pasadas en el centro de Europa. Al arribar a la ciudad de Viena -capital del Imperio para aquel momento-, deciden visitar la biblioteca imperial, donde se percatan de un uniforme que perteneció al conquistador español Hernán Cortez, obsequio para el emperador Carlos V. Luego al acudir a un teatro en Viena, quedan admirados por la discreción y sencillez del emperador José II. Posteriormente Miranda se dirige en solitario hacia Hungría donde reside por 3 días en el palacio Eszterháza del Príncipe Miklós Esterházy, donde el compositor Joseph Haydn le sirve de anfitrión. Entre noviembre de 1785 y marzo de 1786, recorre varias partes de Italia, haciendo anotaciones de los lugares que visita, tomando lecciones de italiano al mismo tiempo que resaltaba en sus anotaciones el patrimonio artístico, así como la suciedad de las ciudades y la poca honestidad de sus ciudadanos. Su próximo destino será Grecia, a la que llega luego de haber cruzado el Mar Adriático hasta llegar a la ciudad de Dubrovnik para continuar navegando a lo largo de la costa de Dalmacia hasta arribar a una Grecia bajo dominación turca que le impresiona por la amplia afición de sus habitantes hacia la música, observa por primera vez lugares y monumentos que sólo ha imaginado en sus lecturas de la antigüedad, traduce del griego y del latín numerosas inscripciones de los monumentos que contempla. Miranda pasa de Grecia a Turquía donde visita la ciudad de Esmirna y luego pasa a Estambúl, ciudad que lo deja impresionado al escribir: «No se puede [..] dar una cabal idea del grupo bello y grandiosísimo que desde el mar presenta la ciudad de Constantinopla» En Turquía las autoridades asumen que Miranda es un noble al leer incorrectamente su pasaporte, de allí en adelante será llamado «Sr Conde», lo que le servirá para despistar a los agentes de la corona española que buscan dar con su paradero. Entre octubre de 1786 y septiembre de 1787 se encuentra Miranda en territorio ruso y en la Mancomunidad de Polonia-Lituania invitado por el rey Estanislao II Augusto Poniatowski, último rey de Polonia como Estado-nación independiente; una de las ciudades de importancia a la que arriba Miranda durante este período es Jersón en la actual Ucrania, luego encontramos a Miranda siendo presentado ante el influyente y muy poderoso príncipe ruso Grigori Potemkin, amante de la zarina Catalina II de la cual recibe Miranda protección diplomática, el derecho a portar el uniforme de coronel ruso y 10.000 rublos. Miranda se embarca en el puerto ruso de Kronstadt con destino a Suecia el 7 de septiembre de 1787, ya en Suecia presenta sus credenciales ante Andrei Razumovski diplomático ruso en Suecia, quien le recomienda asumir un bajo perfil y mucha cautela ante la presencia de posibles espías españoles. En Suecia Miranda visita minas de cobre, industrias, y la biblioteca real donde conoce al rey Gustavo III, quien sospecha que Miranda pueda ser un espía ruso. La mayor parte del mes de noviembre de 1787 se encontraba Miranda en la ciudad de Cristianía -actual ciudad de Oslo capital de Noruega-, visitando los típicos lugares de su interés: bibliotecas, zonas militares, minas, puertos y bosques. Miranda estaba impresionado con este país escandinavo llegando a escribir: «Es algo digno de admiración, ver el grado de civilización, de instrucción y elegancia como estas personas viven aquí… es el resultado del comercio y la comunicación que poseen con Inglaterra y Holanda» El 12 de noviembre de 1787, el gobernador de la ciudad de Cristianía –actual ciudad noruega de Oslo-, le otorga a Miranda un pasaporte para pasar a Dinamarca por tierra a través de Suecia, en aquella época tanto Noruega como Dinamarca formaban parte del mismo Estado con el nombre de Reino de Dinamarca y Noruega (Kongeriget Danmark og Norge). El pasaporte indicaba lo siguiente en danés: Hans Kongelige Maiestets til Danmark og norge Geheimeraad samt stiftbefalingsmand og amtmand over aggershuus und Ridder Giör vitterligt: at naervaer ende Herr oberste de Miranda kommen agter nu at foretage en reife (ikke nogen smitsom Sygdom for naervaerende Tiid grafferer) og har til den ende forlanget Pafs af mig til denne Reife Hvorfor min tienslige Begiaering er til alle forekommende óvrigheder og andre, at de ei aleene ville lade bemeldte Herr oberste de Miranda frit og ubehindret forrsaette dene reife, men endog i paakommen Tifaelde vaere dertil behielpelig. Til Bekraestelse under mit Seigl og min haand Christiania 12 de noviembre 1787. Traducción Jörgen Erich Scheel (En nombre de) Su Real
La Casa de Miranda en Londres
Casa donde habitó el Generalísimo Francisco de Miranda, su esposa Sara Andrew y sus hijos, Leandro y Francisco. Refugio de héroes hispanoamericanos.
La última proclama del Generalísimo
Miranda escribiría su última proclama, dirigida al más alto tribunal de la restablecida Capitanía General de Venezuela: el Memorial a la Real Audiencia de Caracas (1813).