Ana de Ayala, conquistadora del Amazona
Poco se dice de la esposa de Francisco de Orellan Ana de Ayala, conquistadora del Amazona, una de las primeras mujeres españolas, en conocer aquel territorio.
Poco se dice de la esposa de Francisco de Orellan Ana de Ayala, conquistadora del Amazona, una de las primeras mujeres españolas, en conocer aquel territorio.
La historia venezolana está cubierta por héroes y hombres que parecen haber salido de leyendas. Rafael Nogales Méndez, es sin duda, uno de esos personajes que logró dejar una huella en la historia universal tanto con sus acciones en múltiples guerras alrededor del mundo, como con la pluma. De la cuna a la aventura Rafael Ramón Intxauspe Méndez nació en San Cristobal, Táchira, en los andes venezolanos, el 14 de octubre de 1879; bautizado en la iglesia Parroquial San Sebastián, su padre fue Pedro Felipe, dueño de las minas de Cobre de Seboruco, los cultivos de café en El Abejal y uno de los grandes accionistas del Gran Ferrocarril del Táchira. Su apellido Intxauspe, de origen Vasco se castellanizó a Nogales. Fue biznieto materno del coronel Luis de Intxauspe, prócer venezolano y descendiente del capitán español Diego de Méndez. A los 7 años, ya se educaba en el viejo mundo, entre Alemania, Bélgica y España. También creció con llaneros, donde aprendió a cabalgar y a enlazar toros. A 18 años de edad ya era subteniente en el Ejército Español, lo que lo llevó en 1898 a participar en la guerra hispano-estadounidense, donde tuvo su bautizo de fuego, bajo la escuela del General Weyler. Cursó literatura y a su vez, logró ser oficial de Estado Mayor. Hablaba casi como nativo el inglés, y fluido el francés, turco y alemán; también el italiano. Ingresó a su país durante el gobierno de Cipriano pero su paso fue corto, ya que una crítica y su oposición al Presidente le costó una orden de arresto. Al no tolerar al cabito, y volvió a viajar. Intentó derrocar a Cipriano sobre la Goleta Libertad, pero fue derrotado, herido y contrajo malaria, lo que lo hizo viajar a México, protegido por Porfirio Díaz. Fue oficial de inteligencia en China y trabajó como doble agente en la guerra ruso-japonesa. Peleó en Alaska, África, atravesó los Alpes y vivió en Afghanistan. Estuvo como cowboy en Arizona y minero en Nevada, y fue herido en Puerto Arturo. De regreso a la patria Recorría la frontera mexicana bajo el mando del Gral. Ricardo Flores Mogan, cuando se enteró de la salida del poder de Cipriano. Volvió a su tierra natal, pero al ver el gobierno de Gómez, rápidamente pasó a conspirar contra él. En principio, fue gobernador de Apure y se alzó contra Gómez, pero no logró sostener su levantamiento. Sin embargo, según sus propias letras, Nogales Méndez desistió de conspirar contra el benemérito: «Haber seguido hostilizando al Gobierno del Presidente Gómez en tales circunstancias (inicio de la Gran Guerra), hubiera sido hasta antipatriótico de mi parte» Bajo este pensamiento, partió a Bélgica para intentar participar en la primera guerra mundial. Bajo la media luna «En estos días tuvimos el gusto de saludar al intrépido y pundoroso General, Rafael Nogales Méndez, venezolano, quien, procede de Constatinopla, ha venido a pasar una breve temporada en la Metrópoli germánica» Nogales Méndez ingresó a los Ejércitos centrales con el rango de comandante deEstado mayor, y mantuvo su nacionalidad venezolana. Combatió contra los rusos en el caucaso y en el norte de Persia; sofocó la Revolución armenia como director del sitio de Van, desde marzo a abril de 1915. Bajo el mando de von der Goltz Pachá, estuvo en guerra en Mesopotamia, como miembro del Estado Mayor. En Egipto, fue gobernador militar de parte de la costa de Palestina. Participó en la primera y segunda batalla de Gaza, como Jefe de Plana Mayor de la III División de Caballería Imperial, donde fue herido. En mayo de 1917, condujo una expedición independiente detrás del frente enemigo, prediendo fuego a El-Hafir, e hizo volar por los aires al ferrocarril militar inglés en El-Arrish. Fue el último oficial turco que mantuvo la autoridad del Sultán en Egipto. Redujo a cenizas las 2/3 partes de la capital de Armenia. La pluma y la muerte Luego de la Gran Guerra, viaja a centroamérica y conoce a Sandino. luego viaja New York y vuelve a Europa, siendo en Londrés donde dicta conferencias sobre su vida militar. Escribió varios libros, y sus memorias son reconocidas fuentes sobre el exterminio armenio. En sus últimos tiempos, fue nombrado comisionado en Panamá, para estudiar al ejército de dicho país. Muere de parálisis Bulbar y es enviado al Puerto de La Guaira donde estuvo abandonado largo tiempo. Sus restos reposan en el Panteón de los Suboficiales en el Cementerio General del Sur en Caracas. El profesor Mehmet NecatiKutlu, de la Universidad de Ankara, escribió una tesis con el título Nogales Méndez, un caballero andante en Turquía.
