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¿Cómo Guzmán Blanco venció al Centauro?

El Tratado de Coche, fue la reunión en la cual, se puso fin a la Guerra Federal, con el triunfo de Falcón sobre José Antonio Páez. En esta victoria, tuvo gran influencia Guzmán Blanco, que gracias a lo aprendido durante la guerra, logró entender las fallas del Centauro y como poner el escenario a su favor.  Si quieres recibir nuestros artículos más recientes suscríbete aquí El plan para vencer a Páez Guzmán Blanco, quien era un hombre instruido, se dedicó a analizar al líder de los Conservadores, y primera lanza venezolana, José Antonio Páez. En aquella tarea entendió que Páez estaba sosteniendo la guerra con base a su personalidad y que este, al pensar de esa forma, atacaría directamente al líder de los federales, Juan Crisótomo Falcón. De esa forma, Páez usó a todos sus ejércitos para acabar con aquella guerra pero según Blanco, se encontró con un escenario diferente: «El Gral Falcón sabe que la Revolución no es él, sino la Federación, ni de él sino del pueblo… seis batallas han sido necesarias y las hemos dado y hemos triunfado…» La debilidad que aún tenían los liberales era la marítima. Esto les restaba velocidad de respuesta frente a los conservadores. Por ello, todo giró en buscar privarlos del «dominio del mar». De ahí Guzmán trazó el siguiente plan: Cercar Caracas, ostigando desde Villa de Cura, Turmero, Cagua y Maracay y luego completar y cerrar su línea entrando por Barlovento y los Valles del Tuy hacia Petare. Reunieron municiones y ganado e hicieron funcionar los ataques para cofundir al enemigo para que este no supiera cuál era el ataque principal.  Hacia el tratado Al verse imposibilitado de ganar la guerra, Páez se convenció de que había que buscar la paz. Todo terminaría con el Tratado de Coche, Paéz entregaría el poder a la Asamblea, esta a Falcón y Guzmán Blanco quedaría como Vice-Presidente. Si quieres recibir nuestros artículos más recientes suscríbete aquí Fuente Alcántara Polanco.  Biografía de Guzmán Blanco. G.J.Jiménez

8 Datos sobre el Centauro José Antonio Páez

Si quieres recibir nuestros artículos más recientes suscríbete aquí De Páez conocemos su valentía y virtud para la guerra, pero poco se habla de su vida al culminar la guerra emancipadora. El Centauro fundó nuestra República y se transformó en el primer presidente posterior a Colombia, la grande. Por ser un hombre de guerra tuvo que controlar ese ímpetu que lo caracterizaba, para transformarse en un hombre de Estado, entendiendo que su lanza no podría controlar y dirigir en tiempos de paz. Todo lo que resolvía con su fuerza, ahora lo tenía que hacer con prudencia, bajo el respeto a las leyes y las opiniones de quienes lo rodean. A diferencia de muchos de los gobernantes futuros, quienes se hubiesen ofendido por tener que ubicarse en sumisión ante la ley, Páez, sin orgullo, aceptó su designio en gran parte de su tiempo en el poder. A continuación 8 datos que quizás no conocían del León de Payara. Tuvo que soportar los ataques de la prensa, siendo él y Soublette llamados ladrones y viejos. En respuesta la Gaceta oficial responde que  «hasta los excesos de la prensa deben ser acatados, porque ella es de ordinario el órgano genuino de la opinión». En una oportunidad se molestó con los regidores del Cabildo de Puerto Cabello y les ofreció patadas, usando expresiones indecorosas que los agraviados citaron textualmente en juicio público. En vez de apelar a su orgullo, el señor de los llanos se retracto, también en público. Una ocasión se presentó en uniforme militar a una reunión de ganaderos y uno de los participantes le advirtió que «no se iba a pelear» ni se trataba de una ceremonia oficial, que hubiera podido ir con otro traje. Páez aceptó la observación. A Santos Michelena, su ministro de Hacienda, le pidió un adelanto sobre su sueldo de Presidente, pero este le contestó que debía esperar algunos días para facilitarle ese dinero porque del Tesoro Público no estaba autorizado a prestarlo, cosa que aceptó. Estando prohibido los juegos de azar, el León de Payara no podía evitar participar en ellos. Un día se organizó una «coleada de novillos» y el Catire pensaba participar. Sin embargo no se había otorgado el permiso de la Municipalidad y llegado el momento los Alcaldes prohibieron el festejo. Páez se sometió. Cagigal, quien ejercía de profesor en la Academia de matemáticas, escribió un artículo para la prensa que molestó a Páez. Al tener la Academia carácter militar, y Cagigal era Comandante, el Centauro decidió destituirlo de su cátedra. Las autoridades universitarias abogaron por Cagigal, diciendo que un cargo provisto por el Congreso no podía ser sustituido por disposición del Presidente. Páez acató la argumentación y en la Gaceta salió anunciada la anulación de la destitución. Sobre Cagigal demostró que no era de guardar rencores por nimiedades y cuando este enfermó Páez lo nombró en un cargo diplomático en Europa para que intentara recuperarse. El escritor francés Martín Maillefer, vino a Venezuela en 1825 y de sus escritos dejó para el recuerdo un retrato de la realidad de entonces y de lo que representaba Páez: «Nube de salvajes llaneros, especie de centauros, nacidos del limo del Orinoco, para quienes una ciudad es cosa nueva y que miran con desprecio ese pueblo bípedo de artesanos y mercachifles… A la cabeza de su Estado Mayor, se dirigió Páez a la Catedral. Era otro hombre: las botas de montar, el uniforme soberbio, resplandeciente de condecoraciones, el penacho ondeante sobre su sombrero galoneado, le daban el aspecto de un Mariscal de Francia. Marchaba gallardamente diez pasos delante de su comitiva. Nunca he visto figura militar más hermosa». Si quieres recibir nuestros artículos más recientes suscríbete aquí