«Lo que la gente llamaba «historia» se limitaba a historia política, historia militar, historia del arte tal vez. Pero historia de la vida cotidiana, prácticamente nada; e historia de la alimentación menos todavía». La gastronomía tiene un lazo estrecho con el folclore y la historia de una nación. Es una característica única de cada cultura, la forma, el cómo y lo que comen, sus platos típicos, en una relación directa con los personajes y los hechos históricos. Por ello, es necesario conocer a José Rafael Lovera, un historiador y especialista en gastronomía que ha dejado obra tangible de su aprendizaje a través del tiempo. Una infancia en el fogón «Era la que cocinaba en casa de mis padres, a quien le dediqué mi primer libro que fue ‘Historia de la Alimentación en Venezuela». ¿De dónde viene el hombre? Ese lugar no es tan solo una ubicación geográfica, también habla de quienes lo rodean, padres, hijos y pareja. José Rafael nació en Caracas, en la parroquia «La candelaria», el 12 de febrero de 1939. Sus padres fueron el Sr. Lovera y la Sra. Perla González León matrimonio que tuvo otros cuatro hijos (Antonio José, Vicente Ignacio, Carmen Margarita y María Isabel). Según el propio José Rafael, su familia proviene de Antonio José Zamora, hermano del Gral. Ezequiel Zamora. Se casó con Maritza Montero, con quien tuvo dos hijas, a las que llamaron María Alexandra y María Gabriela. Fue en su hogar donde nació su interés por lo culinario, gracias a una señora, que cocinaba en la casa de sus padres, llamada Paula Tovar y Tovar. Con ella se introdujo en los cuentos de Tío Tigre y Tío Conejo, cuentos de aparecidos y otras historias venezolanas. Sus primeros estudios los realizó en la antigua sede del Colegio San Ignacio, ubicado entonces, en la esquina de Jesuitas. Ya en la universidad, estudió derecho en la Universidad Central de Venezuela, egresando como abogado en el año 1961. Aquí el camino apenas empezaba a mostrarse. La historia y la gastronomía «Empecé a trabajar en eso como quien empieza a cocinar, buscando un plato que pudiera ser distribuido y eso fue ‘Historia de la Alimentación en Venezuela». Su interés por la historia lo llevó a comprar el libro «Historia Universal» de Cesaré Cantú. Al final de cada época, este libro tenía unos anexos, en los que dio con que algunos tenían información sobre la gastronomía, cosa que le pareció interesante. Decide estudiar historia y ahí conoce el historiador Carrera Damas, quien era el director de la escuela. Este se transformó en el medio que lo llevaría a conectar con otros historiadores alrededor del mundo. Este nuevo camino lo llevo a escribir el libro «Historia de la alimentación en Venezuela». Esta investigación, dice que llegó a tener más de 4.000 fichas de datos. El liro fue un éxito, ganador del Premio Municipal de Literatura, Mención Historia. Lovera intentó que en la UCV se creará la catedra de Historia de la Alimentación en la Escuela de Historia, pero tuvo cierta resistencia. Su obra no se detuvo, y fue llevada a la academia de la historia, gracias a la invitación que recibió para presentar su investigación que denominó «La política del convite» y recibir su nombramiento como individuo de número en la academia. Su presentación habló sobre Manuel de Guevara Vasconcelos y una estrategia que utilizó el Capitan General para mantener en paz a los mantuanos, convidándolos de vino y comida. El centro de estudios gastronómicos y otros logros «Tenemos ciento y pico de recetarios; el más antiguo es de 1838 de los manuscritos… y de varias regiones en el país. Para hacer un estudio de lo realmente comido, ahí está» Junto con amistades, Lovera fundó el Centro de estudios gastronómicos (CEGA9, en el cual dio vida a una de las bibliotecas gastronómicas más abundante. Entre sus obras se encuentran Historia de la Alimentación en Venezuela (1988), Gastronáutica (1989), Gastronomía caribeña (1991), Manuel de Guevara Vasconcelos o La política del convite (1998), El cacao en Venezuela, una historia(2000), Food Culture in South America (2005) y El retablo gastronómico(2009). Es miembro de la Academia Francaise du Chocolat e de la Confiserie, Invididuo de número de la Academia Nacional de la Historia y miembro correspondiente de la Real Academia de la Historia de España. Fuente Caracas Chronicles Voz de los creadores
Si quieres recibir nuestros artículos más recientes suscríbete aquí Para el año 1870, la realidad venezolana era bastante crítica en lo que se refería a la educación. Las guerras por el poder habían ocupado la mayor parte de las acciones políticas, dejando de lado el desarrollo nacional. En aquellos días, Guzmán Blanco promueve el decreto 1723 sobre la «Instrucción primaria pública, gratuita y obligatoria». Este decreto se vio rodeado de una serie de dificultades como la infraestructura inadecuada e insuficiente, pocos profesores, problemas económicos y la resistencia política y religiosa. Antecedentes Desde los inicios de la República de Venezuela se contempló la educación como un factor de gran importancia. En la constitución de 1811, en el capítulo IX, artículo 200, se habla de la responsabilidad de las provincias sobre el proceso educativo de sus ciudadanos y se promueve a la construcción de escuelas, colegios y academias con el fin de que los ciudadanos aprendieran sobre religión, moral, política, artes y ciencias. Aquel que alguna vez fue el guía académico y doctrinal del Libertador, Simón Rodríguez, planteó una serie de elementos sobre la educación que se mantuvieron en la conciencia de muchos de los venezolanos que ejercieron los altos cargos, contando entre ellos los guzmancistas. Para él, el Estado debía ser el administrador de las políticas de la educación y esta debía llegar a la mayoría de la población. El Libertador se influenció en Rodríguez y se expresó sobre ello en el Congreso de Angostura en el año 1819: «La educación ciudadana debe ser el cuidado primogénito del amor paternal del Congreso. Moral y luces son los polos de una república; moral y luces son nuestras primeras necesidades» Mientras que sobre la función del Estado dijo: «El gobierno forma la moral de los pueblos, los encamina a la grandeza, a la prosperidad, al poder. Porque teniendo a su cargo los elementos de la sociedad, establece la educación pública y la dirige» Igual que en un decreto en Bolivia afirma que: «El primer deber del gobierno es dar educación al pueblo, uniforme y general y administrada en establecimientos organizados de acuerdo a la ley porque la salud de la República depende de la moral que por la educación adquieren los ciudadanos en su infancia» José María Vargas, luego de renunciar a la presidencia, bajo el mandato de Soublete, intenta proyectar la educación, defendiendo que la República debe tener «…una escuela elemental, básica gratuita y obligatoria”. El informe que Vargas da sobre el estado de la educación para entonces mostraba un panorama muy deprimente, porque de las 537 parroquias existentes, 416 no tenían infraestructura alguna para dar la instrucción primaria y las restantes no estaban adecuadas para ello. Para 1843, según Bonilla, solo «existían en el país 377 planteles con 11.929 inscritos… uno de cada 114 niños recibía educación». Sin embargo, con Juan Crisóstomo Falcón se empiezan a dar avances, ya con un decreto que dice: «La libertad de enseñanza será protegida en toda su extensión. El poder público queda obligado a estar gratuitamente en la educación primaria de artes y oficios». Juan Bautista Dalla-Costa, hijo, antes que Guzmán Blanco, realizó una circular en donde en el Estado de Guayana se obligaba a dar educación gratuita y obligatoria a todos sus ciudadanos. El decreto de Guzmán Blanco «La instrucción pública en Venezuela es de dos especies: obligatoria o necesaria, y libre o voluntaria». Martín Sanabria fue el autor y ejecutor del decreto, anunciado el 27 de junio de 1870, sobre enseñanza primaria pública, obligatoria y gratuita. Sanabria mantuvo amistad y correspondencia, al igual que Aníbal Dominicci, con Guzmán Blanco, incluso en sus últimos años, por lo que era alguien cercano a él y formó parte de ese círculo que buscó la transformación de la República. Dicho decreto incluía a toda la sociedad venezolana, sin ningún tipo de discriminación social, racial o de género: «La instrucción obligatoria es aquella que la ley exige a todos los venezolanos de ambos sexos, y los poderes públicos están en el deber de dar gratuita y preferentemente. Comprende por ahora los principios generales de moral, la lectura y la escritura del idioma patrio, la aritmética práctica, el sistema métrico y el Compendio de la Constitución federal» Este decreto iba dirigido a la educación primaria, que era la que había sido más ignorada durante los gobiernos anteriores expresando que: «La instrucción obligatoria hace parte de la primaria». La educación, que en el Gobierno Federal, correspondía a cada provincia su dirección, pasó a ser responsabilidad del gobierno central, ya que cada una de ellas no podía costearla. Para Martín Sanabria, autor del decreto, la familia formaba una parte fundamental en la educación y la incluye dentro del sistema que se estaba formando, creando el deber de formar cada hijo: «Todo padre, madre, tutor o persona a cuyo cargo esté un niño o niña mayor de siete años y menor de edad, está obligado a enseñarle los conocimientos necesarios o pagar un maestro que les enseñe, y en caso de no poder hacer ni una ni otra cosa, deberá mandarlo a la escuela pública del lugar» También se toma en cuenta a los adultos en la instrucción primaria, ya que había una alta tasa de población analfabeta, ergo, esta indica que «Las escuelas primarias de adultos pueden ser dominicales y nocturnas». Se busca estimular a los profesores con beneficios, haciendo atractiva a la profesión. Para ello se ofrecieron ingresos extraordinarios a aquellos profesores que enseñaran al mayor número de alumnos al año y se les otorgaría una pensión a aquellos que «enseñen por quince años consecutivos las primeras letras en las escuelas de la Nación» y tendrían «una pensión igual al sueldo que disfrutaba y que se pagará de las rentas de instrucción primaria». Por la débil situación económica, se establece una estrategia para poder financiar el nuevo sistema educativo, siendo este «un impuesto nacional sobre la circulación de los valores en la forma que se expresará; y su producto íntegro se destina a la fundación y sostenimiento de escuelas primarias». En lo administrativo se creó una Dirección Nacional de Instrucción Primaria con juntas
Si quieres recibir nuestros artículos más recientes suscríbete aquí El escenario político nacional ha vivido una gran cantidad de separaciones entre amistades y familiares, rupturas que han creado polémicas e interpretaciones dando fuerza a los llamados chismes o historias locales sobre la razón de los hechos. Entre ellos destaca la ruptura entre los compadres, Cipriano Castro y su segundo, Juan Vicente Gómez, a quien se le ha acusado de traición pero muy poco se conoce sobre las razones por las cuáles, ellos se vieron enfrentados, luego de una larga amistad. De Caracas a Encontrados La llegada de Cipriano a Caracas inició una nueva etapa conocida como la “Hegemonía Andina”. Gómez fue nombrado por su compadre como Gobernador de Caracas, pero quedaba un Estado sin controlar y paradójicamente se trataba del Táchira, lugar de origen de ambos. Ante esa situación, Cipriano considera que el hombre indicado para aquella tarea era Juan Vicente. Caracas era ajena para el ganadero andino, mientras que en el Táchira otra era la historia. Juan Vicente viajó por mar, para llegar a Maracaibo y luego desde la “tierra del sol amada” volvería a navegar para llegar a Encontrados, donde se dirigirá hacia Táriba. Era su primer viaje por barco, medio por el cual se logró trasladar a las tropas desde Caracas hasta el Táchira con el menor desgaste posible para la época. Al entrar al Táchira, los caudillos que controlaban la región, el general Juan Pablo Peñaloza y Joaquín Corona, huyeron sin hacer resistencia. La recepción de Gómez fue de bienvenida, pero aquel hecho marcaría el tránsito hacia el primer desencuentro con su compadre, Cipriano Castro. Liderazgo y Paranoia «Me propongo a desarrollar una política amplia y de garantía para todos» Juan Vicente Gómez Uno de los errores que se puede considerar que cometió Gómez, fue llevar a su lado como Secretario al Dr. Samuel Niño, un hombre dado a las intrigas triviales. Este no tenía buena estrella entre los seguidores de Cipriano. Gómez, al llegar, se encontró con un Estado caótico, y tuvo que poner control sobre la situación de forma rápida. Aunque Corona había dejado a los presos sueltos, al poco tiempo, las tropas de Juan Vicente ya se habían hecho cargo. El cultivo del café y la ganadería se vieron fortalecidos con la presencia del nuevo gobernador. El éxito de su gobierno se transformó en prestigio y Cipriano no tardó en enterarse. El primer inconveniente se da, cuando Celestino Castro, hermano de Cipriano Castro, se opone a la presencia del Dr. Niño como Secretario de Gómez, pero esto solo formó una parte de las intrigas que afectaron la situación. Los más cercanos a Castro se dedicaron a conspirar. El presidente, ante la información que recibía, preguntó en una carta a Gómez si estaba dispuesto a volver, donde la respuesta, terminó de desatar los miedos que tenía: «No tengo inconveniente alguno en acompañarlo y velar por su existencia, pero de todos los mozos que nos acompañaron a Caracas y de todo lo que sirve, pues el Estado solo confía en mi y a mi solo obedecen… Hoy en el Táchira ya no se sabe lo que es un muerto a bala o machete ni a nadie se veja o estropea como venía siendo la costumbre… » Juan Vicente Gómez Aparte, Gómez tenía acusaciones de haber usado fondos del Estado para sus negocios personales, y en carta, afirmó a Castro que tenía intereses personales en el Táchira y le preocupaba en las manos que quedarían si él se tuviese que ausentar El resultado fue que el 22 de agosto, Cipriano nombra a su hermano como Presidente del Táchira y destituye a Gómez. Esta acción molestó mucho a su compadre, quien se dice, estuvo a punto de separarse por completo de la vida política. Aquel hecho lo retiró por varios días a su hacienda, recién adquirida, «La mulera». Gómez regresó a Caracas y al tiempo era el Vice-Presidente de la República, Castro no podía arriesgarse de perder su apoyo, aunque este siguiese en el Táchira, atendiendo sus negocios o en la Capital como segundo al mando. Los negocios de los compadres «Jamás he tenido el deseo de ser político. Fue usted quien me hizo salir de mi hacienda y entrar en la vida pública y al contraer las graves obligaciones que ese paso me imponía, solo me guió como único móvil mi gran cariño y sincero afecto por usted». Juan Vicente Gómez. Luego que Juan Vicente y Cipriano lograran vencer las rebeliones y la «Revolución Libertadora», parecía que las diferencias entre los compadres habían desaparecido. Gómez había logrado salvar a Castro de la derrota y lo ayudó a volver triunfador. Juan Vicente era llamado «El pacificador» por su labor en el combate. Sin embargo, en lo privado, Castro trataba a Gómez con una fría cordialidad, mientras que este se andaba con cuidado de cada palabra y acción, para evitar una reacción del «Cabito». En 1905, Gómez y Castro inician negocios ganaderos de los cuales Gómez termina siendo deudor. Se dice que luego de esto, el Presidente le exigió el pago, sabiendo que este no podía pagarle. En este proceso, el General Pimentel, amigo de Gómez, pasó a ser su deudor y lo ayudó a pagar la deuda y dar un buen fin a aquel hecho. Empero, Gómez se resentiría aún más por la forma de actuar de Castro. El teatro político de Cipriano Ocurre el 9 de abril de 1906 un hecho curioso: Castro designa a Gómez, encargado de la República, y se retira a Los Teques. De ahí, se dirige a La Victoria, desde donde realiza, el 23 de mayo, día en que se celebraba el inicio de la Revolución Restauradora, un manifiesto en el que indica su deseo de separarse temporalmente del poder. De ahí, se inicia un contrapunteo entre Gómez y Castro en donde el Juan Vicente le pide que vuelva a la presidencia pero Cipriano se niega a dar su brazo a torcer. Gómez, buscando como acercarse a su compadre, usa la
Si quieres recibir nuestros artículos más recientes suscríbete aquí Para el inicio del siglo XX, Venezuela pasó por momentos críticos que, de no ser por la actuación de diferentes actores políticos, pudieron comprometer su soberanía e independencia. En aquella época la industrialización estaba al frente del desarrollo mundial, las naciones que la encabezan son Alemania, Francia, Japón, Inglaterra y los Estados Unidos de América; seguidas por Rusia, Bélgica, Italia y Holanda. Todas ellas han logrado un nivel de influencia en el mundo, al margen de la América Hispana. El viejo continente no descarta penetrar aquellas Repúblicas, pero se encuentran con un actor que, con su postura, los mantiene a raya: los Estados Unidos de América y su doctrina Monroe. Todos los elementos que confluyen entonces, llevan a la pretensión de Alemania de crear una base naval en Margarita, que desembocará en un conflicto internacional para la pequeña República Hispana. La base naval alemana «Si algún “gran poder civilizado”, por ejemplo Rusia o Alemania, hubieran tenido para con nosotros la conducta que tuvo la Venezuela de Castro, nosotros hubiéramos ido a la guerra. Pero no podíamos ir a la guerra contra Venezuela, porque nuestro pueblo no aceptaba ser irritado por las acciones de un oponente débil, y tomamos una actitud que quizás no fue la más sabia, la de rechazar el combate con ese débil oponente aunque probablemente no fue esa la que debíamos haber adoptado». Theodore Roosevelt La posición geográfica venezolana siempre ha sido de interés para las grandes potencias mundiales. El no haber cancelado el contrato del ferrocarril Caracas-Valencia, deuda contraída durante el gobierno de Guzmán Blanco quien cedió una concesión a Alfred Krupp, sirvió de argumento a los alemanes para dar un paso hacia la búsqueda de una posición estratégica en hispanoamérica: instalar una base naval en Margarita. Al parecer, ya para 1901, Alemania había realizado estudios cerca de la Isla de Margarita, y fue descubierta por los EEUU. Además, buscaban una concesión para operar una estación de carbón en la isla por 99 años. El reclamo de la deuda fue la herramienta que les dio fuerza para avanzar con sus pretensiones, ante las cuales, los EEUU dieron carta abierta, por no tratarse de «una pretensión territorial» directamente sino como castigo por la mora en pagos. A su vez, la Venezuela de Cipriano se encontraba bajo la presión por los reclamos de deudas con Inglaterra. Mismo caso con Italia. Las tres naciones aprovecharon la oportunidad para aliarse y realizar un bloqueo, el 9 de diciembre de 1902, utilizando 15 unidades navales de Inglaterra y Alemania para tomar el puerto de La Guaira, mientras que Italia bloqueó el puerto de La Vela de Coro. Posteriormente se unieron buques de España, Holanda, Bélgica y México. En este hecho fueron capturados, y en algunos casos derribados, barcos venezolanos, los cuales no estaban preparados para enfrentar ataques foráneos y eran, en gran parte de ellos, barcos civiles apenas adaptados para la guerra. Cipriano, en respuesta, reaccionó contra diplomáticos y civiles alemanes, ingleses e italianos que habitaban en el país. Aquel movido año de 1902, tendría un gran dinamismo y una multiplicidad de conflictos para Venezuela. Cipriano y la doctrina Drago “La planta insolente del extranjero ha profanado el sagrado suelo de la Patria» Cipriano Castro. La proclama de Cipriano hizo eco entre los habitantes del país y seguidores de su gobierno, que hasta entonces, gozaba de cierta popularidad a pesar de su oposición. Esta proclama toma respaldo con base en la doctrina Drago, del Argentino José María Drago, quien reaccionó ante la negativa de los EEUU de aplicar la Doctrina Monroe en defensa de Venezuela. Los Estados Unidos de América se negaron a intervenir, porque afirmaban que su doctrina solo iba dirigida a impedir que potencias extranjeras volvieran a tomar territorio en suelo americano y no para aquellos casos que se trataran de reclamos por deudas. «La Doctrina Monroe es una declaración de principios que se refiere a que no debe haber ningún engrandecimiento territorial en suelo americano de ningún otro poder que no sea Estados Unidos. Nosotros no garantizamos a ningún Estado que no será castigado si su mala conducta lo merece, si se determina que dicho castigo no tomará la forma de la adquisición de territorio». Secretario de Estado de EEUU, John Hay. La doctrina Drago, anunciada por el Ministro de Relaciones Exteriores de Argentina, José María Drago, estaba fundamentada en la teoría de Carlos Calvo. Esta proponía «prohibir la intervención diplomática cuando hubiera pleitos entre partes de distintos países, hasta que no estuvieran agotados los recursos locales». Diría entonces el memorandum de Drago a los EEUU: «…es una condición inherente a la soberanía que procedimientos ejecutivos no pueden ser expedidos o cumplidos, cuando esa forma de pago comprometa su misma existencia, haciendo desaparecer su independencia… la recuperación del préstamo por métodos militares supone una ocupación territorial para hacerlo efectivo; y esto significa la supresión o subordinación del gobierno local en los países en los cuales sea extendido». …Es decir; el principio que me gustaría ver reconocido es que una deuda pública no pueda dar origen al derecho de intervención y mucho menos a la ocupación de territorio de cualquier potencia europea». Sin embargo, la propuesta norteamericana fue un arbitraje. La América hispana reaccionó ante aquellos sucesos, pero solo el gobierno Argentino dio su apoyo abiertamente a Venezuela. Roosevelt se negó a ser árbitro, a pesar de la petición de apoyo del «Cabito». «No actuaré como árbitro de ese país porque mi país tiene que cobrar dinero a Venezuela», fueron las palabras con las que Roosevelt se negó a participar. Empero, dio permiso a su embajador Herbert Bowen, para que representara a Venezuela en aquel conflicto. A pesar de todo, si Alemania intentaba tomar el territorio, para él se «habría amenazado la propuesta para el proyecto “Canal de Panamá»», como lo escribió en una carta a William Thayer. La Cañonera En pleno bloqueo, un buque venezolano logra burlar a los europeos, pero sus tripulantes terminan en el Fuerte
El Tratado de Coche, fue la reunión en la cual, se puso fin a la Guerra Federal, con el triunfo de Falcón sobre José Antonio Páez. En esta victoria, tuvo gran influencia Guzmán Blanco, que gracias a lo aprendido durante la guerra, logró entender las fallas del Centauro y como poner el escenario a su favor. Si quieres recibir nuestros artículos más recientes suscríbete aquí El plan para vencer a Páez Guzmán Blanco, quien era un hombre instruido, se dedicó a analizar al líder de los Conservadores, y primera lanza venezolana, José Antonio Páez. En aquella tarea entendió que Páez estaba sosteniendo la guerra con base a su personalidad y que este, al pensar de esa forma, atacaría directamente al líder de los federales, Juan Crisótomo Falcón. De esa forma, Páez usó a todos sus ejércitos para acabar con aquella guerra pero según Blanco, se encontró con un escenario diferente: «El Gral Falcón sabe que la Revolución no es él, sino la Federación, ni de él sino del pueblo… seis batallas han sido necesarias y las hemos dado y hemos triunfado…» La debilidad que aún tenían los liberales era la marítima. Esto les restaba velocidad de respuesta frente a los conservadores. Por ello, todo giró en buscar privarlos del «dominio del mar». De ahí Guzmán trazó el siguiente plan: Cercar Caracas, ostigando desde Villa de Cura, Turmero, Cagua y Maracay y luego completar y cerrar su línea entrando por Barlovento y los Valles del Tuy hacia Petare. Reunieron municiones y ganado e hicieron funcionar los ataques para cofundir al enemigo para que este no supiera cuál era el ataque principal. Hacia el tratado Al verse imposibilitado de ganar la guerra, Páez se convenció de que había que buscar la paz. Todo terminaría con el Tratado de Coche, Paéz entregaría el poder a la Asamblea, esta a Falcón y Guzmán Blanco quedaría como Vice-Presidente. Si quieres recibir nuestros artículos más recientes suscríbete aquí Fuente Alcántara Polanco. Biografía de Guzmán Blanco. G.J.Jiménez
«Discurriremos sobre este hecho, en nuestro concepto, de mucha gravedad. Se necesita de nada menos que las fuerzas de Hércules para refrenar con una mano el Poder y con la otra la Revolución que nos amenaza» Guzmán Blanco. «La Revolución de marzo» derrocó a José Tadeo Monagas e impuso a Julián Castro como nuevo Presidente. José Tadeo renunció y pidió asilo, pero ante la impopularidad del nuevo gobierno y la actividad de los «liberales», se puso en marcha una conspiración que luego se denominó en burla la Galipanada, por el fracaso que significó. Esto ocurre antes de la Guerra Federal. La captura Carlos Soublette, hábilmente colocó tropas en Catia la Mar y La Guaira, para capturar a los conspiradores, que habían cruzado el Ávila y se habían asentado en Galipán. Por este hecho, fue decretada la expulsión de Guzmán Blanco, pero este siempre negó su participación y dijo que aquello fue realizado por algunos liberales que se unieron a los oligarcas y terminaron traicionados. La operación estuvo dirigida por el general José Vicente Aguado y coronel Ayes Terán. Fueron detenidos el el 17 de agosto de 1858. También fue partícipe el abogado Agostini, Carlos Sanabria y Ramón Suárez. Existe una cruz en el sitio donde falleció uno de los soldados caídos en combate, en el área de Boca´e Tigre, en la subida hacia Galipán. G.J.Jiménez
«Me ha nombrado Padre y Salvador del Perú; me ha decretado los honores de Presidente perpetuo; ha mandado grabar mi busto en una medalla; me ha llamado Libertador y me ha obligado a encargarme del mando del Perú; y después me señala una enorme fortuna. Yo he aceptado todo con gozo, menos lo último; porque las leyes de mi patria y las de mi corazón me lo prohiben». El Libertador. El Libertador rechazó un millón de pesos que se le fue obsequiado por el gobierno de Perú el 12 de febrero de 1825. Solo recibió una medalla con su busto. A pesar de ello, el gobierno peruano insistió. Al ver que este seguía negándose, decidieron destinar aquella ofrenda «al pueblo que lo vio nacer». Posterior a esto, el Libertador solo llegó a dar uso a aquel dinero para dar 20 mil pesos al educador Lancaster, aunque la letra fue protestada en Londrés. Desde entonces los documentos oficiales mostraron, no un millón sino, 980.000 pesos. Si quieres recibir nuestros artículos más recientes suscríbete aquí El camino de la vergüenza En el año 1842, las autoridades municipales de Caracas iniciaron el trámite para conseguir el millón de pesos. Dicho trámite fue reiterado en el año 46, donde se inició su estudio para que en el año 48 fuese presentado ante la cámara la petición de solicitar aquel dinero para Caracas. Leocadio Guzmán, vicepresidente de José Gregorio Monagas, fue designado en 1851 para reclamar a las «Repúblicas del Perú y Bolivia» el millón de pesos. A Leocadio se le entregaría el 10% del millón como honorarios, otro 10% para gastos y un auxilio reintegrable de cuatro mil pesos. Pero este fue desplazado por José Ponce. Leocadio, al ver lo que ocurría, decidió separarse de la vicepresidencia temporalmente, alegando males y cansancio, para luego partir al Perú. Se movilizó para conseguir un documento que lo autorizaba de «cobrar o liquidar cualquier dinero» de los herederos del Libertador. En dicho documento estaba la firma de cada uno de los herederos. El truco era que en vez de cobrar el 10% para la municipalidad, cobraría el 50%, por realizar el trámite en nombre de los herederos del Libertador. Ante el Presidente peruano, Leocadio justifica la razón de aquella petición en nombre de los herederos, quienes vivían de forma muy precaria al no tener herencia sobre la cual sostenerse. Usó como excusa el sufrimiento de aquellos que carecían de recursos y debieron heredar del Libertador lo suficiente para vivir. Al final, ante el debate peruano, Guzmán logra que se realice el pago, pero este fue realizado en bonos a la deuda pública exterior de Perú. A partir de ahí, conseguir aquel dinero pasará por varias etapas que implican el enfrentamiento de las diferentes partes, Leocadio Guzmán contra los herederos del Libertador, con quienes tiene diferencias; de la misma forma con la municipalidad de Caracas. Al final acordó 200.000 pesos para la municipalidad. ¿Qué ocurrió? Se dice que Leocadio Guzmán negoció repartir el millón con el Presidente del Perú, José Rufino Echenique. Al regresar, dijo a los herederos y a la municipalidad que Perú no quiso realizar el pago. Si quieres recibir nuestros artículos más recientes suscríbete aquí
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